La perversidad del engaño

No hubo columna periodística que no se refiriera a la justificada protesta de las decenas de miles de maestros y burócratas jubilados porque el Instituto de Pensiones del Estado no depositó el pago de la primera quincena de diciembre y el aguinaldo que debe ser cubierto antes del día veinte de acuerdo a lo que marca la ley laboral en el país.
Lo grave del caso es que no tienen la atención de avisarles sobre el retraso de estos emolumentos, y la mayoría de este personal jubilado, son seres que rondan en la tercera edad y tienen serios problemas para trasladarse a los cajeros.
Sentir la amarga frustración de que no podrán cumplir con sus adeudos de renta, gas, agua y luz; mucho menos comprar sus alimentos y medicinas que de manera urgente ellos requieren. El funcionario no solo es responsable de lo que dice, sino también de lo que no dice.
Cuando no se cumple con la responsabilidad encomendada y se procede al acostumbrado engaño de la clase política, por simple principio de dignidad personal, el señor Armando Adriano Fabre, director de dicho Instituto debería de renunciar. No debe cargar con compromisos ajenos a su actividad burocrática. Debe afrontar la realidad de la debacle financiera del estado y decir la verdad a los pensionados. El engañarlos es un grave delito que demuestra la falta de carácter lo que pone de manifiesto su precaria calidad moral.
El ejemplo de don Dionisio Pérez Jácome, quien renunció porque no se quiso seguir prestando de comparsa cómplice en la desfasada farsa en la organización de los Juegos Centroamericanos, que están programados para el otoño del año que inicia la próxima semana. Una persona que antepone su dignidad a seguir en un camino equivocado.
Los responsables de los dineros públicos son personas que tienen los ideales equivocados donde el materialismo y el cinismo los domina.

Repudio a legisladores

No podían dejarlos pasar. Integrantes del futuro partido político “Morena” repudiaron a los legisladores federales y estatales del PRI Y del PAN que aprobaron la reforma energética. Los acusaron de traicionar a la patria y los amenazan que se los recordaran al exhibirlos en los eventos públicos donde se hagan presentes.

No hubo patada

Durante mucho tiempo fue un tema socorrido de esta columna hablar mal de los directivos de esta empresa, pero al parecer en esta temporada decembrina se tuvo la fortuna de descubrirles a los editores de este corporativo una veta escondida de bonhomía y generosidad. Actitud que se aprecia en esta época donde el materialismo que impera es la de tener para ser. Decidieron otorgarme como aguinaldo unos días de descanso.
Motivo navideño que podrán disfrutar los lectores, ya que hará posible que la enfadosa e incómoda columna de Maquiavelo dejará de publicarse hasta que se inicie el próximo año.
Si nos bastase ser felices la cosa sería facilísima, pero siempre de manera egoísta queremos ser más felices que los demás. Si encontramos esa fórmula equivocada de comparación para encontrar la fortuna y el bienestar, es preciso recordar que no es la fortuna y el esplendor, sino la tranquilidad y el trabajo para encontrar la verdadera felicidad.
Alegre Navidad y Prospero Año Nuevo.