Les resultará difícil a cualquiera de los senadores veracruzanos que anden en campaña en busca de la gubernatura del estado de Veracruz, recorrer las vastas zonas petroleras del norte y del sur de la entidad, cuando les recuerden que ellos votaron por la aprobación de la reforma energética que entrañó la privatización del principal recurso de hidrocarburos del país.

Ya se trate de Héctor, José o Fernando Yunes que haya sido postulado por uno de los partidos políticos se encontraran con el abierto rechazo de los militantes de la izquierda veracruzana que para ese entonces formarán un grupo compacto formado por el PRD, PT, Movimiento Ciudadano y el recién creado Morena. No se puede dejar al margen que en zonas como Coatzacoalcos, Minatitlán, Agua Dulce, Las Choapas componen el corredor amarillo que representan más de dos millones de votos en estos procesos electorales y son petroleros cardenistas.

La bandera electoral de la no privatización de Pemex estará vigente y se sabrá a esas alturas el grave equívoco de haber avalado con su voto la iniciativa de la reforma energética.

Consciente de lo que significa esta negativa medida, el líder nacional de los petroleros, Carlos Romero Deschamps, se fue de la sesión donde se votaba en comisiones, no obstante ser el secretario de la misma.

Rebeldía del diputado

Diversos comentarios, la mayoría de ellos positivos, la posición asumida por el diputado priista plurinominal, Ricardo Ahued, que no votará por el ilegal y desproporcionado incremento de impuestos que propone el Gobierno del Estado al subir la tasa a la nómina y los autos usados.
Por regla general, los legisladores priistas reciben línea por parte de su coordinador, en este caso, el vituperado maestro Juan Nicolás Callejas y, sin meditar el asunto emiten su aprobación por consigna. Califican de disciplina partidista lo que es simple y llanamente un servilismo político.
Esta actitud del exalcalde xalapeño de ejercer con libertad su voto ha sido muy bien recibida.

Una ciudad violenta

Una ciudad donde se han cometido más de 400 hechos violentos no es un lugar para vivir. La declaración hecha por el consejero de la Confederación Nacional de Cámaras de Comercio, Erick Suárez Márquez, quien asegura tener un registro de cuatro centenares de asaltos a tiendas de conveniencia pone a la sociedad porteña en jaque, es el terror lo que reina sobre la vida de los porteños.
No se tiene temor a la pobreza, ni a la cárcel, ni a la muerte. Hay que tenerle miedo al propio miedo.
Ni el truculento novelista policiaco podría tener la tenebrosa imaginación de aquel Veracruz de las noches tibias y calladas que se pudiera convertir con el peor aspecto de los últimos meses.
Suárez Márquez demanda una eficaz mejoría en la estrategia policiaca, él exige que se tomen acciones de inmediato, la ciudadanía tiene que tener la seguridad y es obligación de las autoridades el darla.
Hay porteños que ya no creen en nada, pero tienen miedo a todo.
Para las inmobiliarias se ha convertido en un dolor de cabeza vender alguna propiedad en cualquier colonia de la zona conurbada de Veracruz y Boca del Río por los innumerables asaltos de que son objeto los habitantes.
Lo triste, afirman los corredores de bienes raíces, es que no hay un solo lugar del puerto que esté seguro.