Por Raymundo Jiménez
Columna: Al Pie de la Letra
Deslinde, no ruptura
2013-11-19 | 09:43:45
La última vez que se les vio juntos y sonrientes al exgobernador Fidel Herrera Beltrán y a su sucesor Javier Duarte de Ochoa fue a principios de febrero de este año, en una comida privada en la Casa Veracruz a la que asistieron también los 30 diputados locales del PRI, el entonces dirigente estatal del partido tricolor, Érick Lagos Hernández, y la diputada local del PRD Brenda Abigail Reyes Aguirre.
Después de ese encuentro se filtró en medios periodísticos que Herrera muy posiblemente sería embajador de México en Venezuela pero que antes encabezaría la lista de candidatos plurinominales del PRI a la diputación local para así hacer campaña abierta en todo el estado. Pero el exmandatario no llegó al Congreso veracruzano ni ha sido propuesto aún para una misión diplomática, aunque últimamente se le ha mencionado también para ocupar las representaciones de Argentina y Grecia.
Hasta a mediados de este año, aparentemente el exgobernador hizo sentir su poder e influencia no sólo con la recomendación de varios excolaboradores que ahora ocupan diversas delegaciones del gobierno federal en la entidad, sino también en la designación de varios candidatos del PRI a la diputación local y presidencias municipales.
Entre los meses de marzo y mayo de 2013 se supo de decenas de aspirantes a ediles y congresistas que desfilaron por las oficinas privadas de Herrera en la ciudad de México, atendiendo a su llamado o solicitando su intercesión para amarrar sus candidaturas.
Al exalcalde David Velasco Chedraui, por ejemplo, lo localizó telefónicamente en Estados Unidos y lo hizo retornar de inmediato para persuadirlo de que aceptara ser nominado a la diputación por el distrito rural de Xalapa. Y a Ricardo Ahued Bardahuil primero le ofreció la candidatura municipal, pero finalmente tuvo que convencerlo de aceptar la curul porque el gobernador Javier Duarte ya tenía un acuerdo con el diputado Américo Zúñiga.
Pero así como la del alcalde electo de Xalapa, Duarte de Ochoa palomeó también todas las demás candidaturas del PRI y de los demás partidos aliados o coaligados con el tricolor. Por eso, en la reunión del domingo 27 de octubre que presidió en la Casa Veracruz con los 111 alcaldes electos y los 36 diputados locales del PRI, PVEM, Nueva Alianza y Alternativa Veracruzana, Duarte les manifestó que “van a recibir llamadas de veinte, de cincuenta o mil personas, (pero) ustedes no tienen compromiso con nadie; si acaso conmigo. Nada más.
No se confundan, y no los vayan a confundir. Porque yo sé que muchos están recibiendo llamadas de allá, de acullá, del pasado, del presente y del futuro. Tienen que ser muy claros y muy puntuales, porque el éxito de Veracruz y el éxito de sus municipios dependen de todos los que estamos hoy aquí.”
Y es que luego de confesarles que “si alguien sufrió su elección, es el de la voz”, Duarte de Ochoa les recordó que “todos los aquí presentes estamos arriba de un mismo barco, y si les va bien a ustedes, me va bien a mí, y le va bien a Veracruz”.
De ahí que el tronante discurso que pronunciara este viernes 15 con motivo de su tercer informe de gobierno, en el que destacó que “la realidad de hoy es muy distinta a la que vio nacer este gobierno” y que “hace tan sólo 3 años, difícilmente hubiéramos podido imaginar mucho de lo que hoy tenemos, de lo que hoy hemos logrado haciendo bien las cosas”, no debió significar la ruptura política de Duarte con su antecesor, a quien le debe casi toda su carrera pública, sino apenas un sano deslinde de otro estilo de gobernar desfasado ante las nuevas circunstancias del estado y del país, pues el joven mandatario veracruzano puntualizó que los logros obtenidos en la mitad de su sexenio se debe a que “tenemos un gobierno responsable, medido por sus avances, y exento de demagogias y simulaciones.”
El distanciamiento marcado es necesario, pues en la sucesión estatal de 2016 el que deberá rendir cuentas y pondrá en juego su tranquilidad personal y futuro político será Javier Duarte, no Fidel Herrera.

Manzur al bat

La semana pasada el gobernador Javier Duarte de Ochoa inauguró el hospital general de Boca del Río.
Nos cuentan que quien manda en Veracruz tuvo la deferencia de invitar al evento al alcalde con licencia, Salvador Manzur Díaz, quien fue uno de los gestores de la construcción del nosocomio.
El gobernador reconoció las obras que Manzur gestionó cuando se desempeñó como edil. Por cierto que en los corrillos políticos se comenta que pronto el boqueño podría ocupar un nuevo encargo.

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