Por Raymundo Jiménez
Columna: Al Pie de la Letra
Paranoia futurista
2013-11-05 | 10:14:30
Quién sabe qué les habrá dicho en privado el gobernador Javier Duarte de Ochoa en aquella comida convocada hace más de tres meses en la Casa Veracruz a los cuatro nuevos secretarios de despacho que estaban por tomar posesión, pero seguramente malinterpretaron al mandatario estatal porque uno de ellos anda acelerado y otro paranoico, presuponiendo desde ahora que en el aún lejano año 2016 pueden lograr la nominación del PRI a la gubernatura.
Pero el que de verdad se está pasando de tueste es el secretario de Gobierno, Erick Lagos Hernández, quien por todos lados ha empezado a ver… ¡moros con tranchetes!
Lagos, quien se atribuye haber sido presidente del CDE del PRI, el gran operador del éxito electoral en los comicios locales de julio de este año, ha recurrido a la burda estrategia de victimización, filtrando en columnas políticas que es blanco de una campaña de ataques mediáticos por parte de senadores, diputados federales y locales así como de sus propios compañeros de gabinete que, ¡oh Dios!, le ven espolones para suceder a Duarte de Ochoa, a quien dice profesarle absoluta lealtad.
Sin embargo, en la reunión que el domingo antepasado sostuvo en la Casa Veracruz con los 111 alcaldes electos y los 36 diputados locales del PRI, PVEM, Nueva Alianza y Alternativa Veracruzana que están por entrar en funciones, el gobernador se erigió como el único artífice del triunfo de la alianza priista, pues les confesó que “si alguien sufrió su elección, es el de la voz”, ya que la democracia del pasado 7 de julio “se expresó contundentemente”.
“La viví dura, fuerte. Sabía que tenía que cumplir con mi responsabilidad de ser un actor imparcial, pero al mismo tiempo, las estrategias de aquellos que no comparten nuestro proyecto de futuro, sabían que la línea de flotación era su servidor. Así que, aguantamos. Como dice el refrán popular, ‘el que es buen gavilán no chilla’. Aguantamos el temporal, pero estoy seguro que ese sacrificio, que esos momentos tan difíciles y complicados que vivimos, valieron bien la pena: ustedes son presidentes municipales y diputados al Congreso de Veracruz. Nos costó mucho trabajo, mucho esfuerzo y mucha dedicación”.
Es más, en ese encuentro, Duarte relató que “ahorita que llegué, un compañero –no voy a decir nombres para no ‘quemarlo’– me decía: “¿no se acuerda de mí, gobernador?”. Le dije: ‘si no me acordara de ti no fueras presidente municipal’. Así de simple y de sencillo. Me acuerdo de todos, y a todos los estimo y los quiero mucho (…) Sufrí con ustedes, y no esta vez nada más. Nos ha tocado compartir luchas desde hace mucho tiempo, nos ha tocado compartir derrotas; pero también, qué bonito se siente compartir triunfos como el de ahora. Así que hagamos bien las cosas”.
Y para no dejar alguna duda, el jefe del Ejecutivo del estado les remarcó: “Quiero decirles, porque van a recibir llamadas de veinte, de cincuenta o mil personas, ustedes no tienen compromiso con nadie; si acaso conmigo. Nada más”.
Con el retorno del PRI a la presidencia de la República, se ve muy difícil que Duarte de Ochoa, a diferencia de su antecesor Fidel Herrera Beltrán, vaya a poder imponer candidato priista a la gubernatura, pero tampoco debe descartarse que la cúpula del partido tricolor le pida su opinión que bien podría ser determinante para avalar o vetar a algún precandidato.
Así que Lagos Hernández, en vez de distraerse en sueños guajiros, mejor debería seguir al pie de la letra la recomendación que Javier Duarte les hizo a los ediles y diputados locales electos, afines a su gobierno: “En ustedes, en nosotros, en todos unidos está el éxito de Veracruz. Por eso les pido, como gobernador y como compañero suyo que soy orgullosamente de proyecto, que hagan su trabajo como lo saben hacer: con entrega, con transparencia, con responsabilidad, con apego a la legalidad. Que analicen muy bien cómo van a integrar sus equipos de trabajo. No tenemos oportunidad de error. Tenemos que incorporar a las mejores mujeres, a los mejores hombres en cada uno de nuestros equipos de trabajo...”
¿O a poco el secretario de Gobierno cree sinceramente que puede llegar a suceder a Duarte de Ochoa con colaboradores como Jorge Callejas y otros exporros de la Facultad de Derecho de la Universidad Veracruzana, entre ellos algunos excondiscípulos de “El Venado”, un criminal que en la administración del gobernador Patricio Chirinos (1992-1998) asesinó de 70 puñaladas, a sangre fría y con todas las agravantes de ley, a su novia en el parque Bicentenario de la céntrica avenida Ávila Camacho, a solo dos cuadras de Palacio de Gobierno, el cual fue liberado sospechosamente el sexenio anterior?
Si deveras presume de ser leal y de conocer bien a su jefe, Erick debería entonces hacer suya la frase de Duarte de que “el que es buen gavilán no chilla”, y tener muy presente el recordatorio que el mandatario estatal les hizo a los nuevos alcaldes y legisladores locales: “Somos todos un mismo equipo, todos los aquí presentes estamos arriba de un mismo barco, y si les va bien a ustedes, me va bien a mí, y le va bien a Veracruz”.

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