Después de que durante casi dos meses estuvieron pasmados por los reclamos y las marchas multitudinarias de los maestros que se oponen a la reforma educativa federal, algunos funcionarios de la Secretaría de Educación de Veracruz han sacado últimamente las uñas, luego de que la mayoría de los mentores, a regañadientes y bajo protesta, decidieron retornar a sus planteles escolares tras el ultimátum lanzado por la SEV de aplicarles descuentos salariales, o hasta de retirarles sus plazas laborales en el caso extremo de que falten tres días consecutivos a sus centros de trabajo.
El caso más notable ha sido el de la subsecretaria de Educación Básica, Xóchitl Adela Osorio, quien lo mismo ha ido personalmente a abrir las rejas de la escuela primaria “Enrique C. Rébsamen”, de Xalapa, que se ha trasladado hasta Zongolica para liberar a empleados de la SEV retenidos por grupos de maestros molestos por el levantamiento de actas administrativas en su contra.
Pero ha trascendido que la subsecretaria Osorio, una mujer de carácter fuerte e incondicional del maestro Juan Nicolás Callejas Arroyo, coordinador del equipo político de la Sección 32 del SNTE y próximo líder de la LXIII Legislatura local entrante, en reuniones con directivos escolares y funcionarios menores de su sector que igualmente se han manifestado en contra de las leyes secundarias de la reforma educativa, también se conduce con sorna e ironía.
Esa actitud soberbia no ayuda obviamente a los operadores políticos de Palacio de Gobierno, quienes con gran esfuerzo han tendido puentes de comunicación con las diversas corrientes magisteriales que rebasaron a sus cúpulas sindicales y que si bien decidieron retornar a sus escuelas no se han resignado todavía a abandonar su lucha contra la reforma educativa federal que consideran lesiva a sus derechos laborales.
Y es que en Veracruz aún está pendiente el trabajo de armonización de las leyes estatales y federales que le corresponderá realizar a la nueva Legislatura local que a partir del 5 de noviembre próximo liderará el cacique magisterial de la Sección 32 del SNTE.
Otro caso de funcionaria prepotente es el de Araceli Cabido Vaillard, directora jurídica de la SEV, quien hace una semana, resguardada por un hombre calvo y corpulento que agredió hasta a una madre de familia embarazada, se presentó en la Escuela Normal Veracruzana “Enrique C. Rébsamen” para abrir las instalaciones. Solo que la abogada no se dirigió en los mejores términos a los directivos y maestros de la benemérita institución educativa, sino que los insultó e intimidó, según versiones de algunos padres de familia presentes.
Gracias a la “sensibilidad política” y gran poder de “persuasión” de esta funcionaria, es que la comunidad magisterial y estudiantil convocó para este miércoles 23 a la marcha “Por la dignidad y unidad normalistas”. Sobra decir que aparte de exigirle “una disculpa pública” al secretario de Educación, Adolfo Mota, están demandando también “la destitución inmediata” de la directora jurídica de la SEV “por el trato déspota, prepotente e intimidatorio hacia personal directivo de la escuela primaria Práctica Anexa a la Normal Veracruzana”.

‘Cooperacha’
Por cierto, luego de que las aguas magisteriales han regresado de manera gradual a su cauce, parece que las autoridades educativas, a través de las supervisiones escolares, han enfocado sus baterías a las escuelas particulares que nunca pararon de trabajar en la crisis magisterial y aportan lo que deben al municipio, estado y federación.
Resulta que la Supervisión Escolar 74, locales norte, a través de su titular Concepción Bonola García –de quien además nos comentan que se da ínfulas de Madonna– ha pedido (pide) “cooperación” a escuelas de su jurisdicción, evidentemente con la consabida sentencia de “si no das…, tú sabes” o “si lo cuentas, entonces…”
Pero lo realmente increíble es que la “cooperación” la pide por escrito, mediante mensaje de texto (WhatsApp), al enlace de la escuela que es quien le pone números al tarifario: “para la supervisión 700 por escuela; 2 pesos por alumno, 10 por docente y 300 del teléfono (sic)”.
Publicamos el mensaje literal pero la identidad del remitente la guardamos a solicitud expresa, pues entendemos además que es solo el enlace de la Supervisión; sin embargo, para quienes duden, tenemos en nuestro poder nombre y número telefónico del mismo. Estaremos pendientes del seguimiento que la SEV le dé a este asunto, que obviamente no merece tolerancia.