No habían pasado 48 horas de que el gobernador Javier Duarte de Ochoa declarara –en relación a los docentes del Movimiento Magisterial Popular Veracruzano que se han ausentado de las aulas en protesta por la reforma educativa– que “no hay que confundir tolerancia con faltar a la observancia de lo que la ley establece”, y que, “en ese sentido, el gobierno tiene la obligación indeclinable de cumplir y hacer cumplir la ley”, cuando ayer los maestros disidentes volvieron a paralizar centros escolares, bloquear avenidas en ciudades del centro y sur del estado, carreteras, accesos a centros comerciales, y hasta agredieron a camarógrafos de televisión así como a fotógrafos y reporteros de prensa, radio y portales de internet.
Este miércoles volvió a evidenciarse que los principales aliados sindicales del gobierno del estado ya no tienen control sobre las bases magisteriales que presumían representar y por lo cual han obtenido prebendas financieras y de poder, como por ejemplo el profesor Juan Nicolás Callejas Arroyo, quien tras la muerte de su tío Alfonso Arroyo Flores heredó hace 29 años la coordinación del Equipo Político de la Sección 32 del SNTE, cuyo comité ejecutivo regentea como secretario general su hijo Juan Nicolás Callejas Roldán, impuesto apenas en mayo de 2011.
Por ese control sindical que aparentaba tener, Callejas Arroyo ha obtenido decenas de posiciones administrativas en la Secretaría de Educación de Veracruz (SEV), desde la Subsecretaría de Educación Básica que encabeza la maestra Xóchitl Adela Osorio Martínez hasta la subdirección de Telesecundarias, a cargo de Yeyetzi Citlalli Arroyo López, sobrina del patriarca de la Sección 32.
A ello se atribuye en parte también el fracaso de los funcionarios de la SEV en la interlocución con el magisterio disidente, declaradamente anticallejista.
Y es que los líderes más radicales del Movimiento Magisterial Popular Veracruzano que están agremiados al SNTE, han resultado ser paradójicamente parientes, compadres y otros que hasta hace unos años atrás eran todavía incondicionales de Callejas.
Entre ellos señalan al profesor Claudio José San Juan, actual secretario general del Sindicato Autónomo de Trabajadores de la Educación en Veracruz (SATEV), quien actualmente encabeza el movimiento magisterial en la región de Coatzacoalcos. En abril de 2012, según el expediente número 1065/2008-I, el Tribunal de Conciliación y Arbitraje del Poder Judicial del estado ordenó a la SEV reinstalarlo en su plaza.
Hace poco, Claudio José San Juan declaró que muchos padres de familia están manipulados por representantes sindicales que quieren regresar a clases para “imponer su liderazgo y recuperar sus canonjías”, pero advirtió que dentro de los propios sindicatos existe un movimiento para echar abajo “los cacicazgos” de los actuales secretarios generales.
Y cuestionado sobre la declaración de Callejas sobre la presunta infiltración de grupos subversivos en este movimiento magisterial como el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) o el Ejército Popular Revolucionario (EPR), el profesor sureño desmintió al guía moral de la Sección 32 del SNTE, ironizando que “ya le ganó la edad”.
Otro caso sería el de la profesora Sandra Romero Agustín, quien en la elección de Callejas Jr. como secretario general de la Sección 32 del SNTE en mayo de 2011, fue integrada al comité ejecutivo como secretaria de Relaciones Interinstitucionales. Ahora es la principal activista de la CNTE en la región de Orizaba.
Pero el colmo ha sido que su sobrino Alejandro Cucurachi es quien encabeza al grupo de maestros disidentes que ha tomado la sede sindical de la Sección 32 con el objetivo de liquidar el cacicazgo de Callejas, quien como diputado plurinominal electo se perfila ahora para ser el próximo “líder” de los legisladores del PRI y, por ende, presidente de la Junta de Coordinación Política de la LXIII Legislatura del estado que se instalará el 5 de noviembre próximo.
“¿A cuenta de qué?”, cuestionan sus detractores. Y es que, ayer, los maestros anticallejistas que acompañan su movimiento sindical con el activismo de otros grupos magisteriales contra las leyes secundarias de la reforma educativa, volvieron a provocar una serie de desmanes en varios puntos del estado, razón por la cual la SEV tuvo que emitir un comunicado oficial amagando con que a partir de este jueves 10 comenzará a aplicar descuentos a todos aquellos profesores que se ausenten de forma injustificada de su centro de trabajo y, que en caso de que incurran en esta falta por tres días consecutivos o discontinuos en un periodo de 30 días, se procederá a su rescisión laboral como lo establece la Ley Federal del Trabajo que data de 1970.
La SEV nuevamente exhortó a las profesoras y profesores de Veracruz que mantienen acciones de protesta en desacuerdo con la reforma educativa, a que retornen a las aulas de manera inmediata con el fin de privilegiar el derecho universal de las niñas y los niños de recibir educación.
La dependencia estatal volvió a reiterar que el diálogo seguirá siendo el eje principal de la relación con el magisterio veracruzano, tal y como lo ha mantenido de manera permanente el Gobierno del Estado, privilegiando la concertación para tratar de superar diferencias y alcanzar consensos.
A ver si ahora sí el titular de la SEV, Adolfo Mota Hernández, de veras cumple su palabra.
Más le vale contener y desarticular de una vez el movimiento magisterial, pues hasta la fecha ya van 12 secretarios de Educación en igual número de entidades que han sido destituidos por causa de la rebelión de los mentores.
Iván ¿ahora sí?
Por cierto, ayer, algunos empleados de la Contraloría General del Estado quedaron más que intrigados al ver que su jefe Iván López Fernández comenzó a guardar sus objetos personales.
¿A poco ahora sí será relevado por el ex auditor general del ORFIS, Mauricio Audirac Murillo? Según versiones extraoficiales, el cambio sería este viernes 11 si es que el gobernador Javier Duarte de Ochoa no determina otra cosa de última hora.
Según trascendió, quien presuntamente se encargó de persuadir a don Iván de que entendiera que “su ciclo ya terminó” y que más le convenía no hacerla “de tos” habría sido Arturo Bermúdez Zurita, quien como secretario de Seguridad Pública tiene fama de “suavecito”.