En el Valle de Uxpanapa está por desatarse la violencia entre algunas comunidades debido a la construcción, en su primera etapa, de una obra de drenaje y alcantarillado.
Este proyecto fue anunciado y comprometido por el gobernador Javier Duarte de Ochoa desde hace más de dos años en la comunidad denominada Río Uxpanapa Poblado 14 al inaugurar el sistema de agua potable de dicha congregación en presencia de los pobladores de “La Horqueta” y “Helio García Alfaro”, quienes inexplicablemente hasta ahora se han inconformado con esta obra, que ya presenta un importante avance y cuyo proyecto cuenta con todos los requisitos de ley incluyendo el manifiesto de impacto ambiental.
Azuzados por supuestos ambientalistas, los indígenas inconformes acaban de parar esta obra presupuestada en alrededor de 11 millones de pesos, en cuya segunda etapa se tiene previsto construir la respectiva planta de tratamiento de aguas residuales, cuyo costo aún no se determina oficialmente.
Sin embargo, aleccionados por activistas, solo argumentan que “saben” que estas plantas recicladoras “no funcionan” debido “a su alto costo de operación y mantenimiento”, por lo que de manera alarmista se han dado a la tarea de divulgar que el drenaje del Poblado 14 destruirá la flora y fauna de uno de los principales afluentes del río Coatzacoalcos y contaminará una fuente de agua usada por millones de personas río abajo.
Sin embargo, los que están a favor de este proyecto, afirman que aquellos están “torciendo” perversamente la información al dar por hecho que se contaminará el río, “sin considerar que estas obras se realizan para sanear las comunidades y eliminar focos de infección, al tener los escurrimientos a cielo abierto o con fosas sépticas que contaminan el subsuelo”.
Y refieren que les llama la atención “el movimiento” que han generado algunos “líderes”, manipulando información a los pobladores con el pretexto de evitar la contaminación fluvial por la construcción del drenaje sanitario de Río Uxpanapa Poblado 14.
Precisamente por ello, es que solicitaron la urgente intervención de la Secretaría de Gobierno para mediar en este conflicto intercomunitario que está por retrasar y afectar esta importante obra sanitaria en esa región del Uxpanapa, anunciada por el gobernador Duarte desde hace un par de años y aplaudida en su momento por los habitantes de los poblados actualmente en pugna.
Y es que relatan que la semana pasada los inconformes exigieron se les ofreciera una explicación técnica en el Poblado 12 “La Horqueta”, donde surgió este conflicto, pero que al presentarse el personal de la Comisión de Agua del Estado de Veracruz (CAEV) en compañía del alcalde Juan Patricio Regules Villalobos para proporcionarles los datos técnicos, un grupo de manifestantes no permitieron el uso de la voz a ningún servidor público y solo se concretaron a proferir ofensas a todas las instituciones gubernamentales.
No se instaló mesa alguna y los funcionarios fueron cercados por mujeres y niños. Y al grito de “¡si no firman, de aquí no salen!”, los azuzadores los obligaron a firmar, bajo presión, un documento donde se comprometían a suspender esta obra.
Los representantes de CAEV informaron de esta situación a los habitantes de Río Uxpanapa Poblado 14 y, como era de esperarse, ello provocó la ira de sus habitantes que dijeron estar dispuestos a todo con tal de ver su obra concluida.
¿Llegará la sangre al río? Esperemos que no, siempre y cuando el subsecretario Marlon Ramírez, encargado de la operación política de la Secretaría de Gobierno, ahora sí se ponga las pilas y actúe con mayor sensibilidad y diligencia de la que mostró en el reciente conflicto magisterial, pues en el momento más crítico de la movilización de los maestros veracruzanos en contra de la reforma educativa, algunos líderes sindicales se quejaron de la presunta indiferencia del funcionario duartista.
Y es que en el caso del Uxpanapa, una de las partes afectadas no descarta que en este problema pudieran estar incidiendo otras perversas intenciones, ya que esas zonas tan alejadas y de alta marginación representan un gran negocio para personajes corruptos y sin escrúpulos, que al sentirse desplazados recurren a las más bajas y denigrantes prácticas de manipulación política para presionar a las instancias gubernamentales, aprovechándose de la buena fe de los indígenas.