Desde hace años, cada 9 de julio o muy cercano a esa fecha, miles de maestros veracruzanos afiliados a la Sección 32 del SNTE solían acudir al rancho “El Corsario”, en Costa Esmeralda; a Paso Doña Juana, en el municipio de Úrsulo Galván, o a donde sus líderes delegacionales les indicaran, para celebrar a lo grande el cumpleaños del coordinador general del llamado Equipo Político, Juan Nicolás Callejas Arroyo.
En 2011, Callejas lo celebró en varias partes del estado, pues sus enemigos sospechaban que andaba en precampaña para ser candidato del PRI al Senado de la República, el año siguiente. Y es que tan solo en el festejo organizado en las instalaciones de la feria ganadera de Ylang-Ylang, se congregaron alrededor de 14 mil profesores provenientes de varios municipios de la zona centro de la entidad, los cuales, según los organizadores, cada uno pagó cien pesos de cooperación y llevaron su propia comida y bebida.
Eso sí, todos disfrutaron los boleros románticos del cantante Carlos Cuevas y bailaron con la famosa Orquesta Guayacán, de Colombia. El costo de esa pachanga fue calculada en dos millones de pesos.
Ayer, sin embargo, los callejistas intentaron reunir a las 10:00 horas en el parque Adalberto Tejeda, ubicado en el cruce de las avenidas Américas y Xalapa de la capital veracruzana, a sus seguidores para recuperar el edificio de la Sección 32 del SNTE que fue tomada este lunes por un grupo de maestros disidentes, pero según versiones periodísticas solo acudieron alrededor de 80 profesores afines. A la fallida concentración no llegaron ni sus dirigentes.
El liderazgo y poder de convocatoria de Callejas Arroyo parece estarse desinflando, no obstante que todavía a mediados de marzo de este año –cinco meses antes de que surgiera y se expandiera en Veracruz el movimiento magisterial que rechaza las leyes secundarias de la reforma educativa– en las instalaciones del Instituto Sindical de Capacitación e Investigación Pedagógica, ubicadas en Playa Juan Ángel, municipio de Úrsulo Galván.
El guía moral del SNTE logró congregar a 30 mil profesores aproximadamente, para conmemorar el vigésimo noveno aniversario de la muerte del exdirigente Alfonso Arroyo Flores, evento al que asistió el gobernador Javier Duarte de Ochoa, el cual trató desde entonces de tranquilizarlos afirmándoles que “la permanencia laboral de todos los maestros veracruzanos no está en riesgo en Veracruz, que con la política educativa de Veracruz, vengo a refrendarles que su espacio laboral está seguro, que no permitan que nadie venga a decirles cuentos chinos y, con todo respeto a nuestro estado vecino, cuentos oaxaqueños”.
“Aquí es Veracruz y aquí la alianza entre el magisterio veracruzano y el Gobierno del Estado persiste, es indestructible”, les reafirmó el mandatario veracruzano, quien les remarcó que “el Instituto Estatal de Evaluación es para personas que saben como ustedes, maestros. Esto determinará las plazas laborales para los que decidan jubilarse y que las plazas queden para los maestros de Veracruz”.
Duarte de Ochoa les insistió desde entonces que la finalidad del Instituto de Evaluación es que ningún maestro sea retirado de su plaza por haber reprobado, sino que se busca que los profesores sean capacitados para tener un mejor rendimiento laboral.
¿Por qué entonces la embestida contra Callejas Arroyo, aprovechando la coyuntura de la inconformidad magisterial, que ha despertado la reforma educativa? Porque a pesar de su cuestionado y desgastado cacicazgo, el guía moral de la Sección 32 del SNTE fue en las sucesiones estatales de 2004 y 2010 uno de los principales aliados para que el PRI retuviera la gubernatura en Veracruz; misma misión que estaría por repetir en 2016 con su promoción actual como futuro coordinador político de la LXIII Legislatura local, que será instalada el 5 de noviembre próximo.
Precisamente en la celebración de su cumpleaños número 65, en julio de 2009, ante miles de maestros de la Sección 32 del SNTE que viajaron del norte, centro y sur del estado hasta su rancho de Costa Esmeralda, Callejas Arroyo le preguntó públicamente a su invitado principal, el gobernador Fidel Herrera Beltrán, cuya mesa compartía con Javier Duarte, recién electo diputado federal por el distrito de Córdoba: “Ganamos las diputaciones federales, se viene la elección para gobernador en el 2010, diputaciones locales y presidentes municipales. Dinos tú, señor gobernador, por dónde nos vamos y con quién nos vamos”.
¿O acaso alguien duda que en el río revuelto de la rebeldía magisterial no se estén inmiscuyendo otro tipo de intereses y ambiciones políticas?
Por lo mientras, en Palacio de Gobierno –donde la cúpula priista ya habían echado las campanas al vuelo luego del saldo favorable obtenido en la reciente elección local de julio de este año–, deben entender que sus enemigos más enconados no están resignados a quedarse cruzados de brazos ni ser testigos pasivos en la disputa del poder en la sucesión estatal de 2016, la cual, hasta a mediados de agosto, preveían sumamente confiados que sería bastante tersa en comparación con las de 2004 y 2010.
Exrectores
La versión suena en realidad aberrante, sin embargo no deja de tener cierta verosimilitud ya que proviene de un amigo cercano del contador público Carlos Manuel Aguirre Gutiérrez, quien poco antes de la segunda mitad del sexenio del gobernador Agustín Acosta Lagunes (1980-1986) sustituyó en la Rectoría de la Universidad Veracruzana al abogado cordobés Héctor Salmerón Roiz.
Y es que, según trascendió, Aguirre Gutiérrez, quien actualmente dirige el Instituto de Formación Profesional de la Procuraduría General de Justicia del Estado, habría sido invitado a cenar por otro exrector, Víctor Arredondo Álvarez, quien presuntamente le había reclamado al contador tlacotalpeño su falta de apoyo ante los miembros de la H. Junta de Gobierno de la UV, para ocupar nuevamente la Rectoría durante este nuevo cuatrienio que inició el pasado uno de septiembre.
Según dicha versión, del capotazo verbal Arredondo –mucho más corpulento que el contador Aguirre– habría pasado a los manotazos y a los presuntos golpes.
¿Deveras el exsecretario de Educación de Veracruz, a quien a finales de agosto sus malquerientes le adjudicaron también el patrocinio del grupo de supuestos “porros” que boicotearon el último informe del exrector Raúl Arias Lovillo, habrá sido capaz de golpear a un hombre tan indefenso y decente como el exrector acostalagunista?