Por Catón
Columna: De política y cosas peores
Ideologías muertas
2013-07-03 | 09:40:31
El cuento que abre hoy esta columnejilla
es de política. Las personas que no gusten
de leer cosas de política deben saltarse
hasta donde dice: “La política es un infinito
mar de extravagancias…”, etcétera…
Dos tipos estaban conversando. Le
dice uno al otro: “¿Supiste del accidente
que sufrió nuestro amigo Emásculo? Al
pobre tuvieron que extirparle los testículos”.
“¡Qué desgracia! –se consternó el
otro-. Entonces tendrá que renunciar a su
sueño de ser diputado”. “No entiendo –se
desconcertó el primero-. ¿Emásculo no
puede ya ser diputado por haber perdido
sus testes, dídimos o compañones? ¿Hay
alguna ley que prescriba eso?”. “No –replica
el otro-. Pero lo único que hacen los diputados
es rascarse los éstos, y Emásculo ya
no tiene qué rascarse”…
La política es un infinito mar de
extravagancias, un fantástico reino de
entelequias en el cual todo es posible,
incluso lo imposible. No hace mucho
tiempo Fox y Calderón, y con ellos todos
los panistas, andaban cogidos a las trompadas
con López Obrador y perredistas
que lo acompañaban. Si entonces alguien
nos hubiera dicho que poco después el PAN
y el PRD estarían a partir un piñón, en
alianza política, postulando candidatos
comunes, habríamos pensado que quien
eso nos decía estaba loco.
No hay locura, sin embargo, que en
la política no se pueda dar. Muertas las
ideologías, puestos de lado los principios,
abandonada toda mística igual que trapo
inútil, privan ya nada más las componendas,
los manipuleos y acomodos para
no perder esa pitanza que pomposamente
los partidos llaman “prerrogativas”, con
toda esa infinita burocracia política y electoral
que en forma tan pesada gravita sobre
la economía nacional y de los estados, y
que a los mexicanos nos condena a vivir
en perpetuo estado de política, oyendo y
viendo permanentemente los ramplones
mensajes que los partidos y sus candidatos
nos endilgan día y noche, y que junto con
la propaganda oficialista constituyen una
cantaleta que nos agobia, nos encalabrina,
nos hostiga y acosa y nos tiene hartos ya.
Hoy por hoy este país está enfermo de
politiquería. La política es necesaria, indispensable,
para la búsqueda del bien común,
pero no la pedestre política que en estos
tiempos se hace en México, mera politiquería
encaminada al logro de prebendas
partidistas y de ganancia personal. Debe
haber una profunda reforma que ponga
al ciudadano por encima de los políticos,
y a la recta administración de la cosa
pública sobre la política mal entendida.
Si mi respetuosa pero enérgica admonición
no es atendida seguiremos en el
atraso. Luego no digan que no les avisé…
Don Algón y su joven empleado Verraquino
fueron a jugar golf. Delante de ellos,
en el campo, iban dos damas que jugaban
con una lentitud exasperante, de modo que
retrasaban el juego de todos los demás. “Ve
a hablar con ellas –le ordenó el ejecutivo
a su colaborador-. Pídeles que por favor
jueguen un poco más aprisa”.
Fue Verraquino, y apenas se había
acercado un poco a las mujeres cuando
volvió sobre sus pasos apresuradamente.
“¡No puedo hablar con ellas! –le dijo todo
aturrullado a su patrón-. ¡Una es mi esposa
y la otra mi querida!”. “Conozco a tu señora
–replicó, sonriente, don Algón-. Voy ahora
a conocer a tu amiguita”.
Se encaminó el ejecutivo hacia las
señoras, pero a poco andar regresó también
a toda prisa, e igual de aturrullado que el
otro. Le dijo a su colaborador: “El mundo
es un pañuelo, Verraquino. Estás despedido”…
El marido de doña Gorgolota iba a ir
a la playa con sus amigos. La señora llevó
aparte a uno de ellos y le dijo: “Mi esposo
es un poco tímido, y rara vez se anima a
meterse en el mar. Haga usted que se ponga
su traje de baño, y cuando esté descuidado
empújelo. Solo así gozará de las olas”.
Un par de días después doña Gorgolota
recibió la triste noticia: su esposo se había
ahogado en el mar, posiblemente por efecto
de una congestión.
Pasaron unos meses, y la viuda les
confió a sus amigas un secreto: el difunto,
hombre ignorante, analfabeto, le había
dejado 10 millones de pesos, con otros
muchos bienes muebles e inmuebles.
“No está nada mal –comentó con admiración
una de las amigas-, tratándose de un
hombre que no sabía leer ni escribir”. “Ni
nadar”, completó doña Gorgolota… FIN.

Mirador
Armando Fuentes Aguirre

Historias del señor equis y de su
trágica lucha contra La Burocracia
El Funcionario del Estado llamó
al señor equis y le ordenó:
- Ponte de cara a esa pared.
El señor equis obedeció.
Le preguntó El Funcionario:
-¿Qué ves?
Respondió, temeroso, el señor
equis:
-Nada.
-Bien –le dijo entonces El Alto
Funcionario-. En adelante eso que
no ves se llamará Transparencia.
Guardó silencio el señor equis.
Sabía bien que en el País las cosas
eran –y se llamaban- como ordenaban
Los Funcionarios del Estado.
¡Hasta mañana!...

Manganitas
Por Afa

“…Acusan a Obama de espionaje…”.
Un consejo le doy ya,
aunque sea a trochemoche:
haga espionaje de noche;
así nadie lo verá

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