Por Catón
Columna: De políticas y cosas peores
Los dueños del mundo
2013-05-03 | 21:59:16
Le dijo el Señor a Moisés: “Tengo dos noticias para ti: una buena y una mala. La buena es que si el Faraón insiste en retener a tu pueblo enviaré sobre Egipto una plaga de langostas y convertiré en sangre las aguas de los ríos. En caso de que su ejército te persiga haré que el Mar Rojo se divida en dos para que pases tú, y luego lo volveré a unir para que en él se ahoguen los egipcios”. Preguntó con inquietud Moisés: “Y ¿cuál es la mala noticia, Señor?”. Contestó Yahvé: “Si quieres que haga todo eso tendrás que conseguir primero un permiso de impacto ambiental”…
Le comentó un golfista a otro: “Ya no aguanto al profesional del club. Me dice cómo pararme; a qué distancia; cómo debo inclinar la cabeza; hacia dónde debo mirar…”.
“No lo tomes a mal –responde el otro-. Está tratando de hacer que mejores tu juego”. “Te equivocas –gruñe el el primero-. Todo eso me lo dice cuando estoy en el baño haciendo pipí”…
No sé mucho de relaciones internacionales –de relaciones nacionales sé aún menos- pero hasta donde alcanzo a percibir me parece que la visita de Barack Obama a México fue aguachirle; vale decir algo sin sustancia ni frutos verdaderos.
Pienso que del encuentro del presidente mexicano con el mandatario estadounidense no habrá de resultar un impulso significativo para la atención de dos grandes temas que deberían ocupar a ambas naciones: el del trato a los migrantes y el del control de armas. En esas cuestiones Obama tiene las manos atadas, tanto por los conservadores republicanos en el caso de los indocumentados como por la poderosísima NRA en lo que atañe a cualquier limitación al tráfico de armas.
Así las cosas, quizá los acuerdos secretos entre los dos presidentes se redujeron a una nueva reglamentación del juego de matatenas y a un proyecto para el intercambio de artesanías entre Poughkeepsie y Tzintlitlán. El problema de México, al igual que el de todos los demás países de América Latina, es que ya no existe la URSS.
La amenaza del comunismo desapareció. Antes podíamos inquietar a nuestros vecinos del norte con la posibilidad de hacernos comunistas. De ese modo obteníamos toda suerte de préstamos, ayudas, subsidios, fondos para situaciones de emergencia y demás variados beneficios.
Ahora, muerto y sepultado el oso soviético, los Estados Unidos son dueños únicos del mundo, y no podemos hacer los dengues y carantoñas del pasado, cuando la exhibición en el Cine Versalles de la película soviética “La balada del soldado” hacía pensar a los yanquis que México se disponía a echarse en brazos de la hoz y el martillo, sin detenerse a considerar que ambas herramientas carecen de brazos. ¡Felices tiempos aquellos de la guerra fría! Ahora ya no tenemos petate del muerto para asustar a los primos.
Así se exhiba, completa, “La guerra y la paz” de Bondarchuk (dura 431 minutos), la Casa Blanca y el Pentágono permanecerán impertérritos, impávidos e incólumes. ¿Por qué nos fallaron, padrecitos Marx y Lenin?...
A don Poseidón se le quemó su tractor. Acudió a la compañía de seguros y pidió que le dieran el dinero que le había costado el bien. “En estos casos no entregamos dinero –le respondió el encargado-. Lo daremos otro tractor igual”. Dice don Poseidón: “Entonces cancele inmediatamente el seguro de vida de mi esposa”…
El Padre Arsilio puso este aviso en su iglesia: “Los papás y los padrinos de los niños que se van a bautizar deberán entrar por la puerta de adelante. Los que van a hacer la primera comunión deberán entrar por la puerta de atrás. Los novios que hoy contraerán matrimonio podrán hacerlo por adelante o por atrás”…
Óscar Chávez, gran cantor de las cosas de México, tiene no sólo mi permanente admiración y afecto, sino también mi eterna gratitud. Hizo famosa mi parodia de “La casita”, con cuyas regalías pude comprar mi primera casita de recién casado.
En una de sus canciones dice Óscar que Santa Anna ha sido nuestro mejor vendedor. Lo sigue siendo. De mi libro “Antonio López de Santa Anna, ese espléndido bribón” se han vendido ya más de 200 mil ejemplares. ¡Vende bien el grandísimo truhán! Hoy hablaré de sus aventuras y picardías –y de mis picardías y aventuras- en la Feria del Libro de León.
La cita es a la una de la tarde en el Patio de los Cuentos -¡qué adecuado!- del Poliforum. Ahí nos daremos un abrazo, nos tomaremos una foto y, si lo quieres, te firmaré tu libro. ¡Hasta la vista!... FIN

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