Por Catón
Columna: De políticas y cosas peores
Hay que tener cuidado con las sorpresas
2013-04-26 | 23:13:15
Dígale usted a uno de sus amigos: “En el extremo superior los condones llevan siempre una frase célebre, de Confucio, de Sócrates, de Napoleón”.
Su amigo se sorprenderá: “No lo sabía”. Usted entonces le dirá:
“Me lo explico: tú no tienes que desenrollar todo el condón”. Tras decir eso suelte usted una estentórea carcajada de burla y luego ponga pies
en polvorosa para libarse de las justificadas iras del escarnecido…
Doña Macalota le preguntó a su esposo: “¿Qué es lo que más te llama
la atención de mí? ¿Mi bello rostro? ¿Mi hermoso cuerpo sensual
y voluptuoso? ¿La fantástica forma en que hago el amor?”. “Lo que más
me llama la atención de ti –repuso don Chinguetas- es tu imaginación”…
Doña Panoplia de Altopedo, nueva rica, no entendía mucho de arte. Conversaba con su flamante amiga,la señora Highrump, y ésta le dijo: “Ahora practico
el difícil arte de la pintura. En estos días estoy pintando una naturaleza muerta”. Arriesgó con cautela doña Panoplia: “¿Un retrato de tu esposo?”…
La recién casada le contó a su mamá: “Siempre que llega del trabajo Vehementino me come a besos. Dice que mis besos son su mejor alimento”. Preguntó con una sonrisa la señora: “¿Y no le cansa esa comida?”.
“No -contesta la muchacha-. Lo que lo deja agotado es el postre”… En la tienda de departamentos una chica le pidió a la encargada de la sección
de belleza que le mostrara un perfume incitante. “Este se llama ‘Flama
de Amor’ -le dice la empleada-. Si lo usa notará inmediatamente el efecto que ese poderoso aroma produce en los hombres”. “¿Cuál es su precio?” –preguntó la muchacha. “Es caro –le advirtió la encargada-. Pero le garantizamos los resultados”. La muchacha compró el perfume a pesar de su alto costo. Poco después, en otra tienda, vio el mismo perfume a la mitad de precio. Muy enojada regresó y le reclamó a la vendedora: “¡Abusaron de mí!”. “¿No se lo dije? -se alegró la mujer-. Funciona el perfumito ¿no?”… Cuando se habla de los problemas de México se citan los que ya son lugares comunes:
la inseguridad y el desempleo. Hay un mal, sin embargo, que causa graves daños, y que pocas veces se suele mencionar. Es el que consiste en el hecho de que algunos gobernantes se sienten absolutos. Eso, en teoría política, significa que se sienten absueltos de cumplir las leyes. Es decir, consideran que la ley se hizo para ser cumplida por los gobernados, no por quienes detentan el poder. Los funcionarios son los primeros obligados
a someterse a las normas del derecho, pues administran algo de suma trascendencia: el bien público. Si se consideran por encima de la ley incurrirán en graves desviaciones que lesionarán a la comunidad. El respeto al orden jurídico por parte de quienes gobiernan es elemento muy importante para integrar una sana vida nacional… Doña Crásida, señora más que robusta, estacionó el automóvil y se dispuso a esperar a su marido. Como hacía mucho calor dejó funcionando el aire acondicionado, con los vidrios cerrados.
De pronto un muchachillo callejero se acercó al automóvil. Se puso a ver con mucha atención a la señora. Luego siguió su examen a través del vidrio delantero; pasó al otro lado del coche y siguió viéndola por el vidrio de la puerta derecha. La obesa dama se amoscó. Cuando el niño la volvió a ver por el vidrio del lado del conductor la mujer bajó el cristal y le preguntó ya muy molesta: “¿Qué ves, chamaco?”. “Nada, señora -respondió con sincero asombro el muchachito-. Creí que las ventanas del coche tenían vidrios de aumento”… Una mujer fue llevada a la morgue por la policía. Le pidieron que identificara a un individuo a quien ella conocía y cuyo cuerpo estaba ahí. El encargado destapó el rostro del sujeto. Lo vio ella y vaciló. Dijo:
“No estoy seguro de que sea él”. El de la morgue descorrió la sábana totalmente. “No, no es él -declaró entonces, segura, la mujer-. Pero una cosa puedo decir: por ahí anda una esposa, novia o amiga que lo va
a extrañar muchísimo”… Un individuo se presentó en el consultorio del doctor Ken Hosanna y le dijo se sentía débil, laso, exánime, agotado. En el curso del interrogatorio salió que el tipo hacía el amor los lunes, martes, miércoles, jueves y viernes. Le indicó el facultativo: “Deje de hacerlo
por lo menos el miércoles”. Replicó el sujeto: “No puedo dejar de hacerlo
el miércoles”. “¿Por qué?” –se extrañó el médico. Explica el tipo:
“Es el único día que lo hago en mi casa”… FIN.

Nosotros | Publicidad | Suscripciones | Contacto

 

 

Reservados todos los derechos 2018

Nosotros | Publicidad | Suscripciones | Contacto

 

 

Reservados todos los derechos 2018