Por Catón
Columna: DE POLÍTICA Y COSAS PEORES
Diálogo con garrotes
2013-04-16 | 22:12:57
Doña Frigidia, ya se sabe, es la mujer más fría del planeta. Cierto día pasó frente a una agencia de viajes que tenía en el escaparate un cartel de Hawai, y eso bastó para que aquel año se helara la cosecha de piña en todas las islas de los Mares del Sur.
Cuando la gélida señora se casó le dijo a su marido que quería un matrimonio de los que antes se llamaban “blancos”, en los cuales los desposados convenían en no hacerse la mutua dación de sus cuerpos, y vivir en permanente continencia y castidad.
Don Frustracio, que así se llamaba el infeliz esposo, le rogó que por lo menos le permitiera hacerle el amor dos días al año: el de su cumpleaños y el del aniversario de bodas. “¡Santo Cielo! –exclamó doña Frigidia con enojo-. ¡Tenía que casarme con un maniático sexual!”...
El bombero iba bajando por la escalera de incendios. Llevaba en los brazos a una estupenda rubia. “Bombero Libidiano –le dijo con severidad el jefe de los apagafuegos-. El incendio es en el edificio de al lado”…
En un hotel de Dodge City, salvaje pueblo del Oeste Salvaje, un vaquero y una mujer estaban haciendo el amor apasionadamente. Irrumpió de pronto en la habitación un rudo sujeto, y dijo con voz ronca: “Jamás creí que me engañarías en esta forma. Levántate y vístete. Nos iremos a donde nadie nos conozca”. Obedientemente el vaquero se levantó, se vistió, y los dos hombres fueron a guardar su secreto en la montaña…
Muy pocos conocen este dato, de rigurosa cientificidad: la rueda se inventó en lo que es actualmente la Ciudad de México. Tan pronto hubo hecho su invención, el inventor exclamó al mismo tiempo con enojo y desolado: “¡Carajo! ¡Apenas acabo de inventar la rueda y ya me robaron la copa!”…
En el bar un tipo le dijo a otro: “Me casé porque estaba harto de fregar los platos, de hacerme la comida, y de tener que lavar yo mismo mi ropa”. “Qué coincidencia –masculla el otro-. Yo me acabo de divorciar por la misma razón”…
En la oficina don Algón le dijo a su gerente: “Esta es la computadora del empleado Babalucas”. Preguntó el otro: “¿Cómo lo sabe usted, señor, si trabajan aquí tantos empleados?”. Contestó don Algón: “Es el único que antes de irse encierra el mouse en una jaulita”…
Habrá que ver si, en efecto, los líderes de la CNTE tienen la voluntad de real de dialogar con el Gobierno acerca de la Reforma Educativa, y si en verdad desean un avance en la educación, o si sólo buscan el mantenimiento y de perpetuación un statu quo que los favorece.
No se puede acudir a un diálogo con garrotes y tubos, ni ejerciendo presión por medio de acciones ilegales, como es la del bloqueo de la Autopista del Sol, acción delictuosa que tan grave daño causa a tanta gente. Por otro lado es necesario que el Gobierno escuche lo que los disidentes tienen qué decir.
Tan reprobable puede llegar a ser el autoritarismo como la violencia. No se debe estorbar el futuro, pero tampoco se puede volver al pasado. (Un minutito, por favor. Voy a apuntar esa frase para usarla en algún concurso de oratoria). Hablando se entiende la gente, cuando es verdaderamente gente. (También esta frase la voy a utilizar, aunque no es tan sonorosa y altílocua como la otra)…
Llorosa, gemebunda, Susiflor les anunció a sus padres que estaba un poquitito embarazada. “¡Mano Poderosa! –exclamó la mamá, que conservaba celosamente las jaculatorias aprendidas de su señora madre-. ¿Por qué entregaste la preciada gala de tu virginidad, tu honor, tu integridad, tu pudicia, tu dignidad, tu virtud, tu castidad, etcétera?”.
Respondió Susiflor entre sus lágrimas: “Lo hice por falta de una adecuada alimentación”. “¿Cómo es eso?” –inquirió el genitor, severo. Le explicó Susiflor: “No tuve fuerzas para decirle que no”…
Doña Macalota leía una novela rosa que tenía cubierta amarilla y lomos verdes. Con voz ensoñadora le preguntó a don Chinguetas, su marido: “¿Tú crees que la distancia hace crecer el amor?”. “Claro que sí –contestó don Chinguetas sin dudar-. Por ejemplo, mientras más lejos está tú mamá la quiero más”…
Contrajo matrimonio Celerino Liebro, atleta especializado en la carrera de 100 metros planos. Su flamante mujercita lo hizo colocarse en actitud de corredor al pie del lecho, donde ella estaba ya acostada en la debida posición, y luego le dijo: “¡En sus marcas! ¡Listos! ¡Dentro!”…
Por esos mismos días Pirulina, muchacha muy sabidora de la vida, desposó a Meñico Maldotado, infeliz joven con quien la naturaleza se mostró sumamente avara.
Al empezar la noche de las bodas Meñico se presentó por primera vez al natural ante su amada. Lo vio Pirulina de arriba a en medio, y dijo luego: “No creo, Meñi, que tú y yo vayamos a agravar la explosión demográfica. Tienes la mecha demasiado corta”… FIN.

Nosotros | Publicidad | Suscripciones | Contacto

 

 

Reservados todos los derechos 2018

Nosotros | Publicidad | Suscripciones | Contacto

 

 

Reservados todos los derechos 2018