Por Catón
Columna: De política y cosas peores
Nación gigante, presidente pigmeo
2013-04-10 | 11:34:47
Por Catón

Don Prematurio, viejo rabo verde, fue con su amiguita Bimb O’Tailtwitcher a un motel de corta estancia o pago por evento. El senescente caballero preguntó por la tarifa. “¿Con jacuzzi?” –inquirió el empleado. Don Prematurio, para quien en esos casos cualquier distracción era fatal, respondió que sin jacuzzi. “Son 600 pesos por seis horas” –le informó el encargado.
Al oír eso Bimb abrió de inmediato su tableta con calculadora y dijo: “Vamos a sacar la proporción. El señor lo más que dura son 17 segundos”…
Frecuentemente las ciencias sociales presentan mayor interés humano que las ciencias naturales. Pondré un ejemplo: si un bebé se parece a su papá eso es cuestión de biología; pero si se parece al vecino eso atañe más bien a la sociología.
Celiberia Sinvarón, madura señorita soltera, recibió en su casa la visita de un joven y apuesto sociólogo que hacía una investigación acerca de la sexualidad en la clase media.
Yo supongo que en todas las clases sociales las cosas de cintura abajo son las mismas. Ante la suntuosa carne de la mujer –“esa dulce pasta”, escribió don Federico Gamboa- un mozo de cuerda y el emperador de la China son el mismo animal. Eso lo dijo el colombiano José Asunción Silva. Pero advierto que me he apartado del relato. Vuelvo a él.
Le preguntó el guapo encuestador a la señorita Celiberia: “Dígame: ¿es usted virgen?”. “Sí, joven amigo –respondió ella con un mohín de coquetería-. Pero sin fanatismos ¿eh?”…
Venezuela es un país gigante en trance de tener un presidente pigmeo. Quizá esa frase no merezca ser inscrita en bronce eterno o mármol duradero, y ni siquiera en plastilina verde, pero es cierta. La visión mística de Nicolás Maduro -ésa del pajarito chiquitico revolando sobre su cabeza- puso a reír al mundo, que tan pocos motivos de irrisión ha tenido últimamente. Aun así sólo un milagro podría hacer que el Nico venezolano perdiera la elección.
Desde luego también en política hay milagros. Milagrosa fue la victoria de Felipe Calderón sobre López Obrador. Pero se antoja imposible que Capriles, batallador Quijote, pueda obtener el triunfo -al menos en esta ocasión- sobre aquel visionario caballero que nada tiene aparte de ser un copycat, más cat que copy, de Hugo Chávez.
El peligroso virus populista inficiona todavía a los países de América Latina. Sólo la educación podrá salvarnos de ese terrible mal. (Nota de la redacción: Tampoco esta última frase de nuestro estimado colaborador merece ser inscrita en bronce eterno o mármol duradero, y ni siquiera en plastilina verde, pero también es cierta)…
Un vendedor de autos usados atraía a sus clientes con una oferta singular: si compraban un coche podían llevar en él a una linda chica al romántico paraje llamado El ensalivadero, a las afueras de la población, y pasar con ella un agradable rato.
Afrodisio Pitongo, galán concupiscente, adquirió uno. El vendedor, en efecto, le trajo a una curvilínea fémina, y de inmediato Pitongo se dirigió con ella a aquel famoso sitio donde en las sombras de la noche se escuchaba lo que parecía ser canto de grillos, pero que en verdad era ruido de zippers.
Ahí Pitongo de inmediato se inclinó sobre la chica. “Lo siento, guapo –le dijo ella al tiempo que lo rechazaba-. El agradable rato que se anuncia es sólo de conversación. Lo que me quieres hacer a mí ya te lo hicieron a ti cuando compraste el coche”…
Una joven señora estaba embarazada, y fue a consultar a Madame Casandra, adivina, acerca del futuro de su bebé. La clarividente observó su bola de cristal y le anunció en seguida a la mujer con ominoso acento: “El mismo día en que nazca tu criatura su padre morirá”. “Sea por Dios –suspiró ella-. Pero al menos mi pobre esposo está seguro”…
Al término de las vacaciones aquellos amigos que a diario se veían en el café se pusieron a dieta. Uno dijo que estaba haciendo la del agua; otro la de los carbohidratos; el tercero la del doctor Atkins. “Yo –declaró el cuarto- me sometí a la dieta del sueño”. “¿Cuál es ésa? –quiso saber uno. Respondió el señor: “Cuando estoy dormido no como nada”…
Silly Kohn, vedette de moda, acudió a la consulta de un otorrinolaringólogo, pues le dolía la garganta. Tras hacerla sentar en el sillón el facultativo tomó un abatelenguas y se dispuso a examinarla. Le pidió a la paciente: “Abra lo más que pueda”. “No será mucho, doctor –se disculpó ella-. El sillón tiene brazos”. (No le entendí)… FIN.


mirador
armando fuentes aguirre
El Padre Soárez charlaba con el Cristo de su iglesia. Le dijo que estaba preocupado, pues las cortas limosnas que recibía de sus humildes parroquianos no le aseguraban la despensa de la siguiente semana.
-Soárez, Soárez –lo reprendió Jesús con mansedumbre-. Parece que no has rezado nunca el Padre Nuestro. Recuerda que dice: “Danos hoy nuestro pan de cada día…”. No dice: “Danos hoy nuestro pan de cada semana…”, ni pedimos el pan nuestro de cada mes o de cada año. El Padre quiere que a cada día le dejemos su afán. Con nuestro trabajo y con su bendición nos llegará el pan del siguiente.
Así habló el Cristo, y el Padre Soárez ya no se preocupó.
¡Hasta mañana!...


MANGANITAS
POR AFA

“…Hacen un trasplante de cara…”.
Oye muy de cuando en cuando
las noticias un viejito.
Dijo: “El que yo necesito
aún lo estoy esperando”.

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