Los Yunes al 2016. La verdadera guerra
Pepe la arañó en el 2010, Héctor está obsesionado
Lucha sin tregua dentro del PRI, más el Yunes del PAN
EN LA LÍNEA. Golpes bajo, fuego amigo y de todo en campaña
Sin duda en el estado de Veracruz se viven otros tiempos, propios de la incipiente democracia.
Y así se ha visto en los últimos procesos electorales donde el PRI ya no arrasa y por el contrario ha tenido que sufrir para captar votos así como ha tenido que someterse al escrutinio del Tribunal Electoral de Poder Judicial de la Federación. Ha ido sin duda, de más a menos.
Peor tantito, pareciera que los partidos tienen crisis de vacas gordas, y por ende, tanto en el PRI como en el PAN, las dos fuerzas políticas más importantes de la entidad, solo ha sobrevivido no sobresalido, un apellido, el de los Yunes.
La debacle, en el caso del tricolor, comenzó en aquel 2004 cuando el entonces candidato a la gubernatura Fidel Herrera Beltrán apenas ganó por 23 mil votos en las urnas al panista Gerardo Buganza Salmerón, quien cuando acudió a los tribunales federales logró que la ventaja se redujera a 7 mil sufragios.
Dos años más tarde en pleno fidelismo y en elección presidencial la victoria fue para el abanderado de “izquierda” Andrés Manuel López Obrador, en segundo lugar quedó el panista, Felipe Calderón Hinojosa, y en tercero el priista Roberto Madrazo Pintado.
El Senado de la República fue para la dupla progresista Dante Delgado Rannauro y Arturo Herviz Reyes y la primera minoría para el panista Juan Bueno Torio.
Luego vino el 2010 y una vez más el partido tricolor con su candidato Javier Duarte De Ochoa no logró sacar un margen amplio de ventaja sobre el neopanista, Miguel Angel Yunes Linares, a quien lo venció por poco más de 80 mil votos.
Los siguientes comicios que pusieron a prueba a la clase priista local fueron los del pasado 1 de Julio, pues en la contienda presidencial se impuso la panista Josefina Vázquez Mota al priista Enrique Peña Nieto por mil 518 sufragios.
Y en la competencia por el Senado de la República también hubo un marcador apretado solo que aquí si el Revolucionario Institucional ganó con el binomio conformado por José Yunes Zorrilla y Hector Yunes Landa, quienes por 55 mil 085 votos superaron al neopanista Fernando Yunes Márquez, el cual se quedó con la primera minoría.
Lo cierto es que ya quedaron muy lejos aquellos tiempos en que Veracruz era para el CEN del PRI una reserva de votos, pues ahora se ha convertido en un estado donde muy impredecible para los partidos políticos.
La hegemonía priista ha venido a ser sustituida por un escenario de tercios que pone muy interesante las contiendas electorales futuras. Y hace que en dentro del tricolor la carrera comience por definir a dos que fueron de la mano los que dieron el triunfo al tricolor en Veracruz para la Cámara Alta, pero se abrió paso también en la primera fórmula, del PAN, que hacen que en conjunto sumen tres Yunes a la Senaduría por Veracruz.
Y es que apenas este sábado se confirmó que el PRI en la entidad veracruzana se queda con la mayoría en el senado, las figuras de Pepe y Héctor Yunes son los ganadores, para finalizar una carrera en la que fueron de la mano, cuyo fin fue conseguido, pero para empezar otra que ahora los pone distantes, en competencia abierta, la de la sucesión en el 2016.
Y deberán estar más que alertas y definir estrategias pues mientras ellos protagonizan la lucha por el 2016 hay otros tiradores que pueden ser los más beneficiados. Uno de ellos, el alcalde de Boca del Río, Salvador Manzur, que pese a la derrota en su distrito, el trabajo al frente del gobierno que en encabeza lo recomienda y mantiene vigoroso.
Pese a que en los espectaculares, ante el priismo y los veracruzanos y en las boletas electorales aparecieron juntos, representando la misma causa, la historia está llena de desencuentros entre ambos personajes, al menos así empezaron desde la precampaña.
Y aunque todo el tiempo se debieron negar, es obvio que también aparecieron los golpes bajos, principalmente del recién salido de la presidencia del comité estatal del partido. Sobretodo cuando no ha gustado que algunos representantes del sector empresarial hayan enviado las primeras señales para Pepe, el oriundo y ex alcalde de Perote. No quiere perder terreno.
Y si no solo hay que recordar que en precampaña, operadores de Héctor Yunes visitaron distritos como la Cuenca del Papaloapan, Los Tuxtlas y Poza Rica, donde fue más evidente el descaro manejo para denostar a Pepe y ensalzar a Héctor.
Así, buscaron que se dieran pronunciamientos, y con filtraciones en los medios de comunicación, para que se presionara tratando de subir a la primera fórmula a Héctor, estrategia que no funcionó. Cuando Pepe Yunes fue informado de la arremetida en su contra, sólo dijo a los cercanos colaboradores que el partido tenía la última palabra y que el triunfo del PRI era la prioridad, pese al desconcierto de su equipo que buscaba a toda forma contrarrestar el fuego amigo.
Así inició uno de los primeros desencuentros de los Yunes priistas. Al grado, que con el manejo de las encuestas, algún día, desesperado, se sabe que Héctor habría expresado personalmente a Pepe, “definamos esto ya”, en un tono hasta retador en clara alusión al 2016 cuando el gobernador en turno apenas tiene un año y medio en el poder.
Quienes estuvieron presentes aseguran que una vez más Pepe Yunes habría de señalar que lo que habría que definir, era el triunfo del PRI, convenciendo a la gente en las urnas.
En campaña el discurso era el maquillaje cuando una y otra vez, se pretendía convencer que entre ellos no existían problemas, ni rencillas, porque ambos iban en la misma fórmula. Lo cierto es que en algunos municipios, los actores de Héctor peleaban los mejores espacios para las colocaciones de mantas y publicidad en los eventos masivos, con el fin de opacar al otro candidato de la misma fórmula.
Un caso fue Cosamaloapan, cuando en pleno vuelo, durante el viaje de ambos en helicóptero un operador avisó a Pepe que el evento estaba plagado de propaganda de Héctor y nada de éste, entonces la advertencia no se dejó esperar con el tono caballeroso, educado pero enérgico: Si no quitan tu propaganda, y esto se da en forma equitativa, no bajo al mitin”.
Héctor maniobró y su propaganda fue retirada para evitar opacar la imagen de su compañero de fórmula.
Ya en campaña, los afectos quedaron demostrados, por ejemplo, en el puerto de Veracruz, la alcaldesa, y su hermano Gustavo Gudiño, le abrieron las puertas al Yunes de Perote, lo llevaron con su estructura, fue cobijado, por el grupo de la alcaldesa, más no con el ex presidente del PRI. En los Tuxtlas, los empresarios, dueños de tabacaleras, refresqueras, cementeras, ganaderos, gaseros expresaron solidaridad y en caso de ser necesario, el respaldo económico a Pepe Yunes, lo mismo sucedió en Boca del Río, cerca del Palacio Municipal, el día del debate en la radiodifusora XEU, Yunes Zorrilla, posteriormente, comió con los hombres más ricos y poderosos del estado, e incluso de otras entidades.
Todos le felicitaron por la mesura con la que se comportó, ante los ataques del adversario del PAN. En la comida, los empresarios pidieron a Pepe Yunes, ser el enlace con el gobierno que encabezaría Peña Nieto, sobre todo por temas fiscales, pero por la necesidad de cuidar las inversiones futuras para Veracruz.
Algunos llegaron a insistir, en buscar un encuentro al finalizar la campaña con Luis Videgaray, coordinador de la campaña de Enrique Peña Nieto, amigo personal del ex alcalde de Perote.
En el desarrollo de la campaña, ambos candidatos tomaron su rumbo, coincidían en eventos, como la visita de Peña Nieto, actos del partido, pero cada quien labró muy a su estilo la promoción del voto. Pepe, tranquilo y relajado, sostenía una y otra vez, vamos a ganar, decía confiar en el trabajo del primer priista de Veracruz, Javier Duarte, la propuesta de Peña Nieto, siempre con un reconocimiento a la militancia.
Héctor, le tocó vivir el desaguisado del papel de los comités municipales del PRI en todo el estado, mismos que se llevaron a cargo, cuando estuvo al frente de la presidencia estatal del PRI, pues sus correligionarios insistían en que habría conformado una estructura partidista para el mismo, y sus fines, no así para fortalecer el proyecto del Partido en todo el estado.
Por ello, Erick Lagos vivió, y aún sufre las consecuencias, en el pasado proceso un momento tormentoso y funesto, pues la estructura ya estaba armada, no se podría hacer nada, faltando sólo semanas para la elección.
Atrás quedó el proceso electoral, uno con más amigos que el otro, e incluso, con el apoyo directo de dueños de medios de comunicación en todo el estado.
Lo cierto, es que viene la carrera por ganar la simpatía de la clase empresarial, los hombres de dinero del estado, los actores y clase política, pero sobretodo, de quien tiene el voto de calidad para pensar en el sucesor, el primer priista del estado.
La otra carrera ya está en su apogeo. Hay que sumarle a los Yunes priistas, que se suba al ring el Yunes panista.
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