Conocer las preferencias políticas de los dueños de los medios es un libro abierto donde no se ocultan los intereses y por eso resulta extraño que en el sustancial viraje de un viejo periódico como El Universal, del pasado lunes 4 de junio, haya reconocido que en menos de una semana el candidato del PRI, Enrique Peña Nieto se desplomó en 5.8 puntos y que Andrés Manuel López Obrador creció en 2.9 por ciento.
Para un experto en estadística significa un 8.7 a favor del tabasqueño. Esto se distingue en millones de ciudadanos que modificaron su intención del voto.
Lo más vergonzoso es lo publicado ese mismo día por Leo Zukermann: “Dos semanas antes de la elección de gobernador de Michoacán, Joaquín López-Dóriga entrevistó al candidato del PRI Fausto Vallejo, qué opinaba de las encuestas publicadas en Milenio que le daban la delantera a su candidatura sobre la candidata del PAN, Luisa María Calderón por más quince puntos.
Vallejo respondió: Sí, inicialmente me daba a mí ventaja la encuestadora de Milenio, pero como no llegamos a ningún acuerdo, obviamente pasó a otros momios con la ventaja ahora a la candidata.” ¿Estaba escuchando bien? ¿El candidato del PRI estaba afirmando que porque ellos no habían llegado a un acuerdo con Milenio los resultados de la encuesta se habían volteado a favor de la candidata del PAN?
No tiene nada de malo que un partido contrate una casa encuestadora. El problema es que esta misma firma publique su encuesta en un medio y no aclare quién está pagando el ejercicio demoscópico.

LA NOCHE DE AMLO

Hoy por la noche se realizara el encuentro de López Obrador con los agudos reporteros de Televisa y el periódico Milenio, en el programa “Tercer Grado”.
Estarán en juego los intereses de poderosos y millonarios empresarios en confrontación con la inteligencia de un idealista que se resiste a dejar de soñar.

INTERESADO EU EN LOS COMICIOS
Se han reunido en tres ocasiones analistas de la política exterior con la secretaria de Estado, pusieron en el escritorio de Hillary Clinton, los diversos escenarios sobre lo que ocurriría el próximo domingo primero de julio, en el vecino país del sur, donde se efectuarán elecciones presidenciales. Tienen perfectamente visualizado el grave problema que existiría si repitieran el fraude del 1988 y el 2006. Las actuales autoridades diplomáticas mexicanas los han convencido que si regresa el PRI, habría un acuerdo con los diversos cárteles de los narcotraficantes y por otra parte, los norteamericanos saben de la triste permanencia del actual partido político que equivocadamente ejerce el poder. En ambos casos podría ocurrir un movimiento civil difícil de parar.
Un editorial del periódico Washington Post y una columna del Wall Street Journal, dan a conocer este tipo de reuniones de estrategas demócratas y republicanos, sobre el riesgo que existe sobre un nuevo engaño electoral y el trastorno que provocaría en la economía y estabilidad del continente.
La buena relación de la Casa Blanca con gobiernos socialistas como Brasil, Argentina, Ecuador, Nicaragua y Uruguay les ha dado buenos resultados, de allí el apoyo que les han estado dando al creciente voto latino norteamericano que coincide con los principios de los demócratas de Barack Obama, que busca su reelección.
Esas son las cartas que se juegan entre miembros del Senado, la secretaria Clinton y el cuerpo diplomático acreditado en nuestro país.