Por Maquiavelo
Columna: Se dice que...
Democratización de los medios.
2012-05-27 | 21:09:28
Dentro del manifiesto presentado por el candidato del PRI, Enrique Peña Nieto hay un postulado muy significativo en cuanto a la revisión de la relación que tiene el gobierno con los medios a través de la publicidad. Sería una auténtica revolución de la media mexicana que alteraría la esencia de los impresos y algunos órganos electrónicos.
Es una vieja regla de oro que los medios de mayor circulación y con audiencia más selectiva son los más críticos hacia las esferas gubernamentales. Obligaría a los subvencionados con esta revisión a competir por mayores audiencias o mejor circulación, al igual que los mercados masivos o de calidad.
La sumisión de los periodistas hacia las autoridades se traduce en una pérdida de credibilidad, aunado al rechazo de la gente pensante y con ello el desinterés tanto de los lectores, radioescuchas y televidentes.
Los dueños de estos medios se encuentran a si mismos porque no son periodistas, sino negociantes, aunque se les demuestre que pueden ganar más dinero diciendo la verdad que incurriendo en la mentira.
Esta revisión que propone en el decálogo por una Presidencia Democrática de Peña Nieto, provocaría una depuración en los órganos noticiosos, tendrían que desaparecer verdaderas lacras de la desinformación. Es la respuesta del exgobernador del estado de México a la justificada demanda de los estudiantes universitarios sobre el derecho a la información y democratización de los medios.
La protesta de los jóvenes se concentra de manera significativa en la existencia de un cerco noticioso de varios medios que se oponen a que la sociedad mexicana este bien informada. Sobre ese bloqueo a la noticia ha sido una bandera que ha enarbolado durante seis años, el candidato del movimiento progresista Andrés Manuel López Obrador. Y que en esta ocasión la asume como un compromiso el candidato priísta.
La propuesta del mexiquense es fundamental, ojalá la cumpla. Sería el final de la simulación periodística, los cochupos para los columnistas, la descarada compra de las plumas y los apoyos a conductores de electrónicos que cotizan los elogios y ocultan todo aquello que afecte a sus patrocinadores oficiales. La demanda es que terminen los pactos entre los propietarios de medios y los diversos gobiernos.
Que exista un código de ética que impida la colusión informativa.
Hace varias décadas que los periódicos se acomodaron como guardianes del gobierno que impedían la difusión de las noticias negativas.
Claudicaron en sus principios fundamentales de ser objetivos y plurales. Abandonaron su responsabilidad social.
José Vasconcelos, el filósofo y escritor mexicano, afirmaba que no es posible crear una publicación de verdad independiente en un mundo que se encuentra oprimido en todos los órdenes.
¿Quién duda que hay libertad de expresión? Se pregunta el periodista Raymundo Riva Palacio y se responde: Pero es una mascarada que mantiene el Status Quo. Por la dialéctica económica con el poder, la información que llega a las audiencias ni es equilibrada ni es balanceada. La libertad alcanzada no fue de prensa sino de empresa.
La democratización de los medios es el verdadero fondo de este análisis de la relación existente con los gobiernos. Otro capítulo de especial trascendencia sería el final de los controles políticos, que fue practica muy socorrida durante el sexenio salinista a través de la persuasión, amenazas fiscales y el hostigamiento.

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