Para este jueves 26 se tiene previsto que Alejandro Montano Guzmán presente formalmente su renuncia como secretario general de la Federación Estatal de Organizaciones Populares, del PRI.
Montano, como ya se sabe, está por solicitar su registro como precandidato a diputado federal por el octavo distrito electoral con cabecera en Xalapa.
Para sustituir al exsecretario alemanista de Seguridad Pública en la CNOP de Veracruz, los altos mandos pretenderían imponer a una mujer, pero no sería la actual secretaria de Organización, la exdiputada federal y exalcaldesa de Tantoyuca, María del Carmen Pinete Vargas, sino la exdiputada local y exmunícipe de Minatitlán, Guadalupe Porras David, lo que tiene realmente preocupados a algunos líderes y militantes cenopistas.
Y es que Porras David, cuyo registro como candidata a diputada federal fue revocado por el IFE en 2009 debido a que fue declarada inelegible porque no solicitó licencia como alcaldesa dentro del plazo estipulado por la ley, encabezó una administración municipal muy cuestionada por diversos sectores de la ciudadanía minatitleca.
Es más, en el pliego de conclusiones de la auditoría practicada por el Órgano de Fiscalización Superior al ejercicio 2009, el ORFIS señaló que “se detectaron irregularidades en la gestión financiera del municipio de Minatitlán, notificadas en los pliegos de observaciones y no solventadas en el plazo legal previsto, que hacen presumir la existencia de responsabilidad resarcitoria por un daño patrimonial de 11 millones 732 mil 432 pesos”, y que además “se detectaron irregularidades por erogaciones aplicadas en conceptos distintos a los de infraestructura social previstos en la legislación aplicable, por un monto de 26 millones 897 mil 895 pesos”.
Porras David, quien es suegra del actual alcalde priista de Coatzacoalcos, Marcos Theurel Cotero, reapareció públicamente en el Consejo Político Estatal del PRI en marzo del año pasado. Ahí fue entrevistada por los reporteros acerca de este caso, sobre el cual argumentó que la única observación que le había hecho el ORFIS fue en relación con un bulevar construido durante su administración con recursos del Fondo para la Infraestructura Social Municipal.Se refería al bulevar “Manuel Ávila Camacho”, construido con retrasos y deficiencias técnicas y materiales, según denunciaron algunos líderes de colonias.
“La observación fue por un bulevar que se construyó con recursos del FISM, que era para pobreza extrema. Comprobamos que ese bulevar conduce a colonias muy vulnerables. Ese fue el problema. Entonces con documentación, con fotos, expedientes de obra pública solventamos todo y no hay ningún problema”, intentó explicar la ex alcaldesa, quien atribuyó el origen de todas estas observaciones hechas por el ORFIS a su ausencia en la alcaldía, debido a que pidió licencia –extemporánea, como lo confirmó posteriormente el fallo del IFE– para hacer campaña a la diputación federal en 2009.“Yo estuve fuera seis meses, en campaña a diputada federal y eso fue el trastorno administrativo, pero todo está aplicado, solventado, aclarado, no hay ningún problema”, dijo la señora Porras, quien presumió que “estoy tranquila, mi carrera política no es de ahorita, ni tampoco pende de un comentario bastante desafortunado que alguien haga sin tener pruebas”.Sin embargo, en esa ocasión en que fue abordada por los periodistas –marzo de 2011– la propia exmunícipe sureña admitió que el requerimiento del ORFIS aún no estaba totalmente satisfecho, ya que aseguró que antes de mayo estaría solventando el pendiente solicitado por la Comisión de Vigilancia del Congreso local y del Órgano de Fiscalización.Guadalupe Porras exigió “respeto” a sus detractores políticos, a los cuales pidió que se abstuvieran “de hacer declaraciones sin sentido”. La exalcaldesa no quiso mencionar sus nombres, pero era obvio que se refería a los dos políticos de Minatitlán que habían vertido declaraciones en su contra: uno, su sucesor en la presidencia municipal, el exdiputado petrolero Leopoldo Torres, y, el otro, el actual legislador local Flavino Ríos Alvarado, con el cual, de llegar efectivamente a la secretaría general de la CNOP estatal, la exmunícipe se habrá de enfrentar, ya que al exsecretario de Gobierno del régimen alemanista le atribuyen haber dividido el año pasado al sector popular del PRI en esa municipalidad que siempre ha pretendido gobernar.
EL OTRO YUNAZO
Un acucioso lector de esta modesta columna nos envió un comentario acerca del texto publicado en “Al pie de la letra” de ayer, el cual fue titulado “Canibalismo priista”.
Y nos hizo la atinada observación de que en el proceso municipal de 1997 otro Yunes, Miguel Ángel Yunes Linares –a la sazón presidente del CDE del PRI y fuerte aspirante a suceder al gobernador Patricio Chirinos Calero en la sucesión estatal de 1998–, también fue víctima de la perversidad de sus correligionarios que contribuyeron a aquella debacle electoral para descarrilar las aspiraciones del ex secretario de Gobierno.
Si Yunes Linares, por cuyo inmenso poder que llegó a ejercer fue considerado el “hombre fuerte” del régimen chirinista, no lo consiguió… ¿ahora podrá lograrlo su primo hermano Héctor Yunes Landa, quien parece estar resuelto, en primera instancia, a encabezar a como dé lugar la primera fórmula de candidatos priistas al Senado de la República para quedar políticamente blindado en caso de un hipotético desastre electoral en los comicios federales de julio próximo?
Ayer trascendió que en una reunión con su equipo de campaña más cercano, el otro Yunes priista que también será postulado al Senado, José Francisco Yunes Zorrilla, quien se presume que es el candidato favorito del gobernador Javier Duarte de Ochoa, habría tomado las precauciones políticas más ortodoxas para intentar frenar la desbocada ambición del exsubsecretario de Gobierno, de quien pese a todo se sigue refiriendo cariñosamente a él como “tío Héctor” aunque entre ambos no exista ningún tipo de parentesco sanguíneo.