Por Raymundo Jiménez
Columna: Al pie de la letra
A... costa de los campesinos
2012-01-12 | 21:26:21
El pasado lunes 9, el ingeniero Valentín Casas Cortés –quien ha sido presidente municipal de La Antigua y diputado local por el distrito electoral con cabecera en Coatepec–, asumió la Subsecretaría de Desarrollo Agrícola y Forestal de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesca (Sedarpa) del gobierno del estado.
Casas Cortés, quien en marzo del año pasado fue víctima de una banda de secuestradores profesionales que negoció con su familia una abultada cifra de siete ceros a cambio de su liberación, sustituyó a Francisco Acosta Moreno, quien de septiembre de 1998 a noviembre de 2004 fue jefe del Distrito 005 de la Sagarpa con sede en Fortín, y luego coordinador distrital de Procampo. Posteriormente, de diciembre de 2004 al 2 de abril de 2006 fue designado director general de Vinculación y Tecnologías de la Sedarpa por su titular Juan Humberto García Sánchez, quien después lo mantuvo como asesor desde principios de abril de 2006 a noviembre de 2010.
Precisamente a García Sánchez –quien en el sexenio del gobernador Fidel Herrera Beltrán (2004-2010) ocupó la Secretaría de Desarrollo Agropecuario como una concesión a un poderoso grupo de empresarios cordobeses ligados a las industrias del café, arroz y azúcar– se le atribuye haber recomendado a Acosta Moreno con el gobernador Javier Duarte de Ochoa luego de su fracasada intentona de continuar en la Sedarpa por lo menos un año más.
Pero el ex asesor estrella de Juan Humberto García duró en el cargo menos de 13 meses.
¿Por qué? Existen varias versiones. La última, esparcida por sus personeros, es que será impulsado para sustituir próximamente en la dirigencia estatal de la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos de la CNC a la ex alcaldesa de Emiliano Zapata y ex diputada por Coatepec, Bertha Hernández Rodríguez, cuyo periodo ya venció.
Sin embargo, en la Sedarpa corre otro tipo de comentarios nada favorables al desempeño de Acosta Moreno y de su equipo más cercano de colaboradores, los cuales permanecieron más de siete años en la nómina gubernamental.
Por lo menos descartan que su salida corresponda a reacomodos y/o al presunto pago de compromisos. Y es que argumentan que dentro de sus funciones como subsecretario de Desarrollo Agrícola y Forestal, Francisco Acosta tenía bajo su responsabilidad el área de Contingencias Climatológicas, donde se manejan jugosos dividendos a costa de los pobres campesinos, ya que es ahí donde se cobran cuantiosas cantidades de dinero que presuntamente el ex funcionario y sus incondicionales se embolsaban y despilfarraban en juergas y mujeres.
Al ex subsecretario lo vinculan, por ejemplo, con Alejandro Ortiz Patraca, a quien señalan como su lugarteniente en el cobro de seguros con credenciales de los campesinos veracruzanos.
De toda esta situación se habría enterado a tiempo el gobernador Duarte de Ochoa a través de la Contraloría Interna, la que presuntamente habría detectado un desfalco fraudulento de más de 30 millones de pesos, aparte de que le imputan haber negociado un alto porcentaje con productores ficticios beneficiados con proyectos productivos por más de 20 millones de pesos.
En la Sedarpa, algunos de sus ex subordinados refieren que entre los empleados menores era conocido como el “Príncipe de la gestión” y el “Rey de los proveedores”, ya que desde el sexenio anterior no había una sola organización campesina o prestador de bienes y servicios al que no se le apareciera pidiéndole su respectiva “comisión”.Según versiones periodísticas, buena parte de todos estos recursos extraordinarios Acosta Moreno los habría depositado en cuentas bancarias abiertas a nombre de diversas mujeres en Xalapa, el puerto de Veracruz y Tlalixcoyan, su tierra natal, donde a todas les habría puesto casa con vehículos de lujo.
El sexenio anterior lo pudo hacer sin ningún problema porque precisamente todas estas prácticas correspondían al estilo de gobernar de Herrera Beltrán, de quien, además, se jactaba de ser su compadre aunque en realidad no existe tal parentesco político.
Pero ahora se topó con el gobernador Javier Duarte, quien ha impuesto orden administrativo y está decidido a actuar con transparencia y honestidad, por lo que ha tenido que implementar medidas draconianas para reducir el gasto corriente, cubrir los pagos pendientes a contratistas y proveedores, reestructurar la deuda pública de la administración anterior y financiar proyectos de infraestructura y de desarrollo social para intentar abatir al 50 por cientos los índices de pobreza en la entidad al final de su sexenio.
Seguramente Acosta Moreno ya no recuerda aquellas palabras que él mismo pronunció en noviembre de 2004, cuando al entregarle a Nicolás García, ex jefe del CADER de Huatusco, la jefatura del Distrito 005 de la Sagarpa que había administrado durante cinco años y siete meses, dijo: “Me voy contento pero no satisfecho porque hay un sector que pediría a los funcionarios tuvieran la oportunidad de conocer, que es el México oscuro, el México de los indígenas, en el que tenemos que trabajar todas las instituciones, todos los investigadores y especialistas en Desarrollo Rural para comprobar si la teoría con la que hemos trabajado es la indicada porque tengo 26 años dentro de la Secretaría y no hemos podido sacar ese México oscuro adelante”
¿Lo sacaremos con funcionarios y líderes campesinos así? Esa es la gran interrogante.

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