Este viernes 6 se conmemorará el 97 aniversario de la primera Ley Agraria del país, la cual fue promulgada en enero de 1915 por el presidente constitucionalista Venustiano Carranza en el puerto de Veracruz.
A esta multitudinaria concentración campesina se prevé que asista el exgobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, quien como precandidato presidencial del PRI visitará por segunda ocasión la entidad veracruzana en menos de un mes.
Por ser el tercer estado con el mayor padrón electoral del país –solo superado en número de votantes por el Estado de México y el Distrito Federal–, Veracruz es un estado clave en el esquema electoral del mexiquense, quien luego de la sorpresiva anulación del triunfo del PRI en el municipio de Morelia se ha propuesto trabajar para obtener una victoria holgada en los comicios presidenciales del primer domingo de julio próximo.
Los estrategas electorales de Peña Nieto se han fijado alcanzar más de 20 millones de votos, de los cuales cerca del 10 por ciento pretenden sacarlos de Veracruz.
La proyección de esta cifra ha puesto a sudar a los directivos del PRI estatal y a los operadores políticos del gobernador Javier Duarte de Ochoa, ya que la máxima votación histórica lograda aquí por el partido tricolor ha sido la que consiguió precisamente el actual mandatario veracruzano en el proceso electoral de 2010, que fue de casi 1.4 millones de votos.
Sin embargo, en el Comité Directivo estatal del PRI existe incertidumbre porque su presidente Héctor Yunes Landa se apresta a contender en este proceso electoral federal y hasta la fecha no se ha perfilado aún con claridad a su virtual sucesor.
Es más, ha trascendido un aparente jaloneo de tipo generacional entre un grupo de jóvenes muy cercano al gobernador Duarte y los priistas de mayor experiencia que desde hace más de cinco sexenios han venido liderando a las principales corrientes del priismo veracruzano, entre los cuales existe una seria preocupación porque además de que no han visto todavía una sólida estructura electoral también se han percatado del descuido en el proceso de integración de los 21 consejos distritales del IFE en la entidad, los cuales se habrían formado en su mayoría con ciudadanos más identificados con el PAN y el PRD.
Para el peñismo, pues, Veracruz es una entidad estratégica, dado que el Distrito Federal es gobernado y dominado por el PRD, partido con el cual será la verdadera contienda por la Presidencia de la República, según vaticinó basado en las encuestas priistas el exdirigente nacional del PRI, Humberto Moreira.
Y es que más que a la estructura formal del PRD, PT y Movimiento Ciudadano (MC), el precandidato único de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador, le está apostando a que los llamados “protagonistas del cambio verdadero” le aseguren por lo menos 20 millones de votos en la elección presidencial del 1 de julio.
Su red de simpatizantes será clave en la estrategia del perredista tabasqueño, aunque al cierre de 2011 el Movimiento Regeneración Nacional (Morena), que se había fijado la meta de integrar a 4 millones de ciudadanos –entre militantes del PRD, PT y MC–, sólo había registrado 2 millones 800 mil a principios de diciembre pasado.
Quienes aceptan ser “protagonistas del cambio verdadero” se deben registrar, contar con una credencial, asumir el compromiso de apoyar a López Obrador y promover su proyecto de gobierno, además de convencer a cinco personas más de votar por él.
López Obrador confía en que la red de Morena le asegure 20 millones de sufragios.
En la elección de 2006, el exjefe de Gobierno del Distrito Federal obtuvo 14 millones 756 mil 350 votos, contra 15 millones 284 de Felipe Calderón, del PAN; es decir, una diferencia de 243 mil 934 votos.
López Obrador ha enviado una carta a cada protagonista, en la que les afirma que la creación de esta estructura es un “plan sencillo, pero eficaz y trascendente”, pues en la elección de 2006, admite, el error fue no contar con esa organización.
De los 65 mil comités de Morena que pretende integrar en todo el país, actualmente cuenta con 44 mil.
Desde diciembre pasado, en varios municipios de Veracruz han comenzado a observarse brigadas de lopezobradoristas que arriban a las comunidades a bordo de autobuses con las siglas de “Morena”.
Los activistas de López Obrador dedican al menos cuatro días a la semana –seis horas diarias– a recorrer las principales congregaciones para empadronar al mayor número de protagonistas del cambio.
Su estrategia es convencer a los ciudadanos de que si López Obrador llega a Los Pinos, a su entidad llegarán los mismos programas sociales que él desarrolló exitosamente durante su administración en el Distrito Federal.
Para sustentar las promesas, los operadores de Morena explican a los interesados que cuando López Obrador fue Jefe de Gobierno del DF, 92 por ciento de los adultos mayores recibieron una pensión de 897 pesos; las madres solteras tuvieron ayuda mensual por casi mil pesos; que 75 por ciento de personas que no tenían seguro social fueron atendidos en clínicas locales.
Además, presumen que el perredista tabasqueño entregó 10 millones de útiles escolares a estudiantes de educación básica y creó la Universidad de la Ciudad de México.
“Nuestra carta de presentación es el trabajo que él hizo en el DF, porque en los estados la gente pide este tipo de apoyos”, dicen los promotores de López Obrador, quienes además refieren que “cada operador de Morena debe leer como loco para responder a todos las preguntas y contrastar las propuestas de Andrés Manuel con otros aspirantes, y lograr no solo atraer a gente nueva, sino a aquellos perredistas que están decepcionados y alejados del partido”.