En la sucesión presidencial de 2012, los priistas veracruzanos parecen estar viviendo el mismo escenario sufrido en la entidad durante la sucesión gubernamental de 1998.
Y es que aparte del carisma y la popularidad reflejadas en las encuestas, así como por sus estrechas ligas con Televisa, curiosamente han comenzado a descubrir otras coincidencias entre el precandidato del PRI a la Presidencia, Enrique Peña Nieto, y el ex gobernador Miguel Alemán Velazco, quien al igual que el mexiquense también aspiró a la silla presidencial.
Precisamente a mediados de 1999, en la víspera de la elección federal del año 2000, trascendió que los gobernadores priistas afines al presidenciable secretario de Gobernación, Francisco Labastida Ochoa, solían mofarse en corto de las aspiraciones del carismático gobernador de Veracruz, de quien burlonamente se referían a él como “el burro de oro”.
En aquella ocasión se desató además una ruda campaña mediática contra Alemán para hacerlo desistir de sus pretensiones presidencialistas. Por ejemplo, un conductor de un noticiero radiofónico nacional frecuentemente lo ridiculizaba. En una ocasión comentó que era el único autor que conocía que “ha escrito más libros de los que ha leído”.
Durante su campaña a la gubernatura y también en su administración, sus operadores de medios de comunicación se las vieron realmente negras para contener los daños por sus yerros verbales y declaraciones apolíticas, tal como ahora están sufriendo los asesores de imagen de Peña.
De Alemán, por ejemplo, fue célebre aquella respuesta que dio –”Yo no soy bombero”–cuando le cuestionaron su ausencia del estado y del país durante el incendio en un mercado del puerto de Veracruz el 31 de diciembre de 2003, con saldo de varios muertos.
Para fortuna de Alemán, en su campaña por la gubernatura, en 1998, las llamadas redes sociales no tenían la presencia ni la influencia que ahora parece tendrán en la sucesión presidencial de 2012.
Por lo mientras, Peña ha comenzado a ser blanco del escarnio de los cibernautas. Y es que apenas ocho días después de su pifia en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, el ex gobernador mexiquense ha vuelto a ser objeto de ironías y ridiculizaciones por equivocarse con el monto mensual del salario mínimo en México.
El aspirante presidencial del PRI tasó en 900 pesos mensuales el minisalario, cuando para 2011 son alrededor de mil 740 pesos.
En entrevista con el diario español “El País”, Peña también fue interrogado sobre precios de productos básicos. Algunos los supo, otros, no.
Tras su desastroso lapsus en la Feria del Libro de Guadalajara, donde dijo que la novela “La Silla del Águila” es del historiador Enrique Krauze, cuando su verdadero autor es Carlos Fuentes, el ex gobernador Peña fue motejado como “Truman Copete”, en alusión al periodista y escritor norteamericano Truman Capote, autor de la célebre novela negra “A sangre fría”.
Pero Peña, como en su momento le ocurría a Alemán, no acaba de salir de un embrollo cuando ya está metido en otro. Ahora se ha convertido en la botana de los tuiteros a raíz de otro desacertado comentario hecho al mismo diario español. Este lunes 12, el periodista Salvador Camarena dio a conocer en su noticiero radiofónico el audio de la entrevista que le hizo para “El País”. Cuestionado sobre cuánto cuesta un kilo de tortilla, Peña respondió: “No soy la señora de la casa... debe estar entre siete y ocho pesos”.
El hashtag #nosoylaseñoradelacasa se convirtió en trending topic o tema más popular en la red social Twitter.
Después de transmitirse el audio de la entrevista, en el noticiero Peña dijo que su declaración fue sacada de contexto, pues él era el primero en reconocer el trabajo de las mujeres, en la casa y el trabajo, y que no pretendió descalificar su labor.
En Twitter se creó otro hashtag: #mesacarondecontexto. En su cuenta @EPN (Enrique Peña Nieto), el mexiquense escribió que “lamento y me ha sorprendido la reacción a un comentario que hice en la entrevista a El País”, y posteriormente pretendió aclarar que “dije ‘no soy la señora de la casa’, en referencia exclusiva a mi hogar, no como una expresión despectiva u ofensiva para las mujeres”.
Sin embargo, el daño ya está hecho y se viene a sumar a la crisis de su derrape en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, el cual le valió duras críticas como la del periodista Jorge Ramos Ávalos, quien es considerado por la revista “Times” como uno de “los 25 hispanos más influyentes de Estados Unidos”, pues ha ganado ocho premios Emmy y el prestigioso Maria Moors Cabot otorgado por la Universidad de Columbia, además de que desde 1986 es el conductor titular del Noticiero Univisión. Ha escrito siete libros –el último es “Morir en el intento”– y su columna la distribuye el New York Times Syndicate a decenas de diarios en el hemisferio.
El pasado fin de semana le dedicó a Peña su columna titulada “Olvidos que nunca se olvidan”, en la que inicia cuestionando que el mexiquense “no haya podido decir cuáles eran los tres libros que más habían marcado su vida. De hecho, no pudo citar correctamente otro libro además de la Biblia. Eso habla de sus intereses y preparación. Como reporteros no debemos proteger ni promover a ningún candidato. Y menos si va ganando”.
Ramos dice que “era obligado que en la Feria Internacional del Libro (FIL) le preguntaran a Peña Nieto sobre libros y no iba preparado. Punto. Yo estuve ahí en la extraordinaria feria (con un récord de más de 659 mil asistentes) y era lo que todo el mundo comentaba”.
Sin embargo, el columnista y conductor de TV salta a otro asunto mucho más grave. “Esto nos lleva al segundo olvido de Peña Nieto. En marzo del 2009, cuando le pregunté en una entrevista para Univisión de qué había muerto su esposa, Mónica Pretelini, a los 44 años de edad, no me pudo responder correctamente: ‘Ella llevaba dos años de tener una enfermedad parecida a...se me fue el nombre de la, de la...el nombre de la enfermedad...No es epilepsia propiamente, pero algo parecido a la epilepsia’. Decenas de miles vieron ese video en Youtube.”
Después refiere que “nos volvimos a ver en febrero del 2011 y le comenté a Peña Nieto la sorpresa de muchos cuando él no supo contestarme de qué había muerto su esposa. ‘Es absurdo pensar, Jorge, que no sepa de qué murió mi esposa’, me dijo. ‘Fue un lapsus no poderte decir que mi esposa sufría en ese entonces de ataques de epilepsia, que habían derivado en una insuficiencia cardíaca y que eso la había llevado a perder la vida. ¿Cómo no tener claro y conocer esto? Simplemente fue un lapsus’. (Este tema lo trató en el libro Los Presidenciables, publicado por Grijalbo, y aquí está el link de las dos entrevistas: http://youtu.be/hSxk48jKa7Y)”.
Ramos describe que en esa última entrevista, Peña Nieto aún no abría su cuenta de Twitter, “pero me dijo que ‘las redes sociales facilitan el mayor conocimiento de un actor de la política. Al final de cuentas, en una carrera por una Presidencia, lo que buscan (los electores) es conocer más a la persona, qué piensa, qué haría en ciertos escenarios, qué propone, cuál es su pensamiento, cuáles son sus convicciones, cómo es en lo personal’.
“Exactamente. Para eso son las campañas; para conocer a los candidatos. Y ahora el gran reto de Peña Nieto es tratar de evitar que esos olvidos personales lo definan y lo tumben. Las encuestas indican que él es el favorito. Pero todos los otros candidatos están esperando un resbalón del puntero”, advierte el columnista.
“Si no estuvo preparado para hablar de libros en la FIL ni tampoco para explicar la muerte de su primera esposa, ¿estará preparado para ser presidente? ¿Es la mejor persona que existe en todo México para ese puesto? ¿Es importante que el próximo presidente sea, también, un buen lector?”, pregunta Ramos, quien añade que “la mayor vulnerabilidad de Peña Nieto en estos momentos es en lo personal, más que en lo político. ¿Está capacitado y tiene la personalidad para enfrentar el periodo de mayor violencia desde la revolución, crear un millón de empleos al año y reorganizar una sociedad donde el 10 por ciento más rico gana 26 veces más que el 10 por ciento más pobre (según la OCDE)?”
Son las grandes dudas. Ojalá este domingo 18 el precandidato del PRI las aclare ante los aproximadamente diez mil priistas veracruzanos que se reunirán con él en el World Trade Center de Boca del Río.