Por Raymundo Jiménez
Columna: Al pie de la letra
Los Yunes
2011-12-01 | 21:02:10
De manera sorda y soterrada, al interior del PRI veracruzano se viene dando una fuerte pugna por las candidaturas de mayoría relativa al Senado de la República.
A diferencia de las postulaciones a la diputación federal –de las cuales varios secretarios y subsecretarios de la administración del gobernador Javier Duarte han evadido la nominación priista proponiendo a otros aspirantes y comprometiéndose a apoyarlos para que triunfen en la complicada elección de julio de 2012, como sería el caso de los distritos de Coatepec, Acayucan y Coatzacoalcos, donde el secretario de Educación, Adolfo Mota; el subsecretario de Gobierno, Erick Lagos, y el titular de Desarrollo Social, Marcelo Montiel, están impulsando respectivamente las precandidaturas de Fernando Charleston Hernández, Regina Vázquez Saut y Joaquín Caballero Rosiñol–, en cambio, la disputa por los dos escaños senatoriales se ha ido acentuando porque uno de los pretendientes es el actual presidente del CDE del PRI, Héctor Yunes Landa, quien ya en 2010 fue obligado a disciplinarse en la contienda interna por la gubernatura, pese a que supuestamente encabezaba las preferencias electorales en la mayoría de las encuestas.
Ahora, Yunes Landa se ha vuelto a topar con el mismo escenario adverso, pues anda mostrando otros sondeos de opinión en los que presuntamente aparece por arriba del diputado federal por el distrito de Coatepec, José Francisco Yunes Zorrilla, quien sería el supuesto aspirante favorito del gobernador Duarte para competir como candidato en la primera fórmula priista al Senado de la República, lo que favorecería al joven político oriundo de Perote en caso de que el PRI perdiera esta elección y quedara en segundo lugar en la votación, ya que como primera minoría aseguraría de cualquier manera el escaño senatorial.
En cambio, el problema del dirigente del Revolucionario Institucional es que muy al contrario de lo que ha venido sucediendo con Yunes Zorrilla, de Palacio de Gobierno no le han mandado hasta ahora señales claras y certeras de que pudiera ser postulado en la segunda fórmula de candidatos que la coalición “Compromiso por México”, formada por el PRI, PVEM y Panal, registrará para el Senado de la República por Veracruz. Y es que esta otra candidatura es disputada también por personajes muy cercanos al gobernador Duarte de Ochoa y al virtual candidato presidencial priista Enrique Peña Nieto, entre ellos el actual coordinador de la diputación federal veracruzana, Juan Nicolás Callejas Arroyo, quien además es el guía moral del magisterio afiliado a la Sección 32 del SNTE, la mayoritaria en la entidad.
Desafortunadamente para Yunes Landa, sus vínculos de amistad con el senador Manlio Fabio Beltrones también podrían estarle restando posibilidades de afianzar esta nominación, pues el ex gobernador de Sonora, al declinar públicamente sus aspiraciones por la candidatura presidencial no solo cuestionó la presumida “unidad” priista sino que de hecho deslegitimó a Peña Nieto al dejarlo en calidad de “precandidato único”, lo que impedirá de aquí hasta febrero del año entrante que el mexiquense pueda realizar precampaña abierta por radio y televisión.
Además, en el primer círculo del duartismo Yunes Landa es tolerado por el compromiso que de última hora hizo con el gobernador Duarte en la etapa final de la sucesión estatal de 2010, pero los colaboradores más allegados al mandatario veracruzano desconfían de él porque presuponen que de llegar al Senado de la República anticipará su precampaña por la gubernatura de 2016, tal como lo hizo en el 2001 Fidel Herrera Beltrán para imponérsele al grupo del gobernador Miguel Alemán Velazco.
De hecho, esto mismo es lo que presuntamente habría motivado al propio gobernador Herrera a dejar perder las senadurías en el 2006. En esa ocasión, el cuenqueño impuso a Yunes Zorrilla, quien en ese momento fuera de la región de Perote era desconocido en la entidad, y como candidato en la segunda fórmula permitió que acomodaran a Maximino Fernández, un junior del PVEM, sin arraigo en Veracruz, pero muy amigo de los hijos del mandatario estatal.
Ambas imposiciones tuvieron un alto costo electoral para el PRI, que estatal y nacionalmente fue relegado hasta el tercer lugar en la votación, impidiendo que Pepe Yunes alcanzara por lo menos el escaño senatorial de primera minoría. Por primera vez en la historia de Veracruz, el priismo se quedó sin representante popular en la Cámara alta del Congreso de la Unión.
En aquella ocasión, como ahora sucede con Héctor Yunes, otro ex dirigente estatal del PRI y aspirante al Senado, Jorge Uscanga Escobar, mostró infructuosamente las encuestas en las que supuestamente encabezaba las preferencias electorales muy por arriba de Yunes Zorrilla.
El ex subsecretario de Gobierno y ex procurador de Justicia inclusive se atrevió a impugnar ante el Tribunal Federal Electoral la validez de la candidatura priista de Pepe Yunes, quien solo tenía ventaja en los sondeos de opinión guardados por Herrera Beltrán.
Finalmente, Yunes Zorrilla fue candidato pero perdió, pese a que el coordinador de su campaña fue el entonces diputado local y ex alcalde de Coatzacoalcos, Marcelo Montiel, actual secretario de Desarrollo Social y uno más de la docena de prospectos para suceder a Héctor Yunes en la presidencia del CDE del PRI a principios del año próximo, ya que se da como un hecho la salida de Yunes Landa, aunque los duartistas lo ubican más como candidato a diputado federal que al Senado.
A Héctor Yunes, al igual que ocurrió en el 2006 con Jorge Uscanga –y de hecho lo mismo sucedió con Pepe Yunes en noviembre de 2008, cuando fue abruptamente sacado por el gobernador Herrera de la dirigencia estatal del PRI, ya que descollaba entonces entre los aspirantes a la gubernatura de 2010–, buscan cerrarle desde ahora los espacios para la sucesión estatal de 2016.
Los más acendrados duartistas no le temen que llegue al Senado Yunes Zorrilla, cuya institucionalidad y disciplina ya midieron en el relevo gubernamental del año pasado, pues fue el primero en declinar por el ex secretario de Finanzas y Planeación, al cual le coordinó posteriormente su campaña; pero del “tío” Yunes Landa recuerdan que no solo le complicó la nominación priista al gobernador Duarte sino que luego puso en riesgo su elección, pues no toda la estructura de su grupo “Alianza Generacional” se sumó al proyecto de Duarte de Ochoa, quien en marzo de este año operó su arribo a la presidencia del CDE del PRI porque ese habría sido el único compromiso con él durante su campaña.
Sin embargo, aparte de sus anticipadas aspiraciones por sucederlo en la gubernatura dentro de cinco años, Yunes Landa se ha convertido en un dirigente incómodo para Javier Duarte por sus nexos con el senador Beltrones, quien este domingo 27 de noviembre no asistió a la ceremonia de registro de Peña Nieto como precandidato único del PRI. Y tampoco, dicen, se le vio a Héctor Yunes, quien presuntamente se tardó demasiado desayunando en un restaurante cercano al edificio del CEN priista y cuando quiso entrar al auditorio “Plutarco Elías Calles” todos los accesos ya estaban herméticamente cerrados por personal de seguridad.
Por eso, según cuentan algunos duartistas, Yunes Landa no estaba presente cuando el contingente del priismo veracruzano hizo malabares para hacerle llegar al ex gobernador del Estado de México una vistosa chamarra roja con las ocho letras tejidas de la palabra “Veracruz”.
¿Será acaso un presagio de que tampoco llegará al Senado ni a la gubernatura?

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