Por Raymundo Jiménez
Columna: Al pie de la letra
* Calderón: nuevo trato
2011-02-21 | 22:28:27
Que se recuerde, nunca un Presidente de la República y su esposa llevaron tan mala relación con un gobernador de Veracruz y su cónyuge como sucedió el sexenio pasado con Felipe Calderón Hinojosa y Margarita Zavala con Fidel Herrera Beltrán y Rosa Margarita Borunda.

El trato del mandatario mexicano actual y de la señora Zavala hacia el matrimonio Herrera Borunda durante los primeros cuatro años del presente régimen presidencial fue, por ejemplo, radicalmente opuesto al que les brindó al final de su mandato el presidente Vicente Fox Quesada, también militante del PAN como Calderón.

Durante 2005 y 2006 Fox y su esposa Martita Sahagún visitaron frecuentemente el estado de Veracruz y sus afectos hacia el gobernante veracruzano lo manifestaron con millonarios apoyos al gobierno de la entidad.

Sin embargo, desde el inicio de su administración, el presidente Calderón marcó una relación fría y distante con Herrera Beltrán.

La primera descortesía ocurrió en 2007, cuando el Presidente acudió a inaugurar un tramo carretero federal en los límites de Puebla y Veracruz.

De la Presidencia de la República sólo invitaron al gobernador poblano Mario Marín.

Entrevistado sobre esta desatención, Herrera Beltrán dijo, irónico, que quizá no lo habían invitado por ser amigo del empresario Carlos Slim Helú, quien desde la sucesión presidencial de 2006 ya traía la malquerencia de Calderón por su cercanía con el ex jefe de Gobierno capitalino, el perredista Andrés Manuel López Obrador, a cuya administración apoyó como miembro del patronato para el rescate del centro histórico de la Ciudad de México.

Con Fidel Herrera se habría dado también una situación similar luego de que López Obrador ganó la elección presidencial en Veracruz y en todo el sur-sureste del país.

Sin embargo, quienes conocen desde hace 20 años tanto a Calderón como a Herrera Beltrán aseguran que en el michoacano se gestó un enconado repudio que data desde que coincidió con el cuenqueño en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión durante la LV Legislatura (1991-1994), a la que el ex gobernador llegó como candidato priista de mayoría relativa por el distrito electoral federal con cabecera en Cosamaloapan, mientras que el michoacano lo hizo por la cómoda vía plurinominal.

En cambio, en esa Legislatura, Calderón trabó una buena relación con el diputado del PRI por el distrito de Huatusco, Miguel Ángel Yunes Linares, acérrimo enemigo de Herrera Beltrán, quien desde entonces ya buscaba la candidatura del partido tricolor a la gubernatura de Veracruz, proyecto que se truncó en 1992 porque en ese entonces el presidente Carlos Salinas impuso a su amigo Patricio Chirinos contra la voluntad del entonces secretario de Desarrollo Urbano y Ecología.

Ambos iguales de rencorosos, Calderón y Yunes se mantuvieron unidos hasta el año pasado por el odio hacia Fidel Herrera, a quien nunca pudieron derrotar electoralmente. Ni en 1997, cuando deliberadamente el entonces secretario de Gobierno y el gobernador Chirinos accedieron a que fuera nuevamente candidato a diputado federal pero por el distrito de Boca del Río –en ese entonces principal bastión del PAN en la entidad–, ni en el 2010, cuando el Presidente y su esposa maniobraron para que el ex director general del ISSSTE fuera abanderado por Acción Nacional a la gubernatura de Veracruz.

Ahora, con Fidel alejado del poder en el estado, y con Javier Duarte en la gubernatura, la relación de Calderón con el nuevo gobernante veracruzano parece marcar una historia muy diferente a la del sexenio anterior.

El trato de Calderón hacia Duarte empezó a definirse desde que a finales de julio de 2010 el mandatario mexicano felicitó vía telefónica al candidato priista por la validación de su triunfo hecho en primera instancia por el Tribunal Electoral estatal y luego confirmado, tres meses después, por el del Poder Judicial de la Federación.

Esta cortesía política de Calderón hacia Duarte le valió al Presidente tremendo berrinche de Yunes Linares, quien a partir de entonces también selló su suerte con el jefe del Poder Ejecutivo federal, quien hasta la fecha no lo ha reincorporado al gabinete presidencial.

Es más, últimamente el grupo del ex candidato a gobernador ha sido apaleado al interior del PAN por las corrientes tradicionales de Acción Nacional en Veracruz, primero en el Consejo Estatal celebrado en noviembre de 2010 en Orizaba y luego el pasado fin de semana en la elección del dirigente juvenil del partido blanquiazul.

En cambio, la relación política e institucional de Duarte con Calderón sigue fortaleciéndose. El último acierto del joven mandatario veracruzano ha sido su iniciativa de Ley para el Otorgamiento de Pensiones a Deudos de Integrantes de las Fuerzas Armadas Caídos en Cumplimiento del Deber, aprobada la semana anterior por el pleno de la LXII Legislatura del estado.

Y ayer, en la ciudad de México, en el marco de la XXXIX Reunión Nacional de Directores del DIF, se dio un encuentro sumamente cordial entre doña Margarita Zavala de Calderón y la señora Karime Macías de Duarte, las cuales dialogaron sobre la importancia de unir esfuerzos en la lucha contra la pobreza y en la atención a las familias más vulnerables de Veracruz y el país.

La presidenta del DIF estatal de Veracruz invitó a la esposa del presidente Calderón a visitar la entidad y a conocer de cerca el trabajo coordinado que estado y federación realizan por el desarrollo de los veracruzanos.

Ahora sí que como canta el llamado Príncipe de la Canción, José José: “Ya lo pasado, pasado…”

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