Hay ciertas jugadas que en política tienen un sentido que pocos entienden. No hay la menor duda que detrás de los nombramientos del gabinete de Javier Duarte de Ochoa, se encuentra la mano que mece la cuna, que es en este caso el ex gobernador Fidel Herrera Beltrán.
Como un simple ejemplo el nombramiento del ex diputado federal, Adolfo Mota, en la Secretaría de Educación, que es la que más maneja el mayor presupuesto, que pareciera que se identificaba con el exgobernador Miguel Alemán Velasco. Al que Fidel en el último día de su mandato le hizo un reconocimiento muy significativo, como mensaje subliminal para Duarte de Ochoa, para que recuerde homenajear al anterior gobernador veracruzano. Resulta que dicho nombramiento su trasfondo político es muy diferente.
Para la gran mayoría de los priístas es un hecho que Humberto Moreira llegará al CEN del PRI, se olvidan que el candidato de Carlos Salinas de Gortari, por encima de la voluntad de los gobernadores será el yucateco y líder de la CNOP, Emilio Gamboa Patrón, que es el padrino que cuenta con los papeles de adopción de Adolfo Mota.
Fidel Herrera tenía que jugar esa carta del compadre de Manlio Fabio Beltrones para no contar con el veto del próximo líder nacional del PRI.
La designación a última hora de Jorge Uscanga Escobar también tiene su fondo de concertación con Emilio Chauffet, coordinador de la campaña de Enrique Peña Nieto.
En el gabinete no se dio ningún nombramiento que no tuviera su paso sin guarache.
No se descarta que se corra el riesgo que el tricolor dividido vuelva a sufrir la derrota electoral similar a la del 2000 y 2006.
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El celo político.
El aplauso que recibió Enrique Peña Nieto quien llegó una hora después de iniciado el evento de la toma de posesión del gobernador Javier Duarte de Ochoa, dejó helado a Fidel Herrera. Que los políticos veracruzanos aclamaran a su rival en la candidatura presidencial fue una forma de reconocer la facilidad que tienen los amigos para abandonarlo.
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Venganza de Calderón.
En el bunker de Felipe Calderón aún no aceptan la derrota sufrida en la entidad veracruzana y de acuerdo al espíritu rencoroso del mandatario, se elabora una nueva estrategia que ellos suponen les rendirá grandes dividendos para las campañas electorales del 2011 y 2012.
Según ellos cuentan con múltiples evidencias y denuncias del lavado de dinero en las campañas electorales del norte del estado.
Si bien el asunto del lavado de dinero en los comicios no es nuevo en el debate público. Los panistas que tienen como bandera la sangrienta batalla en contra del narcotráfico van a utilizar este argumento en contra de los priístas y tomando como ejemplo lo que piensan hacer con Veracruz.
Según el documento confidencial la acción que se planea es una lista de “personas políticamente expuestas que echaron mano de apoyos inconfesables para conseguir votos.” Donde figuran candidatos electos quienes están sujetos a investigación y cuyos “recursos gastados serán fiscalizables por las autoridades competentes”. De allí el nerviosismo de estos funcionarios que ahora resultan ilocalizables.