Por Raymundo Jiménez
Columna: Al pie de la letra
* MENTIRAS Y VERDADES
2010-11-14 | 21:21:58

La mañana de este lunes 15, el gobernador Fidel Herrera Beltrán entregará por escrito a la LXII Legislatura local su sexto y último informe de gobierno.

El grupo legislativo del PAN ya anunció que no asistirá a esta farsa.

Quizá tengan razón, pues como dice la canción del famoso cantautor guatemalteco, Ricardo Arjona, “el problema no es que mientas, el problema es que te creo”.

Y es que ayer domingo, en la ceremonia del aniversario luctuoso del ex gobernador Rafael Murillo Vidal, Herrera Beltrán volvió a reiterar que su administración no solamente ha saldado todas las deudas que tiene con cientos de constructores y proveedores de bienes y servicios, sino que además le dejará en caja a su sucesor Javier Duarte de Ochoa 6 mil 500 millones de pesos que –según él– serán más que suficientes para saldar los compromisos pendientes.

Fidel Herrera ha declarado esto con toda premeditación, alevosía y ventaja, pues sabe que por ortodoxia política y una mala entendida institucionalidad, el joven gobernador electo no saldrá a responderle ni a aclarar públicamente nada. A partir del 1º de diciembre próximo quién sabe. Sobre todo si al asumir el poder descubre que efectivamente en la Tesorería del estado no existen tales millones de pesos. Y aún así habría que ver todavía si Duarte le revirara a Fidel, pues no hay que olvidar que Javier fue secretario de Finanzas y Planeación, diputado federal por Córdoba, candidato del PRI a gobernador y ahora virtual sucesor del cuenqueño por decisión, protección e impulso de Herrera.

Pero si existen dudas de que Fidel Herrera deje finanzas públicas sanas, en otros rubros el régimen fidelista también cierra con otros graves problemas. Uno de ellos es el de la inseguridad, aunque ciertamente la situación de Veracruz aún no se equipara con las de otras entidades como Tamaulipas, Nuevo León, Sinaloa, Chihuahua, Michoacán, Baja California Norte, Guerrero, etcétera.

Sin embargo, en cuanto a seguridad pública el gobernador electo Javier Duarte no debe confiarse en las cuentas alegres del jefe de gobierno de la Fidelidad.

El reciente atentado contra el alcalde electo de Juan Rodríguez Clara, Gregorio Barradas Miravete, puso al descubierto otra realidad.

Para empezar, dicen que la alcaldesa de ese lugar, Amanda Gasperín Bulbarela, no esperó a que terminara su administración el 31 de diciembre próximo y decidió anticipar su salida. Actualmente nadie sabe de su paradero. Teme por su vida, pues en el sepelio del ex diputado federal del PAN los familiares y seguidores de Barradas Miravete insinuaron de dónde habría provenido la muerte del sucesor de la munícipe priísta.

Y es que en junio de este año, dos semanas antes de las elecciones locales, el padre de la alcaldesa, Jaime Gasperín Crivelli, también fue ejecutado en la cafetería de su hotel, en pleno centro de la cabecera municipal.

Pero este ambiente de crispación política y criminalidad no solamente existe en Rodríguez Clara.

En el municipio de Colipa, en la sierra de Misanta, también la alcaldesa Gina Dely Masegosa López se encuentra desaparecida desde hace cuatro meses. Y no sólo ella sino también su hija Marlene Santillán Masegosa, quien fungía como presidenta del DIF municipal, y la síndica Mercedes Borralles.

Los habitantes de ese lugar están inconformes porque no hay autoridades municipales que los atiendan. Además desconocen el destino de un préstamo que el Congreso local le autorizó contratar al ayuntamiento por 9 millones de pesos.

En Colipa el ambiente se encuentra tenso desde abril de este año, cuando en pleno proceso interno de selección de candidatos municipales del PAN fueron desaparecidos el ex alcalde Francisco Mota Uribe y el periodista Evaristo Ortega Zárate, del semanario “Espacio” y del “Diario de Misantla”, quien aspiraba ser postulado por el partido blanquiazul a la sindicatura. Junto con ellos también fue “levantado” Andrés Anglada Morgado, quien buscaba la candidatura de Acción Nacional por el municipio de Nautla.

Hasta el momento también se ignoran sus paraderos.

En Pánuco, la priísta Zita Pazzi Maza todavía no asume la alcaldía pero dicen que ya empezaron a correr las apuestas sobre cuántos días durará en esa presidencia municipal la ex directora del Sistema Estatal del DIF.

Y es que según cuentan algunos de sus allegados, la ex funcionaria fidelista estaría arrepentidísima de haber contendido por la alcaldía en lugar de la diputación local, que era la candidatura que le ofrecían cuando las negociaciones de la cúpula priísta asentada en la capital del estado se entramparon con el rejego munícipe panuquense Ricardo García Guzmán, quien tras la imposición de Zita como candidata del PRI para presidir ese ayuntamiento, decidió renunciar al partido tricolor y sumarse en un acto de campaña con el candidato del PAN a gobernador, Miguel Ángel Yunes Linares.

La señora Pazzi Maza estaría atemorizada por la presencia de grupos de la delincuencia organizada que han sobrecalentado esa municipalidad veracruzana limítrofe con el estado de Tamaulipas, donde en junio de este año fue asesinado el candidato del PRI a la gubernatura, Rodolfo Torre Cantú.

En Pánuco, como se recordará, aparecieron hace dos semanas los cadáveres de seis personas de entre 25 y 30 años de edad, cuyos cuerpos mostraban huellas de tortura y estaban semidesnudos.

Y a finales de agosto de este mismo año se suscitó una balacera entre militares y sicarios que se prolongó durante más de medio día. La ciudad quedó totalmente a oscuras porque durante la noche y madrugada le fue cortado el suministro de energía eléctrica, lo que obviamente propició la histeria colectiva.

En esa ocasión, el gobernador Fidel Herrera confirmó la muerte de seis sicarios y de un militar tras el enfrentamiento de más de 12 horas.

A mediados de agosto de este año, en la colonia Anáhuac, del municipio vecino de Pueblo Viejo, cinco policías municipales resultaron heridos al ser atacados con una granada de fragmentación mientras viajaban por carretera casi en los límites con Tamaulipas.

Según la versión de las autoridades estatales, el municipio de Pánuco y en general toda la zona norte de Veracruz está muy “caliente” por la frecuente entrada y salida de grupos delictivos que operan en Tamaulipas. Aseguran que se trata del “efecto cucaracha”.

Pero sea lo que sea, lo cierto es que las bandas criminales tienen en la zozobra a los habitantes de esa municipalidad huasteca así como a la edil priísta recién electa, cuya paranoia seguramente aumentó ahora a raíz del “levantamiento” y ejecución del ex diputado federal del PAN, Gregorio Barradas Miravete, quien se preparaba para gobernar el municipio de Juan Rodríguez Clara, en el sur del estado, a partir del 1º de enero de 2011.

“¿Ya ves?, debiste ser candidata a diputada”, le dijeron hace poco a Pazzi Maza, quien hace nueve meses se aferró a ser postulada para la alcaldía de Pánuco con el abierto veto del munícipe García Guzmán, quien perdió la elección municipal frente a Zita pero ganó la diputación local para su hijo Ricardo García Escalante.

Ahora, la ex directora del Sistema Estatal del DIF –muy allegada al gobernador Herrera y a su esposa Rosa Borunda– se ha percatado demasiado tarde del broncón que en materia de seguridad pública municipal está por venírsele encima.

Por lo mientras, ha trascendido que Zita ya sacó de Pánuco a sus hijas, y que las habría mandado con familiares a otra ciudad mucho más segura, fuera del estado.

A ver qué Veracruz nos “pinta” este lunes Herrera Beltrán cuando entregue al Congreso local su último informe de gobierno.

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