* En política no hay plazo que no se cumpla

Así, pues, el reloj de la sucesión gubernamental avanza y estamos a escasos 27 días de que se dé el cambio de estafeta y arranque el nuevo gobierno que encabezará Javier Duarte de Ochoa, quien tiene en la mente instrumentar una administración literalmente distinta a la que hasta ahora ha regido en la entidad.
Un gobierno diferente, que dará muchas sorpresas y que marcará un sendero nuevo para Veracruz.
Orden, organización, eficiencia, austeridad, serán los signos del quehacer de Javier Duarte. Así lo ha dicho en público y en privado y ha hecho énfasis en lo particular a su afecto y respeto por el gobernador Fidel Herrera y su señora esposa Rosa Borunda, pero con la precisión de que las decisiones a partir del primer día de diciembre las tomará él y nadie más, cerrando el paso a todas las especulaciones de buena y mala fe que auguran un continuismo de la Fidelidad.
De entrada, el distintivo rojo desaparecerá como sello del gobierno, y muchos esperan también que haya una manera distinta de operar.  Más allá de cumplir caprichos o expectativas de los simpatizantes o de los detractores del actual gobernante, todo cambio implica una transformación.
La gente espera cosas nuevas y ese es el gran reto que tendrá Duarte de Ochoa, quien además deberá convencer a los más de dos millones de veracruzanos que no votaron por él –por suponer un continuismo– que el nuevo gobierno será distinto en muchas cosas al que lo precedió.
Muchos malquerientes intentan confrontar al gobernador saliente y al entrante. En los corrillos de café menudean las discusiones sobre si Duarte cumplirá las peticiones políticas de Fidel Herrera. Nada más alejado de la realidad. Sin duda habrá consideraciones, pero no concesiones que acorralen políticamente al mandatario electo.
Es por eso que causó escozor una entrevista televisiva difundida el pasado martes en la que la señora Rosa Borunda de Herrera anticipa que a través de la Fundación “Karl” seguirá trabajando en Veracruz, una expresión que evidentemente parte de la sana intención de continuar apoyando a los damnificados, pero que políticamente pareciese una resistencia a dejar los espacios que durante seis años ocuparon y en los que se dieron resultados a favor de los veracruzanos, pero que a partir de ahora será tarea que corresponderá desempeñar a otras personas.

‘NUESTRO LÍDER’
Aunque los aires democráticos que han soplado en el mundo, en el país y en las entidades federativas han permitido que el poder se delegue, se comparta y se distribuya socialmente, la cultura que nos envuelve nos hace proyectar en una persona todo el poder y todo el liderazgo, como si de un Tlatoani se tratara. Pasa en México y en cualquier parte del mundo.
En Veracruz, el mando pleno lo ejerce el gobernante en turno. Aunque ha habido gobernadores muy absolutistas o controladores que no permiten que nada se escape a su voluntad, ha habido otros que han encontrado en la distribución del poder un camino para compartir las responsabilidades del gobierno.
Pero cualesquiera que sea el carácter de cada gobernante, todos los sectores sociales y políticos reconocen en el mandatario en turno el liderazgo pleno.
Por eso fue muy simbólico que este sábado 30 de octubre, en el recinto de la Reforma en el puerto de Veracruz –el sitio donde en 1859 fueron decretadas las Leyes de Reforma por el Presidente Juárez– el gobernador Fidel Herrera Beltrán llamara al gobernador electo Javier Duarte de Ochoa “nuestro líder”.
En el marco del décimo aniversario luctuoso de don Fernando Gutiérrez Barrios –otro liberal– y en presencia del líder del Senado, Manlio Fabio Beltrones, y de la lideresa del CEN del PRI, Beatriz Paredes Rangel, el hombre que ostenta actualmente el liderazgo de la entidad veracruzana no sólo llamó “nuestro líder” a Duarte de Ochoa sino que invitó a la clase política veracruzana a seguir su llamado a la unidad.
“Es hora de atender el llamado de nuestro líder, el gobernador electo Javier Duarte de Ochoa, de buscar la unidad, encontrar los consensos, de incluir a todos para buscar el destino renovado de Veracruz”, expresó Herrera Beltrán.
Duarte, invitado especial a este evento, fue ovacionado, aplaudido y arropado políticamente, a escasos días de que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ratificara su triunfo en las urnas el pasado 4 de julio.
Con este mensaje de reconocimiento y del liderazgo de Duarte de Ochoa, presente ante tres líderes estatales y nacionales, iniciaba de hecho la transición política de los poderes en Veracruz. La transición administrativa ya está en marcha y Herrera Beltrán lo va invistiendo de la legitimidad que ya se ganó Javier pero que ahora le va transfiriendo el actual mandatario.
En política, junto a los actos protocolarios y constitucionales están los metaconstitucionales, las leyes no escritas, las señales y la simbología del poder.
Javier Duarte fue arropado originalmente por el voto ciudadano, un cobijo que se confirmó en todos los tribunales electorales; luego se sumaron diversos sectores sociales –cúpulas empresariales y las iglesias católica y evangélica, entre ellos– y ahora ha sido acuerpado por la clase política gobernante de Veracruz y por los principales representantes del priismo que se apresta a gobernar el país en el 2012.
Por eso, aunque el liderazgo se lo ha venido ganando desde que era subsecretario y secretario de despacho, diputado federal y candidato a la gubernatura, pero el hecho de que Fidel Herrera lo reconociera públicamente como “nuestro líder” le da una connotación muy particular de frente a su toma de posesión el próximo 1º de diciembre.
Así, pues, dentro de 27 días entrará en funciones un nuevo gobierno y habrá de surgir un nuevo líder. Que a nadie le quede duda. Y es que a diferencia de Hamlet, Duarte no puede enfrentar ahora el falso dilema del “ser o no ser”, luego de haberles arrebatado esta ambicionada oportunidad a otros aspirantes priistas con más popularidad, experiencia política y trayectoria partidista.

OTRO CASINO
Este viernes 5 será inaugurado en Xalapa un nuevo casino.
La invitada especial será la periodista Lolita Ayala, conductora de un noticiero de Televisa.
Con éste ya sumarán tres las casas de juego instaladas en la capital veracruzana. Las tres, curiosamente, instaladas en la misma zona sur de la ciudad, donde se ubican dos plazas comerciales.
Llama la atención que en lugar de promoverse la apertura de empresas productivas se abran centros de juegos de azar.
¿Deveras estará tan boyante la economía xalapeña?