En política –decía un ideólogo del priismo monolítico de la década de lo setentas– no sólo hay que ser, sino parecer.
Y la catástrofe que actualmente afecta a más de cien de los 212 municipios del estado, ha puesto a cada quien en su lugar.
Por ejemplo, de los tres aspirantes a la gubernatura de Veracruz, el priista Javier Duarte de Ochoa es, hasta ahora, el único que actúa y se mueve realmente como Gobernador electo, condición legal que en primera instancia ha validado el Tribunal Electoral del Poder Judicial del Estado.
Sin descuidar el proceso jurídico que está por concluir la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, el ex secretario de Finanzas y Planeación no descuida la coordinación de los trabajos de apoyo a los damnificados que su equipo de colaboradores viene desplegando en sintonía con la administración del gobernador en funciones Fidel Herrera Beltrán.
En ese sentido, desde ahora Duarte ha asumido las afectaciones a Veracruz por el huracán “Karl” y la tormenta tropical “Matthew” como un reto para la administración que encabezará a partir del 1º de diciembre próximo. 
El diputado federal con licencia no sólo ha actuado en lo inmediato, respaldando las acciones de los tres niveles de gobierno a favor de los damnificados con la colecta de víveres y la respectiva distribución, sino que ha hecho suya la preocupación por reconstruir el estado al iniciar su gobierno, reconstrucción que estará muy ligada con la reactivación económica que simultáneamente requerirá la entidad veracruzana.
El dato que llama poderosamente la atención –entre el mar de noticias que se han generado en estos días en el estado, en el país y en todo el mundo por las afectaciones históricas que los fenómenos meteorológicos han dejado en Veracruz– es que mientras el gobernador electo plantea públicamente la necesidad de invertir para la reconstrucción, reconoce también el esfuerzo de instancias federales como la Sedesol y la Secretaría de Hacienda en el apoyo inmediato a los damnificados y plantea la conjunción de esfuerzos con el gobierno federal para el gran trabajo de reconstrucción de Veracruz; además, en la Cámara baja del Congreso de la Unión la Junta de Coordinación Política propuso y aprobó la creación de un Fondo Nacional de Reconstrucción que será alimentado con abundantes recursos para que durante 2011 se distribuyan entre los estados afectados por estos fenómenos naturales.
Los fondos de reconstrucción no son nuevos en el mundo. En Chile, después del terremoto de febrero de este año, se planteó al Congreso chileno un proyecto  para la creación de un Fondo Nacional de Reconstrucción que administrara incluso donaciones internacionales.
La creación de esta figura en México se presenta como una muy buena iniciativa, la cual significará una gran ayuda para las entidades afectadas, preocupación que ha hecho pública en estos días el gobernador electo Javier Duarte.
En un comunicado distribuido por su oficina de prensa, Duarte de Ochoa plantea que Veracruz necesita incentivos fiscales suficientes y créditos blandos para los empresarios damnificados porque la reactivación económica dependerá en gran medida del apoyo del gobierno federal a través de las secretarías de Hacienda y Crédito Público y de Economía; el ex candidato priista añadió que la iniciativa privada, desde el pequeño comerciante hasta el gran empresario, espera la solidaridad tributaria y hacendaria de la Federación para superar la crisis generada por la contingencia.
Duarte de Ochoa llamó la atención sobre las serias afectaciones que enfrenta el sector económico en las zonas devastadas por el huracán “Karl” y la tormenta tropical “Matthew”, pues con las viviendas y el patrimonio de las familias también se perdieron sus fuentes de ingresos.
Hay varios municipios que vieron gravemente afectada su actividad económica y su actividad productiva porque las inundaciones desaparecieron pequeñas y medianas empresas y mucha gente ha perdido su empleo.
El gobernador electo tendrá que hacer uso del Fondo Nacional de Reconstrucción, como las otras entidades afectadas, porque en efecto el tamaño de estas contingencias rebasará la capacidad presupuestal de los gobiernos estatales.
VV: SANGRE NUEVA
Tal como se anunció la semana anterior en este espacio periodístico, el pasado viernes 1º de octubre se llevó a cabo la asamblea de Vía Veracruzana (VV) para elegir a la nueva dirigencia estatal de esta asociación política.
A propuesta del ex diputado local Fernando Vásquez Maldonado, y por unanimidad de votos, la Asamblea Estatal Extraordinaria se pronunció a favor de la fórmula integrada por Amadeo Flores Villalba y Patricia Quevedo Cruz, para la Presidencia y Secretaría General, respectivamente, del nuevo Comité Ejecutivo Estatal.
En el discurso que pronunció ya como presidente de VV, Flores Villalba –hijo del diputado federal por Huatusco, Amadeo Flores Espinosa, fundador de esta asociación política– dijo que Veracruz se prepara para un cambio social que implica no sólo la renovación de sus instituciones, sino la construcción de una nueva ciudadanía.
En su mensaje, el joven dirigente propuso un nuevo pacto social que devuelva a los ciudadanos su protagonismo. “Requerimos de un nuevo pacto que inhiba la violencia y garantice la paz y la solidaridad entre los mexicanos”, señaló.
Para avanzar hacia una sociedad con justicia y equidad, explicó, necesitamos un nuevo pacto social, que transforme la relación entre el Estado y la sociedad para hacerla más transparente y democrática, que nazca de un acuerdo amplio, razonado e incluyente. “Veracruz tiene que ser un ejemplo de renovación social.
Sin duda, ese será el gran reto del nuevo gobierno de Javier Duarte de Ochoa”, expuso.
Ante más de 500 socios que asistieron a la Asamblea Estatal Extraordinaria, Flores Villalba consideró necesario pensar de una vez por todas en el México y el Veracruz del futuro.
“Es hora de abandonar nuestros miedos a la modernidad, que se disfrazan tras una nostalgia inútil por nuestros héroes. No podemos honrar su memoria independentista y revolucionaria, de genuina vocación de cambio, con una actitud sumisa e indolente ante la situación que hoy priva en el país”, aseguró.
Respecto a su responsabilidad como dirigente, ofreció abrir más espacios a los ciudadanos, socializar la toma de decisiones y garantizar una participación política igualitaria.
“En Vía Veracruzana no somos una organización política que privilegie cuotas o discrimine géneros; tampoco somos un espacio para la discordia o la autocomplacencia. Somos una fuerza actuante y vigorosa, que dará voz a cualquier veracruzano que tenga algo que decir”.
Por su parte, el dirigente saliente Miguel Ángel Díaz Pedroza se comprometió a contribuir al desarrollo de Veracruz desde cualquier trinchera, sin afanes de protagonismo, con la certeza de que el estado requiere hoy del acuerdo de voluntades.
Al evento asistieron el diputado federal Flores Espinosa, los legisladores locales Flavino Ríos Alvarado (recién electo por Minatitlán) y el boqueño Raúl Zarrabal Ferat, así como el ex director del Colegio de Veracruz, Ignacio González Rebolledo, alcaldes electos y presidentes de los comités municipales y socios de Vía Veracruzana de las distintas regiones de la entidad.