Por Raymundo Jiménez
Columna: Al pie de la letra
* El ex candidato ‘pensionado’
2010-09-08 | 22:19:11
Quienes han tenido la oportunidad de tratar simultáneamente al gobernador Fidel Herrera y al presidente Felipe Calderón llegan a la conclusión de que más que por sus diferencias ideológicas y liderazgos partidistas, la mala relación personal entre ambos gobernantes se debe a que nunca ha existido buena química entre el auténtico líder del priismo veracruzano y el verdadero jefe del panismo nacional.

Ello explica por qué hasta ahora, a menos de tres meses de que Herrera Beltrán concluya su sexenio, el gobernador de Veracruz y el presidente Calderón no han podido hacer click.

Con el gobernador electo Javier Duarte de Ochoa parece que el mandatario panista llevará mucha mejor relación personal e institucional. Ojalá así sea. Y no tanto por el lucimiento del virtual sucesor de Fidel sino por el bien del estado y de los veracruzanos.

Calderón, al menos, ha tenido hasta el momento un trato bastante cortés con el ex candidato triunfador del PRI, a quien ha llamado por teléfono un par de ocasiones más después de que el martes 27 de julio lo felicitó con motivo de la constancia de mayoría que le había sido otorgada un día antes por el Tribunal Electoral del Poder Judicial del Estado, confirmando su triunfo en los comicios y acreditándolo legalmente como gobernador electo de Veracruz.

Según se ha referido en varios espacios periodísticos, tal cortesía política de Calderón sulfuró al ex candidato del PAN Miguel Ángel Yunes Linares, quien al día siguiente de esa llamada telefónica, el miércoles 28 de julio, se apersonó en la residencia presidencial de Los Pinos donde el jefe del Ejecutivo federal solamente habría conversado con él por espacio de 15 minutos y de inmediato lo despachó.

Hasta ahora sigue siendo una incógnita qué fue lo que en realidad le habría molestado a Calderón del ex director general del ISSSTE, pues a Yunes se le vio salir cabizbajo y en su retirada se abstuvo de hacer declaraciones a los reporteros que cubren la fuente informativa de la Presidencia de la República.

Sin embargo se deduce que algo grave debió ocurrir entre Calderón y su fallido ex candidato a la gubernatura de Veracruz, porque de la casa presidencial han sido teledirigidos varios obuses en contra del ex titular del ISSSTE.

Primero fueron ventilados en un influyente periódico capitalino los millonarios negocios que una colaboradora muy allegada a Yunes Linares fraguó en TURISSSSTE.
Posteriormente, hace un mes, fue el propio secretario de la Función Pública, Salvador Vega Casillas, uno de los compadres más cercanos a Calderón, el que convocó a conferencia de prensa para dar a conocer la denuncia penal que había interpuesto ante la Procuraduría General de la República (PGR) por un presunto macro fraude en la asignación de créditos para vivienda en el FOVISSSTE, entre los cuales –según exhibirían después algunos medios informativos de la entidad– les fueron otorgados a funcionarios, diputados y líderes del PAN en Veracruz así como a operadores político-electorales afines a Yunes.

Ahora, en su cuarto informe de gobierno, el presidente Calderón le dedicó un buen espacio al ISSSTE que obviamente deja muy mal parado al ex candidato de Acción Nacional a la gubernatura veracruzana, pues precisamente uno de sus principales “logros” que más cacareó Yunes cuando estuvo al frente de ese organismo público descentralizado fue la “gran reforma” a su sistema de pensiones, lo que desencadenó un alud de juicios de amparo por parte de los derechohabientes inconformes con el nuevo régimen legal de jubilaciones.

El pasado 1º de septiembre, en el informe escrito que hizo llegar al Congreso de la Unión a través de su secretario de Gobernación Francisco Blake, el presidente Calderón estima que el gasto en pensiones de los trabajadores federales que cotizan en el ISSSTE se disparará este año a 96 mil 530 millones de pesos, 72 por ciento más que lo previsto en el presupuesto para 2010.
Es decir que lo que el gobierno calderonista invertirá en las pensiones de los trabajadores al servicio del Estado crecerá 21 por ciento en términos reales respecto a 2009.
De acuerdo con especialistas consultados por el diario Reforma, lo anterior genera presiones crecientes sobre las finanzas públicas, las cuales requerirán cada vez de mayores recursos para cubrir las jubilaciones. Este año, el número de pensionados del ISSSTE llegará a casi 846 mil, cifra 16 por ciento superior a la del año previo, según indican los documentos oficiales.
El mayor gasto en pensiones provendrá, con el 75 por ciento, de los jubilados; el resto serán pensionados por edad, cesantía, invalidez y riesgos de trabajo, además de pensiones a descendientes y ascendientes, detalla.
Las presiones sobre el gasto público ya se presentaron en los primeros siete meses de este año. Cifras de la Secretaría de Hacienda indican que, en el periodo enero-julio, la erogación por este rubro sumó 48 mil 667 millones de pesos, lo que representa el 86.5 por ciento de lo presupuestado para este año.
Alberto García, uno de los especialistas en presupuesto entrevistados, ha expuesto que la corrida pensionaria es escandalosa, pues la proporción de trabajadores activos por un pensionado pasó de cuatro en 2004 a tres al cierre de 2009.
Al momento de la reforma del ISSSTE, en 2007, la proporción era de 3.48, y la tendencia era decreciente, pero se agudizó por efecto de la nueva ley, explicó.
En su opinión, el gobierno federal asumió una carga múltiple por la reforma que hará mucha presión sobre las finanzas públicas. De 2007 a 2010, indicó, el costo de esta reforma ha ascendido a 460 mil millones de pesos, y el propio ISSSTE reconoce que el pasivo prevalecerá hasta el año 2070.
Otro experto consultado por el diario capitalino, Marco Cancino, director de Transparencia Presupuestaria del Centro de Investigación para el Desarrollo de México (CIDAC), dijo que, con la reforma, era de esperarse que se elevara el número de trabajadores que optara por pensionarse anticipadamente, de manera que no se vieran afectados por el incremento gradual en la edad mínima requerida para jubilarse.
Y expuso que si se añade también la existencia de un número importante de trabajadores –más de 300 mil– con requisitos cumplidos para jubilarse, se explica que en los primeros años posteriores a la reforma, particularmente en el 2010, se diera un crecimiento sustantivo en el número de nuevas pensiones.
¿Habrá sido este problema de los pensionados un clavo más en la crucifixión de Yunes desde lo más alto de Los Pinos? Es posible, pues recuérdese que al inicio de su administración el presidente Calderón también se embarcó con esta polémica reforma yunista, la cual había elogiado porque le hicieron creer que era una de las más avanzadas y la mejor opción para resolver a futuro el creciente problema presupuestal de las jubilaciones.
Pero al parecer fue engañado. Por eso, dicen, Yunes Linares difícilmente regresará a la Dirección General del ISSSTE, donde luego de ser impuesto como precandidato del PAN a la gubernatura de Veracruz sólo presentó una solicitud de licencia temporal para separarse del cargo, pues ni él mismo estaba seguro de poder ganar la elección.

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