Por Raymundo Jiménez
Columna: Al pie de la letra
* EL VACÍO A NAVA
2010-08-24 | 22:16:02
En la reunión que este lunes 23 encabezó en un hotel porteño el dirigente nacional del PAN, César Nava Vázquez, dicen que el ex candidato panista a la gubernatura, Miguel Ángel Yunes Linares, expresó que si se anulan los comicios del pasado 4 de julio pedirá a su partido ser postulado nuevamente con el compromiso de ganar las elecciones extraordinarias “por un margen superior a diez puntos” sobre el más cercano competidor.

Puro blof, pues el propio ex director del ISSSTE sabe que la impugnación que presentó ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación difícilmente procederá porque no tiene gran sustento legal, situación que en parte ha motivado que su fuerza política al interior del panismo haya menguado aparentemente.

Se sabe, por ejemplo, que a este conciliábulo presidido por Nava Vázquez sólo habrían asistido 8 de los 18 diputados electos del PAN, entre los de mayoría relativa y de representación proporcional. Esto es, ni siquiera la mitad de los próximos legisladores locales se presentó. Y de los 92 futuros alcaldes, sólo habrían llegado 20.

Una explicación de este ausentismo apunta a que tanto los ediles como los diputados del blanquiazul que están por asumir sus cargos de elección popular se habrían abstenido de ir porque Nava ya no les significa políticamente ninguna atracción, pues el ex secretario particular del presidente Felipe Calderón anunció que no se va a reelegir en la dirigencia panista ni va a buscar la candidatura presidencial en el 2012. Pero otra versión apunta a que la mayoría de los alcaldes y legisladores electos del PAN no acudieron en represalia por las presiones que han empezado a sentir por parte de Yunes Linares, quien presuntamente les quiere imponer como líderes a dos de sus incondicionales: a su hijo Fernando Yunes Márquez, como coordinador del grupo legislativo, y a Joaquín “El Chapo” Guzmán Avilés, presidente electo de Tantoyuca, para liderar a los nuevos munícipes, los cuales habrían recibido la consigna de evitar tratos personales con los representantes del gobierno estatal, tanto con el gobernador saliente Fidel Herrera Beltrán como con su virtual sucesor Javier Duarte de Ochoa, a los que el ex candidato del PAN se ha referido como “delincuente electoral” y “espurio”, mismos calificativos que en 2006 le asignó el aspirante del PRD a la Presidencia de la República, Andrés Manuel López Obrador, a Calderón.

Si en vez de unir y fortalecer al panismo en Veracruz Yunes Linares lo sigue dividiendo y debilitando –pues trascendió también la rechifla que el grupo de Boca del Río, muy identificado con él, le dedicó anteayer al dirigente estatal Enrique Cambranis Torres, con el cual el ex candidato a la gubernatura ya habría protagonizado otro serio desaguisado en un hotel de Huatusco hace aproximadamente un mes–, ¿cómo carajos sueña con ganar por diez puntos de ventaja al resto de los candidatos en el remoto caso de que se anulara la elección de gobernador y se convocara a votaciones extraordinarias?

Además existe otra interrogante: ¿contaría Yunes también con el mismo apoyo del presidente Calderón, quien aparentemente le dio manga ancha para que desde la Dirección general del ISSSTE construyera y financiara su candidatura al gobierno de Veracruz; cooptara a panistas, perredistas y priistas, y finalmente engordara el “cochinito” con cientos de millones de pesos para la compra de votos el mero día de la elección, como ha quedado al descubierto tras la misteriosa desaparición del ex funcionario fidelista Cristian Morales Carreto, uno de sus principales operadores electorales que lo ayudaron a arrasar en el municipio de Xalapa?

La pregunta se hace porque entre los propios yunistas corre la versión de que para haber acortado la ventaja que el candidato priista Duarte de Ochoa le sacaba en la mayoría de las encuestas previas –entre 12 y 15 puntos de ventaja–, el abanderado del PAN debió haberle metido alrededor de 300 millones de pesos para la movilización de votantes el día de la elección, un recurso que legalmente es muy difícil de rastrear y documentar su origen y aplicación.

Después de su fracaso en las urnas el pasado 4 de julio, la relación política de Yunes Linares con su ex jefe Calderón varió. De su última visita a la residencia presidencial de los Pinos, hace ya casi un mes, salió cabizbajo y prácticamente enmudecido, pues se negó a hacer declaraciones a los medios de comunicación.

Días después fueron destapados los negocios y fraudes de algunos de sus colaboradores más cercanos en TURISSSTE y el FOVISSSTE.

Ha querido también acomodar a algunos de sus incondicionales en importantes delegaciones federales de la entidad, pero tampoco lo ha podido conseguir porque obviamente ya no tiene la misma fuerza que le prodigaba su estrecha relación con el Presidente. Por ejemplo, al ex secretario de la Junta Directiva del ISSSTE, José Enrique Ampudia Mello, quien fue el principal operador de su precampaña y campaña electoral, lo quiso promover a la representación estatal de la Sedesol, pero el cargo se lo dieron a un hermano del diputado local porteño Marco Antonio Núñez López, identificado con el grupo del ex alcalde Julen Rementería, actual funcionario de la SCT.

Y para la delegación de la Procuraduría General de la República en Veracruz, el ex candidato del PAN pretendió impulsar a otro incondicional: a José Luis Lagunes López, pero el procurador Arturo Chávez lo ignoró y decidió nombrar a un abogado de sus confianzas: a Luis Antonio Ibáñez Cornejo. El titular de la PGR es un viejo conocido de Duarte de Ochoa, desde que el ahora fiscal federal colaboraba con el entonces líder del Senado, Diego Fernández de Cevallos –una de las principales figuras nacionales del PAN que desde hace más de tres meses permanece secuestrado– y el actual gobernador electo lo hacía con el senador veracruzano Fidel Herrera Beltrán.

El acabose, ahora, es que ha trascendido que algunos de los ex funcionarios que colaboraban con Yunes Linares en las oficinas centrales del ISSSTE y que decidieron jugársela con él en esta fallida aventura electoral, han pretendido reincorporarse a sus antiguos puestos en la capital de la República pero desafortunadamente han recibido sendos portazos en la nariz.

De los pocos que han tenido la suerte de ser aceptados nuevamente en el mismo cargo que desempeñaba en este organismo público descentralizado está el caso del ex diputado de Perote, el doctor Hiram Suárez Villa, quien al parecer habría sido bien recibido por su cercano parentesco con el diputado federal priista José Francisco Yunes Zorrilla, ex coordinador de la campaña electoral de Javier Duarte y amigo muy cercano del calderonista Ernesto Cordero Arroyo, quien como secretario de Hacienda y Crédito Público también forma parte de la Junta Directiva del ISSSTE.

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