Por Raymundo Jiménez
Columna: Al pie de la letra
El sobrino ‘incómodo’
2010-08-15 | 20:45:07
A diferencia de los casos de otros destacados militantes o simpatizantes del PAN que también fueron víctimas de secuestro o asesinato en la víspera de las elecciones locales del pasado 4 de julio –como el del periodista Evaristo Ortega Zárate, aspirante a la sindicatura del Ayuntamiento de Colipa, el cual fue “levantado” en Xalapa desde a mediados de abril y aún sigue en calidad de desaparecido; o el de los padres del candidato a la alcaldía de Las Minas, Mauricio Herrera Fernández, quienes fueron asaltados y acribillados a principios de junio en esa región serrana de Perote–, la misteriosa desaparición del arquitecto Cristian Morales Carreto, ocurrida desde hace 24 días en los alrededores de un popular mercado xalapeño, no ha sido tomada hasta ahora como bandera por los líderes del PAN y su ex candidato a gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, pese a que el ex funcionario del gobierno fidelista fue uno de los principales operadores electorales del partido blanquiazul en la capital veracruzana, donde el PRI fue barrido por Acción Nacional en las votaciones por la gubernatura aunque el tricolor ganó la alcaldía y las dos diputaciones locales.
¿Por qué hasta ahora Yunes Linares no ha levantado la voz ni ha exigido al gobierno estatal que esclarezca el paradero de Morales Carreto, un funcionario que hasta antes de julio de 2009 fue muy allegado y leal al gobernador Fidel Herrera, pues ya en las elecciones federales del año pasado había empezado a operar en contra de algunos candidatos priistas a la diputación federal, como fue el caso de Silvio Lagos Galindo, del distrito 8 de Xalapa?
Lo único que se sabe hasta el momento es que Cristian Morales fue “levantado” la madrugada del jueves 22 de julio, cuando departía con su amigo Nelson Leopoldo Cobos Cabrera, empleado de la Secretaría de Desarrollo Social y Medio Ambiente (Sedesma), en una de las taquerías aledañas al mercado de Los Sauces. Ambos eran acompañados por una presunta estudiante del área de Artes de la Universidad Veracruzana.
El ex funcionario y sus acompañantes viajaban a bordo de un automóvil Volskwagen tipo Jetta, color gris, sin placas y con permiso provisional a nombre de una constructora.
Uno de los amigos de Morales Carreto que se presentó ante el Ministerio Público para rendir declaración en torno a este caso fue Miguel Ángel Sánchez Cardel, quien dijo que a su teléfono le habló el propio Cristian, quien sólo alcanzó a decirle: “Estoy secuestrado, necesito…”, y que inmediatamente después se cortó la comunicación. Asegura que a partir de entonces no volvió a saber nada de él.
En este caso han querido implicar al diputado local con licencia, Joel Arcos Roldán, de Perote, actual subsecretario de Infraestructura Regional de la Sedesma, quien presuntamente habría amenazado a Cristian por haberse cambiado de partido.
Pero si eso hubiese ocurrido en verdad, Yunes Linares y la dirigencia estatal del PAN ya se les habrían ido encima al gobernador Herrera y al subsecretario Arcos.
Sin embargo existe otra versión que parece explicar el sospechoso silencio del frustrado ex candidato a gobernador.
Y es que aunque existe gran hermetismo en la fiscalía especializada de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) que lleva este caso, ha trascendido de manera extraoficial un nombre entre los presuntos implicados que podría ser clave para esclarecer la desaparición de Morales Carreto.
Se ignora si ya fue citado a declarar, pero este personaje podría ser la punta de la madeja que podría llevar al paradero de Cristian. Se trata de Eduardo Vega Yunes, quien por mera casualidad es hijo de la señora Norma Yunes Linares. Sí, hermana del ex director del ISSSTE.
Eduardo Vega, según se sabe, fue uno de los principales operadores financieros en la pasada campaña electoral, pero sobre todo el mero día de la elección. Según versiones de algunos prominentes militantes del PAN, era el que portaba la maleta con los millones de pesos que entregaba en propia mano a los responsables de la movilización de votantes.
Existen testimonios de que Vega Yunes, quien presuntamente por las pacas de billetes que le habría confiado su tío solía ser escoltado por policías federales vestidos de civil, le habría entregado días antes de los comicios a Morales Carreto 5 millones de pesos, y que posteriormente, el mero día de la elección le habría dado otros 20 millones de pesos para operar la supuesta compra de votos a favor del PAN; recursos que presumiblemente el ex fidelista ya no habría distribuido y se habría quedado con ellos, a sabiendas de que el ex candidato del PAN a gobernador y su sobrino no podrían reclamarle legalmente nada por el origen y uso ilícito del dicho dinero.
La versión suena verosímil debido a los antecedentes de Morales Carreto como uno de los principales funcionarios recaudadores del llamado “diezmo” en el gobierno de la Fidelidad, un pago ilícito que debían hacer los contratistas y prestadores de servicios al gobierno estatal. Cristian, como ya se sabe, fue uno de los jóvenes fidelistas que en este sexenio recibió encomiendas extraordinarias del gobernador Herrera. Primero, por ejemplo, fue designado en la Secretaría Técnica de la Secretaría de Desarrollo Regional (Sedere) –actualmente Sedesma–, en la cual desplegó más poder que la propia titular Leonor de la Miyar Huerdo, quien muy de vez en cuando sólo podía decidir en la asignación de contratos de obra pero de montos menores a los 400 mil pesos.
Yunes Linares seguramente tiene conocimiento de esto y de otras situaciones que muy posiblemente comprometen a su odiado enemigo Fidel Herrera, ya que luego de la Secretaría Técnica de la Sedere (hoy Sedesma), Morales Carreto fue promovido en 2006 por el mandatario estatal al Órgano de Fiscalización Superior (ORFIS) y finalmente, a mediados de 2008, lo reubicó como auxiliar técnico en la Oficina del Gobernador, donde le encomendó darle seguimiento a las obras inconclusas del gobierno estatal.
¿Por qué entonces el extraño e inexplicable silencio de Yunes Linares sobre la desaparición del ex priista Morales Carreto, uno de sus principales operadores electorales que lo hicieron arrasar en Xalapa?
Existe una aparente explicación: muy aparte de que el esclarecimiento de este caso conduciría al origen ilícito y uso ilegal de una buena parte de los millonarios recursos de su campaña electoral, el ex candidato del PAN a gobernador debe encubrir a su sobrino Eduardo Vega Yunes, a quien difícilmente alcanzará el brazo de la ley porque no sólo es homónimo… sino ¡hijo primogénito! de un importante funcionario “fidelista” del área Jurídica de la Agencia Veracruzana de Investigación (AVI) en Xalapa, la corporación policíaca de la PGJE que dirige José Domingo Martínez Riveroll, ex colaborador de Yunes Linares en Seguridad Pública durante el sexenio del gobernador Patricio Chirinos (1992-1998) y actualmente protegido en esta administración por Ranulfo Márquez Hernández, ex titular de la Sedesma y flamante presidente del CDE del PRI desde el pasado lunes 9.
¿Será por eso, también, que una de las primeras declaraciones de “Tonicho” Márquez como nuevo dirigente estatal del Revolucionario Institucional fue la de darle carpetazo a las traiciones de priistas que en vez de apoyar a Javier Duarte lo hicieron por Yunes Linares y hasta por el candidato de PRD-PT-Convergencia, Dante Delgado Rannauro?

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