Por Raymundo Jiménez
Columna: Al pie de la letra
* Carvallazo
2010-09-07 | 21:39:39
Hace seis años, en la sucesión estatal de 2004, el gobernador Fidel Herrera Beltrán estuvo a casi 26 mil votos de perder la elección porque los operadores electorales del mandatario priista en funciones, Miguel Alemán Velazco, adeudaban varios meses de sueldo a casi un millar de representantes del partido tricolor en la zona norte del estado, donde coincidentemente arrasó el PAN.
En esa ocasión, Javier Duarte de Ochoa, quien era el operador financiero de la campaña de Herrera Beltrán, consiguió con algunos empresarios y priistas de Monterrey, Nuevo León, un préstamo emergente para liquidar estos adeudos cuando sólo faltaba una semana para los comicios.
Duarte logró distribuir a tiempo ese dinero, pero a la hora de pagarles resultó que los representantes del PRI le dijeron que ahora faltaban los recursos para operar el día de la elección. El actual gobernador electo ya no tuvo manera de responder plenamente a esa otra petición.
Los operadores electorales del PAN, entre ellos Miguel Ángel Yunes Linares, se percataron de esa situación y presuntamente cooptaron de última hora a toda esa estructura priista.
Esa habría sido una de las principales razones por las que el gobernador Herrera estuvo a punto de perder la elección.
Duarte de Ochoa, quien ahora ha ganado la gubernatura con una diferencia de 80 mil votos sobre Yunes Linares, su más cercano competidor, sabe también la importancia que en los comicios del pasado 4 de julio jugó la estructura electoral del PRI.
Por eso, seguramente el gobernador electo habrá de pedirle cuentas al ex dirigente estatal de su partido, Jorge Carvallo Delfín, quien actualmente se apresta a coordinar al grupo de diputados locales del PRI en la LXII Legislatura del Estado que entrará en funciones a principios de noviembre próximo.
Y es que este martes 7, un grupo de 30 delegados distritales que jugaron un papel clave en el triunfo de Duarte en las elecciones del pasado 4 de julio, enviaron a este columnista una carta en la que reclaman públicamente el cumplimiento de una serie de pagos pendientes que dejó Carvallo Delfín y que su sucesor Ranulfo Márquez Hernández tampoco ha podido cubrir hasta el momento, porque ha trascendido que el nuevo presidente del CDE priista habría encontrado las arcas del partido más secas que el desierto del Sahara y con una montaña de facturas pendientes de pagar.
En su comunicado, en el que evidencian también la presunta simulación de los encargados de la movilización y activismo durante el día de la elección –¿el diputado Héctor Yunes Landa y el ex subsecretario de Seguridad Pública del Estado, Francisco Mora Domínguez?–, los delegados priistas dicen textualmente lo siguiente:
“Somos treinta los delegados distritales que desde hace un año venimos trabajando para el Partido Revolucionario Institucional, sí, para el PRI, y a quienes desde hace tres meses no nos cubren nuestros salarios, y un adeudo de seis meses de viáticos. Sí, desde hace tres meses no nos pagan, ignorando ‘nuestros dirigentes’ si en nuestros hogares no estamos pasando penurias.“Está ya de sobra decir que sobre nosotros cayó la responsabilidad de dar certeza jurídica a todo el proceso electoral, cuidando minuciosamente para evitar que fuera impugnado alguno de los pasos procesales que dieran paso a judicializarlo.“Es por demás decir cómo nos enfrentamos a mil y una vicisitudes para lograr el objetivo principal: que ganara nuestro candidato a gobernador.“Todos saben que nos enfrentamos al dinero del gobierno federal, sus programas y a Miguel Ángel Yunes Linares, su maldad y perversidad.“En veinte de los treinta distritos, nuestros candidatos a diputados lograron el triunfo, esa era nuestra responsabilidad.Dejamos a nuestras familias por casi un año, con nuestros propios vehículos recorrimos el estado, vehículos que hoy se encuentran sumamente deteriorados y nosotros sin dinero para repararlos porque no se nos han pagado los viáticos.Nosotros sí trabajamos, a diferencia de quienes les fue encomendado el trabajo de movilización y activismo, que además de recibir los recursos para realizar este trabajo de vital importancia, nunca hicieron en los municipios lo que pomposamente anunciaban en las reuniones. Todo fue una simulación.Hoy nosotros, después del cambio de Jorge Carvallo por Ranulfo Márquez, pensamos que sería para mejorar, qué equivocados. Es un partido de un solo hombre: el presidente, a él no le interesan los delegados, ni nos paga ni nos corre, mientras en nuestras casas la situación se agrava.En una reunión celebrada, un compañero le hizo referencia a este delicado asunto, y no dijo absolutamente nada, ni una palabra, se concretó a escuchar sin dar una respuesta o un compromiso que nos hiciera creer en nuestro presidente, nada, no recibimos ninguna respuesta. Este no es un asunto del gobernador en funciones, ni del gobernador electo, es un asunto que debe atender y resolver el presidente del partido, llámese Jorge Carvallo o Ranulfo Márquez. Todos aquí somos políticos profesionales, sabemos perfectamente cómo se debe proceder para resolver un asunto como éste, que no es un asunto menor como lo quieren hacer ver y el presidente del Comité Directivo Estatal en turno debe preocuparse por quienes hicimos posible que el partido todavía gobierne en Veracruz”.Concluyen su carta exigiendo que “nos atiendan y resuelvan nuestro problema, para que el doctor Javier Duarte de Ochoa también sepa que nos merecemos un espacio en la administración pública, porque como decía don Adolfo Ruiz Cortines: ‘los puestos se ganan en campaña’, y nosotros ya nos los ganamos”.l

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