La presión de las corrientes progresistas orilló al presidente Felipe Calderón a declarar que la legalización de las drogas debe ser motivo de un gran debate popular, el cual debe analizarse a profundidad sobre los convenientes e inconvenientes que esto entraña.
La declaración presidencial sería impensable y nunca se llegó a concebir ante la terquedad de una lucha no planeada.
Una batalla que le correspondía a los Estados Unidos. A estas alturas si lo hubiera hecho en un principio, se hubieran evitado las miles de pérdidas de vidas humanas. México pone los homicidios por las balas y los norteamericanos los muertos por las sobredosis.
Si se lleva a cabo esta regulación del mercado de las drogas se habría terminado la absurda guerra, que tenía hasta ayer un saldo sangriento de más 28 mil asesinatos. Estamos peor que Irak.

El fin del mundo
Mucho se ha escrito sobre la posibilidad de que el mundo se acabe en el 2012. Existen por el momento miles de páginas en internet que especulan sobre este tema.
Un calendario maya conocido como la “cuenta larga” termina con ese año, y por ello se deduce el fin de la civilización.
Destacados científicos coinciden que el cambio climático podría cambiar de manera irreversible la vida en el planeta e inclusive terminar con la humanidad.
Consideran este fenómeno del calentamiento global al de una conflagración con el armamento nuclear existente.

El ser periodistas
Durante más de dos décadas dentro del magisterio de la Universidad Veracruzana y en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, fue una norma académica que los periodistas no eran noticia, que ellos tenían una función específica de simples testigos de hechos. Un singular y privilegiado quehacer de espectadores de primera fila y heraldos de la historia.
El irreverente protagonismo que algunos comunicadores interesados en establecer una actitud presuntuosa que está proscrita para el comunicador universitario. No se concibe al periodista prepotente que quiere convertirse en juez como ya ocurre con algunos de los conductores de televisión o de columnistas políticos, que condenan y sentencian al funcionario de acuerdo a su particular criterio y sus intereses.
Lo que nunca se pensó en la cátedra del aula universitaria, que los medios y los periodistas pudieran convertirse en noticia.
En cualquier lugar de la República Mexicana ahora ocurre de manera recurrente, que se atenta contra la integridad y la vida de los periodistas, como una forma violenta de someter a la libertad de expresión.
Y no se trata de que los reporteros sean personas especiales o diferentes, son sólo trabajadores que cumplen una tarea que pertenece a la sociedad.
Resulta increíble que centenas de periodistas en el estado de Veracruz viven la sensación del peligro que corren y el riesgo mortal por ejercer este oficio. La amenaza los acecha y tienen miedo de ser las próximas víctimas de levantones y ejecuciones. Todo ello con la mayor impunidad.
Ya es considerada la tarea periodística por la ONU como la profesión más peligrosa del orbe.
Lo ocurrido en Durango donde los secuestradores querían negociar y exigían un espacio en los medios informativos y con ello intentar establecer una nueva regla en esta batalla, donde es vital el manejo mediático para el vencedor.