La última sesión ordinaria de la Conferencia Nacional de Gobernadores fue el miércoles 9 de junio en Tamaulipas, donde el veracruzano Fidel Herrera Beltrán fue electo por unanimidad presidente de la Conago.
Coincidentemente, cuatro días después el gobernador de Veracruz comenzó a ser blanco de una feroz campaña mediática desde la ciudad de México con la difusión de grabaciones clandestinas de conversaciones telefónicas, en las que se exhibía su apoyo a los candidatos del PRI a la gubernatura, diputaciones locales y presidencias municipales.
Estas grabaciones ilegales contra Herrera y otros gobernadores priistas, difundidas por el dirigente nacional del PAN, César Nava, ex secretario particular del presidente Felipe Calderón, en vez de atemperar atizaron más de la cuenta el candente ambiente electoral que actualmente se vive en 12 entidades del país que el próximo 4 de julio elegirán nuevos gobernadores.
Y es que ante el desfondamiento de la alianza lopezobradorista (PRD-PT-Convergencia) –cuyo único candidato competitivo, Gregorio “Greg” Sánchez, de Quintana Roo, fue detenido por las fuerzas federales a finales de mayo y procesado por presuntos vínculos con el narcotráfico–, la pugna por el poder en casi todas las entidades es entre el PRI y el PAN. Inclusive en Tlaxcala, el terruño de la dirigente nacional priista Beatriz Paredes, la candidata de la izquierda Minerva Hernández Ramos fue obligada por el dirigente Jesús Ortega a declinar en favor de la panista Adriana Dávila Fernández.
Este jueves 24, por ejemplo, contrario a lo manifestado un día antes en el puerto de Veracruz por el gobernador Fidel Herrera –el cual deslindó al presidente Calderón y al secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, de los audioescándalos–, el mandatario oaxaqueño Ulises Ruiz sostuvo que el responsable de filtrar las conversaciones telefónicas de varios gobernadores del país es Calderón y no el dirigente nacional del PAN, César Nava, como lo había precisado su homólogo veracruzano.“No es el dirigente nacional del PAN; el presidente Calderón es el coordinador de las campañas, no le da el tamaño a César Nava para conducir las campañas, la guerra sucia”, dijo Ruiz, quien señaló que “el CISEN es el que hace la intercepción de llamadas telefónicas, todo el cuerpo de espionaje de combate a la delincuencia organizada lo ponen al servicio del PAN”.El gobernador de Oaxaca, quien afirmó que la “guerra sucia” se incrementaría en su contra en los próximos días y que incluso serían involucrados miembros de su familia, argumentó que esta estrategia es provocada por la desesperación de Acción Nacional y del presidente Calderón ante las derrotas electorales del próximo 4 de julio.
El diputado federal sinaloense Manuel Clouthier Carrillo –hijo del extinto “Maquío”, quien se ha erigido en un severo crítico de Calderón por permitir “la consolidación de la narcopolítica en Sinaloa”, diferencias que frustraron su aspiración de ser el candidato de Acción Nacional a la gubernatura de esa entidad del Pacífico– acusó precisamente esta semana en la revista “Proceso” al presidente de tener un “complejo napoleónico”, de cobrar facturas a los panistas disidentes y de querer el control del PAN “al no poder gobernar el país”.
Por eso, su candidato a la gubernatura de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares, en una llamada telefónica que le fue grabada también de manera clandestina y que circuló este fin de semana a través de correos electrónicos dirigidos a los medios de comunicación, el ex director del Issste se ufana de tener “todo el apoyo del presidente Calderón para pagar deudas”.
Y por si acaso hubiese alguna duda del respaldo presidencial al candidato del PAN, este domingo el titular de la SEP, Alonso Lujambio, viajó a Boca del Río para apoyar públicamente a Yunes dando una muestra de su “buena educación”, mucho mejor de la que había dado días antes en el estado de Hidalgo, a donde inexplicablemente fue a reunirse con diputados locales para hablarles del retrasado proyecto de la refinería de Tula, sin correrle la cortesía política de informarle de su presencia al gobernador priista Miguel Osorio Chong.Este domingo, en Veracruz, Lujambio, al hacer alusión a las grabaciones clandestinas de las conversaciones telefónicas del gobernador Herrera, exacerbó aún más el enardecido ánimo de miles de seguidores del candidato panista: “Últimamente han dicho y los hemos escuchado decir que están en plenitud del pinche poder. ¿Cuál plenitud? ¿Cuál pinche poder? Si la seguridad de los veracruzanos está en duda, si la extorsión está presente.
“En realidad lo que nos están diciendo es que no han sido capaces de solucionar el principal problema de la vida del estado, más allá del pinche poder, que es la seguridad”.Se refería, sin mencionarlo por su nombre, al gobernador Herrera, quien en grabaciones difundidas ofrecía apoyo a un priista: “Estoy ahorita en plenitud del pinche poder”.
Este choque de Calderón con los gobernadores y la cúpula nacional priista amenaza con descarrilar los procesos electorales que culminarán este domingo 4 de julio, sobre todo después del crimen del candidato tricolor a la gubernatura de Tamaulipas, Rodolfo Torre Cantú, un asesinato artero que muy imprudentemente el presidente se apresuró atribuir al crimen organizado, lo que obviamente le valió el inmediato reproche de los priistas que exigen una investigación seria y exhaustiva de las autoridades ministeriales. La dirigente Paredes lanzó el reto de que “no nos intimidarán”.
Por cierto, al igual que el veracruzano Javier Duarte de Ochoa respecto al gobernador Fidel Herrera, Rodolfo Torre era considerado uno de los hombres más leales al mandatario estatal en turno Eugenio Hernández Flores y el que mejor podía garantizarle su blindaje político al concluir su sexenio en diciembre de 2010.
Torre Cantú, de 46 años de edad, era el segundo miembro más importante del llamado Grupo Victoria, el cual está integrado por los amigos más cercanos al gobernador Hernández Flores, entre ellos el ex secretario de Finanzas y actual candidato del PRI a diputado local por Victoria, Óscar Almaraz, y el titular de Educación, José Manuel Assad Montelongo.
En el 2005 fue diputado por el distrito de Victoria al Congreso local, pero pidió licencia desde el primer día para ocupar la Secretaría de Salud al arranque del actual sexenio. En enero de 2009 renunció como titular de esa dependencia estatal para contender por la diputación federal, elección en la que obtuvo la segunda votación más alta de todo el país, con 84 mil 162 sufragios.
Torre se convirtió en el coordinador de la bancada tamaulipeca del PRI en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, donde coincidió con el legislador cordobés Duarte de Ochoa. Ambos solicitaron licencia para ir por las gubernaturas de Tamaulipas y Veracruz.
Torre, como Duarte, encabezaba las preferencias electorales y se perfilaba como el virtual vencedor en las votaciones del próximo domingo.
Tamaulipas, junto con los estados de Veracruz, Oaxaca y Puebla –cuyos gobernadores priistas han sido expuestos al escarnio público por el PAN con la presunta filtración de sesenta grabaciones clandestinas de sus conversaciones telefónicas– representa un padrón global de aproximadamente 20 millones de electores, suficientes para definir la próxima sucesión presidencial de 2012.
Ese es, presumiblemente, el fondo de la otra “guerra” declarada de Felipe Calderón, quien al parecer vive aterrado –entre los humos del alcohol– por la posibilidad nada remota de pasar a la historia como el primer ex presidente del México post-revolucionario que puede ser sometido a juicio político y penal.
Y es que ahí está, por ejemplo, el reclamo de por lo menos 23 mil familias mexicanas que han perdido uno o más parientes en esta estúpida guerra que el gobierno calderonista mantiene desde hace más de tres años contra el crimen organizado, sin que hasta el momento se vea claro el saldo favorable de esta fallida y polémica estrategia policíaca-militar.