* Delincuencia electoral

Hace un año exactamente, a principios de junio de 2009 –un mes antes de las elecciones federales–, circuló un CD con la grabación de un discurso que Miguel Ángel Yunes Linares había pronunciado en una de las giras proselitistas que casi cada fin de semana realizaba el entonces director general del ISSSTE por diversos puntos de la entidad.
La voz y oratoria del aspirante del PAN a la gubernatura era inconfundible. Y aunque la calidad de la edición era aparentemente impecable, lo que en realidad estaba en duda era el contenido, ya que de ser cierto todo lo que al funcionario federal se le escuchaba decir literalmente en él, pues en automático lo convertía en un “delincuente electoral”.
En el audio, que de manera anónima le fue hecho llegar al autor de esta columna, se le oía decir claramente a Yunes Linares lo siguiente ante un auditorio evidentemente panista:
“Yo quiero decirles que en Veracruz hoy no vamos a permitir ya a un gobernador que llega en un helicóptero, a un heli… ele… aeropuerto rojo y de ahí se va a un auditorio rojo lleno de personas vestidas de rojo. Y llegó el momento de decirle: ¡‘A mí no se me arruga’! (aplausos).
“Se confundió Fidel Herrera, este no es un pueblo que viva de rodillas; es decir, no vamos a permitir ya, tenemos más recursos nosotros para invertirle más en bicicletas, computadoras, marranos y de todo, como lo hacen los panistas para hacer campaña política. Llegó el momento de la verdad, de utilizar los recursos públicos en campaña (aplausos).
“Todo esto lo tenemos que decir, porque no vamos –reitero– a permitir en este año ni en el año próximo, no podemos permitir los panistas, ¡las panistas!, que nos dicen que todo es color de rosa. Este Veracruz de mentiras, este Veracruz de ficción, no puede continuar. No podemos permitir que en nuestra propia cara se siga abusando como se ha venido haciendo en los últimos años, se siga abusando pintando los edificios públicos de rojo y que los panistas no lo vamos a permitir (aplausos).
“Mucha de la verdad que vamos a sostener los panistas es que ya llegó el momento del cambio. Y que en ese cambio los panistas vamos en cada uno de los distritos electorales (con) lo mejor, repartiendo absolutamente de todo, toda esta fuerza interna es lo que nos va a permitir derrotar al gobernador Fidel Herrera Beltrán (aplausos).
“Nosotros competimos y vamos a seguir compitiendo, apoyando a un presidente de la República que ha tenido el valor de utilizar los recursos públicos en campaña a cambio de que votemos por el Partido Acción Nacional.
“Muchas gracias… deveras muchas gracias por invitarme.”
Esta grabación de Yunes Linares era similar a otra en la que por esas fechas implicaron también al gobernador Herrera –misma que había sido filtrada a finales de mayo de 2009 a un diario de circulación nacional, no obstante que el hecho databa de finales de agosto de 2007–, el cual presuntamente habría asistido a una reunión organizada en la Academia de Policía de El Lencero con centenares de funcionarios del Gobierno del Estado que participaron como enlaces municipales y distritales del PRI en los comicios estatales intermedios, en los que el partido tricolor arrasó en 154 de los 212 municipios de la entidad y en 28 de los 30 distritos locales.
En aquella ocasión surgió la interrogante acerca de que si Herrera Beltrán deveras habría dicho todo lo que en dicha grabación se le oía decir a los supuestos operadores electorales del Revolucionario Institucional, o si acaso habrían editado también parte de su discurso como parece que hicieron después con las expresiones de Yunes Linares ante los panistas.
Y es que se dudaba de la autenticidad de sus expresiones porque ni Yunes ni Herrera eran nuevos en este oficio y sabían a lo que legalmente podrían exponerse de haber trascendido sus dichos –como finalmente ocurrió– externados frente a sus correligionarios.
El 1 de junio de 2009, Yunes aclaró públicamente que dicha grabación era “una edición de un discurso que pronuncié en Mariano Escobedo el 21 de febrero del presente año” y que “es tan burda la alteración que no creo que nadie en su sano juicio piense que efectivamente afirmé esas barbaridades.” El entonces director general del ISSSTE afirmó que “la misma fue hecha en el C-4 y difundida por Othón González” en algunos medios “por instrucciones del gobernador Fidel Herrera”.
“Enterado por fuentes del propio C-4 de las instrucciones de Herrera para alterar mi discurso presenté una denuncia penal ante la Procuraduría General de la República desde el pasado 27 de marzo en contra del propio Fidel Herrera, autor intelectual, y de Alejandro Ramírez Morales, Juan López Pescador, Servando Ríos y otros que resulten responsables. Estos últimos son informadores del gobierno estatal que estuvieron presentes y grabaron mi intervención.
“A la denuncia anexé la grabación completa del discurso y la transcripción del mismo. Se inició la Averiguación Previa PGR/DGCAP/DDF/004/2009 y se lleva a cabo ya una investigación.
“(…) Por cierto –concluyó Yunes–, ¿por qué no ha hecho Herrera lo mismo en torno a la grabación que dio a conocer el periódico ‘Reforma’? Creo que la respuesta ya la dio él mismo con la actitud cínica que le es propia: porque es cierta.”
Un día antes, en conferencia de prensa, el diputado local priista por el distrito de Perote, Joel Arcos Roldán –actual subsecretario de la Sedesma–, puso a disposición de los reporteros la copia de este audio en el que Yunes Linares advertía también que “a mí no se me arruga” y que había llegado la hora del cambio “en este Veracruz de mentiras, este Veracruz de ficción…”
Un año después, y a casi dos semanas de la elección de gobernador, ambos se encuentran otra vez enfrascados en un nuevo escándalo de grabaciones clandestinas, en el que mediáticamente le ha tocado la peor parte al mandatario estatal, quien desde la campaña electoral de 2004 ha tenido que sortear otras crisis similares y ha logrado salir airoso.
Pero ésta, sin duda, es la madre de todas sus batallas, pues en la sucesión gubernamental de 2010 Fidel Herrera no sólo decidirá su promisorio futuro político sino también asegurará su tranquilidad personal. Obviamente, en esta elección, el priista tiene mucho más qué perder que Yunes Linares, quien viene con todo el respaldo de la pareja presidencial.