Por Maquiavelo
Columna: Se dice que...
La venganza priista
2010-05-31 | 21:56:31
Las planillas de las presidencias municipales de los candidatos del PRI pueden provocar la gran debacle en este proceso electoral. La defensa de los tradicionales cotos de poder colocó nuevamente en estas posiciones edilicias lo más negativo y corrupto de la clase política veracruzana. Para una gran mayoría de los priistas, tanto los de abolengo, como los que por primera vez van a sufragar, han manifestado su rechazo abierto, y como única venganza, anuncian que su voto el domingo cuatro de julio será para algún partido que no sea el tricolor.
No hay duda que hasta la más humilde posición estuvo metida la mano del gobernador Fidel Herrera. La nostalgia del poder del último año de gobierno ha estado presente en estas decisiones, y como una habitual costumbre del político cuenqueño, quiere quedar bien con aquellas personas que han sido sus insolentes enemigos. Es algo psicológico del gobernante, el desconocedor trato que ha dado a sus amigos y compañeros en su habitual y absurda relación con sus contrarios.
El que se ha llevado la peor parte en el terreno político de la integración de las planillas, es el ahora invisible y siempre escondido de Jorge Carvallo. Lo único que lo ha compensado al intangible líder priista es el aspecto económico, ya que conociendo de antemano quienes serán los nuevos miembros de los 212 cuerpos edilicios ha sabido muy bien vender dichas posiciones como si él fuera el artífice.
Hasta Beatriz Paredes le reclamó su venta de garaje político. El papel de marioneta y titiritero del actual gobierno priista lo desarrolla a la perfección.

La fractura mexicana

Roger Bartra, que dirigiera la sección semanal del periódico La Jornada en una brillante y profunda exploración de la fractura del sistema político mexicano, lo refleja con una gran claridad en el proceso del cambio de gobierno del estado de Veracruz, al señalar:
“La situación es peligrosa porque no se viven las peculiares divisiones políticas propias de una pluralidad democrática, sino las dislocadoras secuelas de una profunda fractura. Esta fractura ha auspiciado que las fuerzas del antiguo régimen autoritario se presenten como alternativa, por lo que ya plantearon un juego oportunista de mediación encaminado a ganar las próximas elecciones”.
Esta confrontación entre los candidatos del PRI y del PAN en la entidad veracruzana está alentando a las corrientes más conservadoras y ha estimulado las arraigadas tendencias autoritarias de decidir e imponer a los candidatos, tanto del partido tricolor como los azules, en una reproducción perfecta de la vieja y nefasta cultura política del PRI.
No existen los partidos políticos, son sólo Fidel Herrera y Miguel Yunes, los únicos que deciden. Por supuesto, no se descartan las fuerzas que se mueven en este proceso provocadas por la grave recesión que vive el país, y la presencia del narcotráfico, que también participa en estos cerrados comicios.
La gran fractura política ha perjudicado a la izquierda y con ello a su candidato Dante Delgado. La división se extiende a lo largo y ancho de la entidad, y el PRD veracruzano sufre un desmembramiento interno que lo ha desgarrado.

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