En los sectores populares del estado de Veracruz que son los que componen las grandes mayorías, existe un consenso de que van a votar por Dante Delgado Rannauro, porque lo recuerdan como el mejor gobernador. Y en cambio tienen una mala evocación de Patricio Chirinos y cierta molestia con Fidel Herrera.
Cualquiera deduciría que es por las grandes obras realizadas durante la administración del alvaradeño-cordobés o la tranquilidad que se vivía en aquellos años, que era todo lo contrario a la etapa represiva y el cero desarrollo del desgobernador potosino.
Pero cualquier especulación sobre el por qué se quiere a un gobernador no es lo que la lógica del servidor público señala.
El reconocimiento a Dante Delgado es muy diferente, y no es tanto por su estilo de gobernar, sino que es simplemente por el conjuro que despierta el retorno del equipo de futbol, por esa razón lo quieren nuevamente en Palacio de Gobierno.
Son los idolatrados Tiburones Rojos que regresaron a la primera división durante el gobierno dantista, y es la oncena roja, la que embruja y motiva a ese electorado.
No son las grandes obras, ni tampoco la construcción del World Trade Center o el Acuario. Y para que no haya dudas de ese sortilegio político, el equipo Toluca de los diablos rojos que resultó campeón el pasado domingo, colocó a Enrique Peña Nieto de nuevo en las nubes.
Como prueba de esta lotería política es la sensible baja en la lista de posición del gobernador Fidel Herrera Beltrán. En la encuesta realizada por la empresa de mercadotecnia Eventun, que lo coloca en cuarto lugar a nivel nacional. Según dicho estudio de opinión, el gobernador Enrique Peña Nieto, tiene el 59 por ciento de las preferencias de los priistas, Manlio Fabio Beltrones el 19, Beatriz Paredes el 13 y el veracruzano con 9.
En el PAN ocurre lo más absurdo. Es Fernando Gómez Mont, el secretario de Gobernación, quien renunciara a ese partido, el que tiene el mayor porcentaje con un 33 por ciento. Es decir, que los azules favorecen al que abandonó a ese instituto político. El que está en contra de su partido es al que prefieren. En segundo lugar otro rebelde, Santiago Creel con un 20, seguidos de Josefina Vázquez Mota con el 14, Alonso Lujambio y Ernesto Cordero con 12.
Para el PRD, la escala está más pareja: Marcelo Ebrard con 36, López Obrador tiene 30, Jesús Ortega 14, Cuauhtémoc Cárdenas el 10 y Amalia García el 6 por ciento.
De todos los mencionados, sólo Manuel López Obrador no está con ningún cargo público.
Lo preocupante para Herrera Beltrán es cuando deje el cargo de gobernador y pase dos años fuera de los reflectores mediáticos, hasta qué lugar de la lista para la “grande” iría a parar. Es increíble lo que hace y deshace un equipo de futbol en la política.

Coatza, plaza perdida.

En Coatzacoalcos, la situación se le ha complicado al candidato priista, Marcos Theurel, por su afectiva liga con Marcelo Montiel, aunado a las serias demandas de los contratistas por no cumplir el pago de las obras, y lo grave que se encuentra en la lista de los funcionarios estatales que son investigados por la PGR.
Eso ha permitido que Amado Cruz Malpica y Gonzalo Guízar Valladares tomaran la delantera y será entre ellos donde se defina la alcaldía.