Cuando se viaja a diferentes entidades del país se puede percibir que el pueblo mexicano es eminentemente localista. Los funcionarios de otras entidades no existen. Para las sociedades mexicanas sólo figuran los personajes comarcales o regionales.
La Universidad de Guadalajara, a través de un reciente estudio comprobó que es más conocido el cardenal Juan Sandoval Iñiguez que el gobernador piadoso de Emilio González y lo más serio es que en las encuestas realizadas, los que obtuvieron una mayor votación en todo el estado de Jalisco superan por amplia margen a la clase política y religiosa, resulta que son más célebres y populares los jugadores del chinerio, Javier chicharito Hernández y Omar Bravo.
En ese mismo sondeo realizado a nivel nacional figuraron al mismo nivel de conocimiento Felipe Calderón emparejado con Andrés Manuel López Obrador. Han pasado los años y el pueblo le da el mismo crédito al “Peje”, que al Presidente de la República. Mas abajo figuran el gobernador Enrique Peña Nieto y Marcelo Ebrard.
Con otros porcentajes inferiores e encuentran el gobernador Herrera Beltrán, Agustín Carstens, Beatriz Paredes y Jesús Ortega.
Dentro de esa larga lista de los personajes más conocidos a nivel nacional donde figuran artistas, deportistas, comunicadores y toda la clase política mexicana, el gobernador Fidel Herrera aparece en el lugar 37. Pero eso sí, es el político veracruzano más identificado. Dentro de los primeros setenta lugares no figura ningún exgobernador de ningún estado. Al dejar el cargo prácticamente desaparecen del escenario nacional. No hay duda que el pueblo mexicano es de telenovelas y futbolero.
Ahora que está en efervescencia el campeonato mundial de fútbol y que se está desarrollando al mismo tiempo que el proceso electoral en estado de Veracruz, van a ser más populares que Dante Delgado, Javier Duarte o Miguel Yunes, jugadores de la talla como Guillermo Ochoa, Elías Juárez, Pablo Barrera, Cuauhtemoc Blanco, hasta el “conejo” Pérez.
Tienen una mayor connotación periodística los jugadores de fútbol que los distinguidos miembros de la clase política veracruzana.
Resultan más atractivos para los habitantes de la entidad estos seleccionados, mejor conocidos como los ratoncitos verdes, que los aspirantes a la gubernatura veracruzana. Hay una mayor percepción y conciencia sobre la trayectoria futbolera, el estado físico o el nivel de juego de los jugadores nacionales que las propuestas o la realización de los debates de los candidatos.
Qué no se le ocurra a uno de los organizadores de las campañas hacer un mitin el día de un juego de preparación del once mexicano, porque hasta los propios acarreados, aunque estén bien pagados, se van a rebelar.



Somos más que dos.
Para el senador Santiago Creel como para la gran mayoría de los ciudadanos, México es un país de dos. De dos televisoras, dos telefónicas, dos cementeras, dos refresqueras, dos cerveceras, dos grupos de fútbol, dos partidos políticos, sólo quedan los unos, que es el pueblo mexicano.
Hay patrones que se repiten en el país. El de las elites y el de los intereses creados. Los intelectuales y los nacos. Los de derecha y los de izquierda. El de los ricos y el de los pobres. Los que tienen todo en abundancia y los que carecen de lo más elemental. Es una dualidad que afecta seriamente el desarrollo de México. Es una problemática agravada en el estado de Veracruz por la desigualdad social y la falta de oportunidades para la gran mayoría de los jóvenes egresados de las universidades que, a fuerza de pagar los platos rotos en el banquete de los poderosos, tendrán que despertar en un presente y exigir su participación en una abundancia que se les ha negado a pesar de ser sus progenitores quienes la han generado. Y cuando esto ocurra entonces seremos muchos más que dos.

La PGR y los periodistas

El día de hoy se reúnen en este puerto de Veracruz, el licenciado Gerardo Perdomo Cueto, director de la Comisión Estatal para la Defensa de los Periodistas con altos funcionarios de la PGR, para evaluar y analizar la posible atracción de ese organismo federal sobre el secuestro del periodista Evaristo Ortega Zarate.
Como se trata de un precandidato de Acción Nacional a la alcaldía de un municipio veracruzano, se traslada al área del quehacer político y por ende toma características diferentes a las actividades periodísticas que desarrollaba este profesional universitario.
El periodista fue privado de su libertad junto con otras personas ligadas al Partido Acción Nacional, todos ellos se encontraban inmersos en los procesos electorales de la entidad. Las investigaciones realizadas por las autoridades estatales se han topado con ciertas marañas entremezcladas con el crimen organizado y las facciones políticas.
El nuevo fiscal de los periodistas de la PGR, licenciado Gustavo Salas Chávez, ofreció su apoyo para la solución adecuada de este caso, así como los sucesos criminales pendientes, donde figura el asesinato del director de la Opinión de Poza Rica, Raul Gib. Por los años que han transcurrido al parecer hay intereses particulares para que no se conozca la identidad de los autores intelectuales y del propio asesino. La impunidad se hace de nuevo presente, como en la mayoría de los hechos más relevantes que ocurren en el territorio veracruzano.
Decía Honore de Balzac, que el periodismo es una inmensa catapulta puesta en movimiento por pequeños odios.