Por Raymundo Jiménez
Columna: Al pie de la letra
* El poderío tricolor
2010-04-18 | 21:15:56

Primero como dirigente priista, luego como secretario de Gobierno y más tarde como gobernador sustituto, Dante Delgado Rannauro supo ganar elecciones tan difíciles en Veracruz como la presidencial de julio de 1988 y las municipales de noviembre de ese mismo año.
Pero ahora, 22 años después, se ve francamente difícil que Delgado Rannauro, como candidato de la alianza PRD-PT-Convergencia, pueda imponerse en la elección de gobernador el 4 de julio próximo, aunque en 2006 haya ganado la de senador.
En esta ocasión las circunstancias son totalmente diferentes. Hace tres años, por ejemplo, Dante fue remolcado por el llamado “efecto López Obrador”. Hoy, el carisma y popularidad del perredista tabasqueño están muy disminuidos; en cambio, el “efecto Fidel Herrera Beltrán” parece estar en pleno apogeo. Al menos eso refleja las encuestas, que actualmente dan al mandatario veracruzano más del 80 por ciento de la aprobación ciudadana.
Y eso lo sabe también Miguel Ángel Yunes Linares, de la alianza PAN-PANAL, quien de unas cuantas semanas a la fecha cambió su colérico discurso en contra de Herrera Beltrán. Los asesores del ex director del ISSSTE le habrían recomendado dejar de atacar personalmente al gobernador, quien está muy posicionado en el ánimo de la mayoría de los veracruzanos.
Pero Yunes Linares, a diferencia de Delgado Rannauro, sí cuenta con extraordinarios recursos y toda la estructura del gobierno federal en la entidad, sobre la cual estaría montando paralelamente su campaña por el gobierno del estado. Sin embargo Yunes, quien al igual que el candidato del PRD-PT-Convergencia también operó electoralmente como presidente del CDE del PRI y secretario general de Gobierno en el sexenio del gobernador Patricio Chirinos (1992-1998), no resultó ser tan eficaz en el manejo de las elecciones. Tan es así que pasó a la historia del priismo veracruzano como el dirigente estatal que más ayuntamientos perdió en la sucesión municipal de 1997. Nueve años antes también había fracasado como candidato del PRI a la diputación federal por el XXXVIII distrito electoral de la ciudad de México. Y en 1991 logró llegar al Congreso de la Unión como representante del distrito electoral federal de Huatusco gracias al extraordinario trabajo político que en el nivel nacional realizó el presidente Carlos Salinas de Gortari, y en Veracruz el gobernador sustituto Dante Delgado, que a través del Programa Nacional de Solidaridad (Pronasol) lograron reposicionar al Revolucionario Institucional que en esa elección intermedia aplastó a la oposición en los 300 distritos electorales del país.
Por eso, ahora, Huatusco es uno más de los distritos y municipios que el PRI se ha propuesto ganar de manera clara y contundente, junto con el de Boca del Río, por lo que representa para Yunes Linares y sus aliados: el senador Rafael Ochoa Guzmán, secretario general del CEN del SNTE y padre de la actual alcaldesa huatusqueña Zaira Ochoa Valdivia y de Ulises Ochoa, ex candidato a diputado federal y dirigente del PANAL en la entidad.
En Huatusco, Javier Duarte dio prueba plena de lo que dijo este sábado en su discurso de toma de protesta como candidato del PRI-PVEM a la gubernatura de Veracruz: “Represento una generación joven con experiencia. Una generación que sabe dar resultados, que sabe cumplir compromisos y que sabe el valor de la lealtad. Una generación que entiende que es en la inclusión de las personas, no en su exclusión, donde se construye el camino del progreso…”
Y es que precisamente en Huatusco Duarte de Ochoa tuvo que hacer alarde de su oficio político y capacidad de conciliación para que sin excluir a otros importantes aliados en su proyecto por la gubernatura, el PRI logre postular dos fórmulas de candidatos con altísimas garantías de triunfo para la presidencia municipal y la diputación.
Así, pues, no obstante que ya había prácticamente un acuerdo para que se nominara para el Congreso local al ex diputado federal del PAN Agustín Mollinedo –muy ligado al grupo de ex aspirante panista a la gubernatura Gerardo Buganza Salmerón–, de última hora se consensó la postulación del representante del Consejo Estatal de Organizaciones Cafetaleras, Julio Espinosa Morales, quien no rindió protesta como candidato por el distrito electoral XIV en el evento de este sábado al mediodía en el estadio xalapeño “Heriberto Jara Corona” ante la dirigente nacional priista Beatriz Paredes sino hasta seis horas después en el edificio del CDE del PRI ante el presidente Jorge Carvallo Delfín, representante del Órgano de Gobierno de la coalición PRI-PRV-Vía Veracruzana-PVEM.
Espinosa Morales fue acompañado por cerca de cien personas entre representantes de las diferentes organizaciones adheridas al PRI, líderes de partido y militantes de los 15 municipios que conforman el distrito de Huatusco, para cuya alcaldía la dirigencia priista ha decidido postular al ex alcalde tricolor Cosme Crivelli Murillo, quien hace tres años fue sacrificado de último momento para postular en alianza con el PANAL a la hija de senador Ochoa. Pero ahora Crivelli ha incluido en su planilla como candidato a la sindicatura al ex diputado federal y ex alcalde del PAN, Urcino “El Pollo” Méndez Gálvez, quien en el proceso electoral de 2009 fue una pieza clave para que el otro hijo del dirigente nacional del SNTE, Ulises Ochoa, no ganara la elección de diputado federal como candidato de Nueva Alianza, ya que el panista le arrebató el triunfo en la cabecera distrital, lo que finalmente favoreció a Felipe Amadeo Flores Espinoza, del PRI, quien ganó por escasos tres mil votos.
Así que en Huatusco –distrito que en 1991 Yunes Linares representó todavía como priista ante la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión– va a estar muy, pero muy difícil que el ahora candidato a gobernador del PAN-PANAL y sus aliados, los Ochoa Valdivia, logren ganar la alcaldía y la diputación local.
Hay quienes dicen que el caso de Yunes es muy similar al del futbolista Cuauhtémoc Blanco, quien en la temporada que está por concluir vino a reforzar a los “Tiburones Rojos” de Veracruz para que el equipo porteño ascendiera nuevamente al máximo circuito del balompié profesional de México. Peeeeeero, el problema del ex director general del ISSSTE y el del número 10 de la oncena rojiazul es que no sólo carecen de un buen director técnico sino de otros compañeros de juego que les ayuden a realizar buenas jugadas que se reflejen favorablemente en el marcador.
En política Yunes se ha distinguido por ser buen polemista y orador, así como Cuauhtémoc en el futbol es un gran gambetero, pasador de balón y rematador. Los dos realizan de vez en cuando alguna jugada magistral, pero no siempre pueden hacer todo ellos solos. Ambos requieren del trabajo de grupo y de coequiperos inteligentes y eficaces.
Esa pudiera ser la pequeña o gran diferencia ante los rivales a los cuales Yunes Linares se ha propuesto arrebatarles el poder en Veracruz.
Y es que este fin de semana, en una demostración absoluta de su poderío, los priistas confirmaron por qué Veracruz es uno de los principales bastiones del PRI en el nivel nacional.
Duarte de Ochoa, el candidato del PRI a la gubernatura, fue definido por la lideresa Beatriz Paredes como un joven con una madurez excepcional, y este calificativo no debió ser fortuito.
A estas alturas, la dirigente nacional de los priistas está al tanto de la impecable conducción que Duarte ha realizado para evitar las fracturas al interior de su partido. Dos pruebas de fuego tuvo en este periodo el abanderado tricolor: una fue la selección de candidatos a diputados locales y alcaldes, y, la otra, su propio proceso interno.
En ambos casos Duarte salió airoso y prácticamente sin fisuras, lo que le ha ganado el respeto de los priistas más experimentados. Tan es así que algunas encuestas reflejan que si el proceso electoral fuera el día de hoy, el Revolucionario Institucional arrasaría sin ninguna dificultad. Sin embargo, aún falta una campaña electoral que por lo que se ha visto hasta ahora estará plagada de guerra sucia y descalificaciones por parte de la oposición. Pero Duarte y su mánager –el gobernador Herrera Beltrán– ya han demostrado también que saben sobreponerse a las circunstancias más difíciles.

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