Por Raymundo Jiménez
Columna: A pie de la letra
Desmemoriado
2010-04-07 | 21:54:12
Desesperado porque su candidatura al gobierno de la entidad no levanta como calculaba antes de su imposición –pues en el PRI no se ha dado todavía la ruptura y desbandada masiva que esperaba, mientras que en el PAN sigue el éxodo de bugancistas y líderes locales del partido blanquiazul que no comulgan con su proyecto gubernamental–, el ex director general del ISSSTE, Miguel Ángel Yunes Linares, ha enfocado su discurso de precampaña sobre el tema de la seguridad pública, en el que afirma ser un experto.
Y como si estuviera dirigéndose a electores de Tijuana, Baja California; Ciudad Juárez Chihuahua; Monterrey, Nuevo León, o de Reynosa o Nuevo Laredo, Tamaulipas, Yunes Linares ha reiterado que en su gobierno los veracruzanos volverán a caminar tranquilos por las calles, sin miedo, sin temor.
Al presentar su propuesta “10 de Yunes: Seguridad”, el ex titular del ISSSTE hizo el compromiso formal de que al llegar a la gubernatura del estado, Veracruz recuperará la seguridad y la tranquilidad, porque él –prometió– no será cómplice de la delincuencia. “Lo más importante será evitar que se cometan los delitos, porque cuando el delito se comete la persona resulta afectada de cualquier manera, aunque se detenga y sancione al delincuente”, afirmó. Y añadió que “en Veracruz tomaremos con toda oportunidad las decisiones que se deban tomar para evitar que este problema siga creciendo; yo estoy decidido a combatir la inseguridad, tengo los conocimientos suficientes y también el valor que se requiere para enfrentar a la delincuencia”.
Yunes sostuvo que “también es cómplice de la delincuencia quien niega que existe, quien cierra los ojos ante una realidad y afirma que en Veracruz no hay inseguridad, que sólo son hechos aislados”. Por ello, dijo, enfrentará a la delincuencia con firmeza, con inteligencia y sin poner en riesgo a los veracruzanos. “No se trata de combatir a la delincuencia a balazos, se trata de combatirlos con inteligencia, con experiencia, talento, y sobre todo con el apoyo del gobierno federal, con el cual como gobernador me voy a coordinar”.
Seguramente Yunes cree que los veracruzanos son menores de edad, retrasados mentales o unos desmemoriados. Y es que el aspirante panista a la gubernatura parece olvidar que en la administración del gobernador Patricio Chirinos (1992-1998), en la que él tuvo durante cinco años el control absoluto de la policía estatal e intermunicipal como secretario general de Gobierno, en el estado los transportistas de carga tuvieron que tolerar el asalto y secuestro de sus vehículos apenas salían del recinto portuario de Veracruz; que en Xalapa, en plena mañana, una estudiante universitaria fue sacrificada con más de 50 puñaladas en el Parque Bicentenario, de la avenida Ávila Camacho, a escasas dos cuadras del Palacio de Gobierno, por un joven narcotizado; y que en mayo de 1995 apareció el cadáver descuartizado de Sonia Patricia Reyes Platas, en el fraccionamiento Pozo Azul, por la avenida Murillo Vidal.
Sobre este crimen, que en su momento se ligó al tráfico de drogas en Xalapa, sólo se detuvo y procesó a Edna Coquet Ramírez, no obstante que en esa ocasión corrieron rumores acerca del presunto involucramiento de un jefe policiaco muy allegado a Yunes así como de familiares de otros altos funcionarios del gobierno del estado. La amiga de Reyes Platas, quien había sido sentenciada a 22 años de prisión, obtuvo el beneficio de la preliberación en agosto de 2007. El homicidio de Sonia Patricia conmocionó a la sociedad xalapeña porque en 1995 aún no menudeaban los cercenamientos de cuerpos por parte del crimen organizado, cuyos cárteles se disputan sanguinariamente desde el sexenio presidencial anterior el dominio de las principales plazas del país.
Yunes parece haber olvidado también que en el régimen de Chirinos fue solapado uno de los más grandes fraudes, el de las “Cajas de Ahorro Veracruz”, que regenteaba José Cirilo Ocampo Verdugo –el cual fue distinguido por el propio gobernador salinista como el “Empresario del Año”–, y que en ese mismo periodo llegó a establecerse a la entidad el capo Albino Quintero Meraz, (a) “Don Beto”, detenido por el Ejército Mexicano hasta mayo de 2002, y que según dos testigos protegidos identificados como “Julio” y “César”, junto con su compadre Arturo Beltrán Leyva, (a) “El Barbas”, apadrinó el traslado de cocaína para Arturo “El Pollo” Guzmán Loera, hermano de Joaquín “El Chapo” Guzmán, mientras el líder del cártel de Sinaloa estuvo preso, hasta que en enero de 2001 se fugó inexplicablemente del penal de alta seguridad de Puente Grande, Jalisco, cuando coincidentemente los reclusorios de la Federación eran administrados por funcionarios recomendados por Yunes Linares, quien en el sexenio del presidente Vicente Fox se desempeñó como subsecretario de Seguridad Pública federal y luego como secretario ejecutivo del Consejo Nacional de Seguridad Pública.
Si como presume, Yunes tuviera la solución para combatir la inseguridad que en Veracruz aún no llega a los índices de otras entidades del país como Chihuahua, Baja California Norte, Nuevo León o Tamaulipas, entonces el presidente Calderón no lo habría impuesto como candidato del PAN a la gubernatura sino que lo habría designado en lugar de Genaro García Luna en la SSP federal.
¿Por qué en vez de pedirle que se hiciera cargo de la seguridad pública del país, Calderón –quien paradójicamente lo vetó en 2006 como candidato del PAN a la senaduría– decidió nombrar a Yunes director general del ISSSTE, que sí tiene que ver con la seguridad, pero social?
El aspirante del PAN a la gubernatura pide que se les hable con la verdad a los veracruzanos, y que no se cierre los ojos al problema de la inseguridad, como si ésta fuese del mismo nivel que padecen principalmente las entidades de la frontera norte. Y falazmente, como si ignorara el saldo de más de 16 mil ejecutados que se contabilizaban en los tres primeros años de la administración de su ex jefe Calderón, dice que enfrentará a la delincuencia con firmeza, con inteligencia y sin poner en riesgo a los veracruzanos. “No se trata de combatir a la delincuencia a balazos, se trata de combatirlos con inteligencia, con experiencia, talento, y sobre todo con el apoyo del gobierno federal, con el cual como gobernador me voy a coordinar”.
Pero esta semana, dos personajes tan disímbolos coincidieron en cuestionar públicamente la equivocada estrategia militar antinarco del presidente Calderón. Por un lado, el Obispo de Saltillo, Coahuila, Raúl Vera López, dijo en su mensaje del Domingo de Resurrección que “en la guerra emprendida por el gobierno federal, todo indica que no se pretende acabar con el crimen organizado, pues se ha evidenciado lo que los especialistas llaman un ‘sesgo’ (simulación) en las acciones de quienes conducen esta guerra. Nada ha cambiado en 3 años de supuesto combate contra el crimen organizado porque las reglas del juego siguen siendo las mismas”, afirmó el prelado de la Iglesia católica.
Por otra parte, el capo Ismael “El Mayo” Zambada le declaró al veterano periodista Julio Scherer García, fundador del prestigiado semanario “Proceso”, que la guerra emprendida por el gobierno de Calderón contra el narcotráfico “está perdida” porque “el narco está en la sociedad, arraigado como la corrupción.”
“El problema del narco envuelve a millones. ¿Cómo dominarlos? En cuanto a los capos, encerrados, muertos o extraditados, sus reemplazos ya andan por ahí”, expresó el compadre del “Chapo” Guzmán, el cual explicó que simplemente el gobierno llegó tarde a la lucha contra el narco y no hay quien pueda resolver el problema ya que el gobierno fue infiltrado desde abajo y que la corrupción se arraigó en el país.
Además, Zambada sostiene que al presidente Calderón lo engañan sus colaboradores, que son embusteros y le informan avances que no se dan en una guerra que está perdida.
¿En su momento, Yunes, como secretario de Gobierno de Veracruz y luego como subsecretario de Seguridad Pública federal, informó a sus superiores de lo que realmente sucedía en Veracruz y en el país en la lucha contra el narcotráfico? ¿Por qué, entonces, el capo Quintero Meraz estuvo operando sin mayor problema el tráfico de drogas en la entidad durante todo el sexenio chirinista?
Sin embargo, ahora el neopanista dice que él sí puede y sabe cómo hacerlo. ¿En vez de mandarlo a la batalla perdida por la gubernatura de Veracruz, no podría Calderón aprovechar mejor la “experiencia”, “capacidad”, “talento” y “valentía” de Yunes para salvar a las otras entidades del país que sí están en garras del crimen organizado? ¿O a poco no es “mucha pieza” para los veracruzanos?

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