Por Raymundo Jiménez
Columna: Al pie de la letra
Seguridad pública, ‘carroña electoral’
2010-03-15 | 23:00:43
Miguel Ángel Yunes Linares, candidato del PAN a la gubernatura, ha operando en materia de seguridad pública durante casi tres sexenios.
Primero, como secretario general de Gobierno en Veracruz, tuvo a su cargo el manejo de la policía estatal preventiva que entonces dependía de la Dirección General de Seguridad Pública del Estado. Él fue quien en el régimen del gobernador Patricio Chirinos (1992-1998) promovió las primeras policías intermunicipales.
Posteriormente, en las postrimerías de la administración del presidente Ernesto Zedillo, se encargó de la Dirección General de Prevención y Readaptación Social, todavía dependiente de la Secretaría de Gobernación, la cual regía todos los centros penitenciarios federales, entre ellos los de alta seguridad, como el de Puente Grande, Jalisco, de donde en enero de 2001 –ya en el sexenio del presidente Vicente Fox– se escapó inexplicablemente Joaquín “El Chapo” Guzmán.
En esa fecha, Yunes ya no era titular de esa instancia federal pero en su lugar había dejado a uno de sus incondicionales: a Enrique Pérez Rodríguez, su ex secretario particular y a quien luego promovió como representante del Partido Nueva Alianza ante el Consejo General del IFE y más recientemente como delegado del Issste en Veracruz, cargo del que acaba de separarse para dedicarse de tiempo completo a la campaña de su jefe.
En la presidencia de Fox, Yunes Linares fue subsecretario de Seguridad Pública federal con el guanajuatense Ramón Martín Huerta, quien, cosas del destino, murió en un accidente aéreo en septiembre de 2005, tres años antes del trágico avionazo en que falleció el secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, otro personaje muy cercano también al candidato panista a la gubernatura de Veracruz.
A finales del régimen foxista, Yunes se desempeñó como secretario ejecutivo del Consejo Nacional de Seguridad Pública, cargo desde el cual asesoró en la materia a Felipe Calderón. Tan es así que luego de las polémicas elecciones presidenciales de julio de 2006, ya como presidente electo, el michoacano recibió en varias ocasiones al veracruzano, de quien entonces se rumoraba que podría ocupar en este gabinete un buen puesto en materia de seguridad.
Finalmente así fue pero en el ámbito de la seguridad social: lo hicieron director general del Issste, a propuesta de la maestra Elba Esther Gordillo, lideresa nacional del SNTE. Y es que Calderón, para entonces, todavía trataba a Yunes con reservas, pues según versión de Manuel Espino, a la sazón dirigente del partido blanquiazul, el candidato presidencial había vetado meses antes al ex priista para la candidatura a la senaduría por Veracruz.
Ahora, sin embargo, Calderón ya se olvidó de su veto a Yunes –quien según versión de Espino, el entonces candidato presidencial lo descalificó como aspirante al Senado porque “cuando fue secretario de Gobierno con Patricio Chirinos, se distinguió por su desempeño corrupto, por golpear, perseguir y difamar a panistas”–, y actualmente se han unido ambos para derrotar al PRI y por ende al gobernador Fidel Herrera Beltrán, quien la semana anterior, en el Museo de Antropología de Xalapa, recibió un cálido reconocimiento público del ex presidente Fox, el cual lamentó que no exista un liderazgo fuerte en México.
Además del férreo control de las transferencias de los recursos y participaciones federales al estado, los embates de la dupla Yunes-Calderón contra el gobernador Herrera serán obviamente en cuestiones de seguridad pública, que es la materia que mejor domina el aspirante del PAN a la gubernatura.
Sin embargo, no va a ser fácil para esta mancuerna de Acción Nacional sorprender o vulnerar a la administración fidelista con la politización de la seguridad pública del estado. En este aspecto, Herrera Beltrán tiene dos alfiles que le están funcionando bien en la contención y prevención de una inminente crisis en esta delicada materia. Por un lado cuenta con el experimentado secretario de Gobierno, Reynaldo Escobar, y por el otro, con Arturo Bermúdez Zurita, titular del Centro Estatal de Control, Comando, Comunicaciones y Cómputo (C-4), a quien Yunes Linares le ha regateado su eficacia porque muchos asuntos no los resuelve en 15 minutos como asegura el neopanista sino en ¡5!
Hace una semana, preocupado por lo acertado de los vaticinios del candidato del PAN a la gubernatura acerca de una serie de ejecuciones en la entidad, Escobar Pérez declaró que había enviado una carta con la firma del gobernador Herrera para solicitarle precisamente al gobierno federal el reforzamiento de la seguridad pública en el estado.
Y este lunes 15, anticipándose a un operativo de la policía federal que estaba por ejecutarse contra la policía municipal de Tierra Blanca con una presunta intención aparentemente electorera, el gobernador Herrera decidió dar el golpe, primero apoyándose en las fuerzas leales del Ejército mexicano, quienes pusieron a disposición del Ministerio Público del estado a los 90 jenízaros de ese municipio, los cuales son investigados por presuntos delitos como privación ilegal de la libertad, extorsión y otros abusos cometidos principalmente contra inmigrantes centroamericanos que cruzan por esa región.
Ayer, por su parte, el precandidato del PRI a la gubernatura, Javier Duarte de Ochoa, llamó a no hacer de la seguridad un tema de “carroña electoral”, y remarcó que “en Veracruz la delincuencia se combate con hechos, no con palabrerías y mucho menos con discursos políticos”.
“En Veracruz no damos tregua ni cedemos terreno a la delincuencia organizada, no esperamos hechos violentos para pedir respaldo y refuerzos como sucede en otros estados; en Veracruz estamos resueltos a defender y cuidar la tranquilidad de los veracruzanos”, dijo Duarte, quien resaltó los “grandes resultados” que se han dado en la materia, pues afirmó que “somos el cuarto estado más seguro del país, y seguiremos adelante para ser el primero”.

EL GRAN DÍA
Mañana, miércoles 17, se vence el plazo de la convocatoria priista para el registro de precandidatos a las diputaciones locales.
Ese día terminará la incertidumbre y confusión en algunos municipios como el de Xalapa, donde hasta el momento no ha quedado claramente definido si Elizabeth Morales –quien este fin de semana atiborró la capital veracruzana de anuncios espectaculares promoviéndose para la alcaldía– será finalmente postulada a la presidencia municipal o si se disciplina y acepta ser nominada a la diputación local.
Por su parte, el ex secretario del Trabajo, Américo Zúñiga –a quien la semana anterior ya daban por desbancado–, parece haber repuntado, ya que ayer fue blanco del “fuego amigo” por la internet, pues para cuestionar su inminente candidatura a la alcaldía alguien pretendió descalificarlo difundiendo sus negros antecedentes de estudiante bachiller.

CRECE SIRGO
Por Huatusco, el bastión del que se pretende adueñar la familia del senador Rafael Ochoa Guzmán, secretario general del CEN del SNTE y principal aliado del candidato del PAN a la gubernatura, Miguel Ángel Yunes Linares –pues actualmente su hija Zaira Ochoa Valdivia es la alcaldesa, y su otro hijo, Ulises Ochoa, es el dirigente estatal del Partido Nueva Alianza–, ha venido creciendo el aspirante priista a la presidencia municipal Juan Carlos Sirgo Martínez, quien es digno representante de la nueva generación política del PRI, partido que busca renovarse para rescatar esa cabecera distrital que perdió en las pasadas elecciones federales de 2009.

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