Al parecer, la ex diputada federal Elizabeth Morales habría logrado convencer al gobernador Fidel Herrera y a su “delfín” Javier Duarte de Ochoa de que ella sería la mejor opción para abanderar al PRI como candidata a la alcaldía de Xalapa.
La popular comunicadora xalapeña les habría mostrado encuestas y proyecciones de votación en las que –según sus números– de ser postulada a la presidencia municipal obtendría alrededor de cien mil votos, prácticamente el doble de los sufragios que le sumaría al partido tricolor si la mandaran de candidata a la diputación local, ya que con esa otra candidatura sólo trabajaría electoralmente la mitad territorial del municipio de Xalapa, pues la capital veracruzana fue dividida desde 2004 en dos distritos electorales.
En sus cuentas alegres, la señorita Morales les ha hecho creer al gobernador Herrera y a Duarte de Ochoa que los votos que ella lograra obtener en su campaña por la alcaldía automáticamente se los endosaría también a los candidatos a la diputación y sobre todo al nominado a la gubernatura.
Ello obviamente parece haber emocionado al joven ex secretario de Finanzas y Planeación, quien sabe que necesita apoyarse en candidatos municipales que le sumen la mayor cantidad de votos, pues no está dispuesto a sufrir el mismo riesgo ni la incertidumbre que Herrera Beltrán padeció en la sucesión estatal de 2004, cuando ganó la elección a Gerardo Buganza, del PAN, con una apretada diferencia de escasos 25 mil sufragios.
Pero la única duda que subsiste entre algunos duartistas que no están muy convencidos de dar marcha atrás al acuerdo pactado con las familias Zúñiga Martínez y Yunes Zorrilla para promover a la alcaldía xalapeña al joven ex secretario del Trabajo, Américo Zúñiga –quien tras su renuncia al gabinete estatal, a finales de enero, intensificó sus recorridos por las colonias xalapeñas y ha logrado el apoyo mayoritario de sectores y seccionales del partido tricolor, así como el respaldo de representantes de cámaras empresariales, instituciones académicas y organismos sociales de la capital veracruzana–, es si deveras Elizabeth Morales lograría realmente transferirle la misma cantidad de votos al candidato a gobernador.
Y es que se remiten precisamente a la experiencia que vivió el propio Herrera Beltrán en las elecciones de hace seis años, quien en número de votos, en Xalapa, quedó muy abajo del candidato a gobernador de la alianza PRD-PT-Convergencia, Dante Delgado Rannauro, quien sumó alrededor de 80 mil sufragios, y del candidato priista a la presidencia municipal, Ricardo Ahued Bardahuil –un empresario muy respetado entonces y tan popular como Elizabeth–, quien en aquella ocasión obtuvo la voluntad de cerca de 78 mil votantes, casi diez mil más que su abanderado a la gubernatura.
Sin embargo, en la elección del año pasado, el ex alcalde Ahued ya no obtuvo la misma cifra de votos como candidato a diputado federal. La cantidad menguó por la campaña negra que le desató principalmente el PAN exhibiendo algunos desaciertos de su administración municipal.
El riesgo con la señorita Morales es precisamente ese: ¿resistirá la lluvia de lodo que estarían por arreciar en su contra los adversarios más rudos, quienes amagan ahora sí con exhibir por qué habría sido “vetada” presuntamente ante el gobernador Herrera por algunos jerarcas de la Iglesia católica de Xalapa, los cuales verían con mayor simpatía a Fernando Pérez Vignola, del PAN, quien como delegado del INAH dejó encarrilada una millonaria inversión federal para la rehabilitación de la catedral metropolitana?
Por lo mientras, habría que ver también cuál será la reacción de toda esa estructura priista que ya había comprometido públicamente su apoyo al joven Zúñiga Martínez, quien hasta ayer –jueves 11– todavía sostuvo reuniones con vecinos de colonias y representantes empresariales, a los cuales habló aún como aspirante a la presidencia municipal.
Los simpatizantes del ex secretario del Trabajo reconocen que, en las encuestas, Elizabeth resulta ser la más conocida, lo cual resulta lógico por su presencia en los medios de comunicación desde hace más de diez años. Sin embargo, aducen que la intención del voto a favor de Américo es muy alta en proporción a la de la ex diputada Morales. Argumentan que el posicionamiento en las preferencias electorales del ex funcionario lleva muy buen ritmo considerando el poco tiempo que lleva de activismo político. Y recuerdan que, en la sucesión municipal de 2007, el actual alcalde David Velasco Chedraui estaba casi en el mismo nivel de popularidad de Américo, y terminó arrasando en la votación.

GUÍZAR APRIETA
Dicen que para este viernes 12, en el puerto de Coatzacoalcos, los simpatizantes del diputado local Gonzalo Guízar Valladares han convocado a una multitudinaria marcha pacífica en apoyo del legislador sureño, cuya aspiración por la candidatura priista a la presidencia municipal ha desatado en contra de él y de su familia una de las campañas más viles y cobardes.
Y es que la semana pasada, por ejemplo, los detractores de Guízar llegaron al extremo de patrocinar la distribución aérea de panfletos difamatorios contra el diputado local, una acción que ha sido reprobada por sectores muy representativos de Coatzacoalcos, ya que consideran que denigran la vida política y los valores de la ciudadanía porteña, la cual espera de este proceso electoral una contienda apasionada pero de altura, nutrida de ideas y propuestas para impulsar el desarrollo municipal.
Obviamente esta propaganda negra fue hecha y financiada de manera anónima, aunque las huellas de su origen condujeron hasta una oficina del Palacio Municipal, pues el piloto de la aeronave que rentaron para esparcir las papeletas por el cielo de Coatzacoalcos dio pelos y señales del personaje que le pagó anticipadamente.
Por eso, ahora, dicen que esta marcha pacífica que iniciará a las 17:00 horas del parque Independencia tendrá como mensaje central el total y absoluto rechazo a prácticas sucias que buscan denigrar la imagen de personajes.
Pero, de paso, servirá también para que el aspirante priista a la presidencia municipal de Coatzacoalcos muestre también su verdadero músculo tanto a aquellos que se oponen a su candidatura como a los que habrán de decidirla en la cúpula del partido tricolor.
Así que la tarde de este viernes se espera que Guízar y sus seguidores echen toda la carne al asador. Es ahora o nunca. Ya se verá qué tanta simpatía y afecto le tienen deveras en Coatzacoalcos a este representante popular, cuyos enemigos temen darle la cara y han optado por frenarlo con una infame guerra de lodo.