Por Raymundo Jiménez
Columna: Al pie de la letra
* VERACRUZ… ¿SIN CAMBIO?
2010-02-23 | 21:40:52
Si los escenarios previstos desde hace más de un año para esta sucesión gubernamental se confirman en marzo próximo, entonces la ciudadanía veracruzana no verá en la boleta electoral ninguna opción real de cambio a la hora de escoger al siguiente gobernador del estado.

Y es que si en la contienda que está por iniciar formalmente sólo participan el panista Miguel Ángel Yunes Linares, el convergente Dante Delgado y el priísta Javier Duarte de Ochoa, pues prácticamente se estaría hablando de una virtual “reelección”, gane quien gane los comicios del domingo 4 de julio.

Delgado Rannauro, por ejemplo, ya fue gobernador sustituto de Veracruz, de diciembre de 1988 a noviembre de 1992, cuando aún militaba en el PRI. Al siguiente sexenio le tocó el turno a Yunes Linares, ahora miembro del partido blanquiazul, quien de diciembre de 1992 a julio de 1997 despachó como secretario general de Gobierno. Pero fue tal el poder que en ese sexenio concentró el de Soledad de Doblado que los diarios veracruzanos más críticos de esa administración llegaron a considerarlo como una especie de “vicegobernador” o “gobernador de facto” ante la aparente indolencia o desapego de su jefe Patricio Chirinos por gobernar.

Y en el caso de Duarte de Ochoa, pues prácticamente se estaría hablando de la continuidad del fidelismo, por lo que el inminente candidato priísta habrá de asirse de los logros y popularidad del gobernador Fidel Herrera pero también deberá cargar con los lastres y el desgaste natural de este agonizante régimen.

En cualquiera de los tres casos, la titularidad del Poder Ejecutivo del estado recaerá en personajes formados políticamente en la cultura priísta, aunque en la actualidad obedezcan a muy diferentes intereses de grupo. El caso más paradójico es el de Yunes Linares, quien pretende vender una propuesta de cambio pero representa lo peor del amasiato político entre el presidente Felipe Calderón y la dirigente del sindicato magisterial Elba Esther Gordillo. Yunes, por si fuera poco, mantiene la misma horda de ex colaboradores y operadores políticos tan cuestionados durante el chirinato.

Dante Delgado, muy ligado a la corriente del “Presidente legítimo” Andrés Manuel López Obrador, iba muy bien al hablar de un proyecto de gobierno “ciudadano”, pero este lunes derrapó al “destapar” como candidato a la alcaldía porteña al doctor Mauro Loyo Varela, quien hace seis años aspiró a la candidatura del PRI al gobierno del estado, y cuyo desempeño como secretario de Salud en la administración del gobernador Miguel Alemán Velasco (1998-2004) fue muy señalado por escandalosos casos de corrupción.

Es más, el anuncio que hizo Dante de la postulación del priísta Loyo Varela a la presidencia municipal de la ciudad de Veracruz ya le causó al fundador del partido naranja la renuncia de algunos aliados, como el caso del diputado local Sergio Vaca Betancourt, quien hace tres años salió del PAN para militar en Convergencia.

Ante este decepcionante panorama, ahora algunos grupos del PRD están tratando de convencer al ex aspirante panista a la gubernatura, Gerardo Buganza Salmerón, para que renuncie a Acción Nacional y sea nominado por el partido del sol azteca.

A diferencia de Yunes, Dante y Duarte, el ex diputado y ex senador del PAN tendría la ventaja de ofertar al electorado veracruzano un programa de gobierno más creíble y convincente para cambiar de fondo el estado de cosas en la entidad, pero el panista cordobés aún no se repone del nocaut luego del derechazo que recibió de la casa presidencial de Los Pinos, desde donde ordenaron al CEN blanquiazul la imposición del director general del ISSSTE.

Sin embargo, el problema es que en torno de Buganza no se percibe ningún movimiento ciudadano fuerte, mientras que el PRD es sólo un membrete de un partido que en Veracruz se ha desplomado en las últimas dos elecciones –la local de 2007 y la federal de 2009–, y que además carece de estructura territorial en la mayoría de los 212 municipios del estado.

De aceptar la invitación del partido del sol azteca Buganza no ganaría la elección de julio próximo, pero en cambio sí le haría un gran boquete a Yunes Linares y al PAN.

Por eso es que dos días después de que la dirigencia nacional del PAN anunció oficialmente que el director general del ISSSTE sería el único precandidato que registrarían a la gubernatura de Veracruz, Buganza fue visitado en su domicilio particular de Córdoba hasta por el gobernador panista de Guanajuato, Juan Manuel Oliva Ramírez, quien según versiones periodísticas habría tratado de convencerlo de que aceptara una misión diplomática del gobierno federal en algún país de Europa o una diputación por la cómoda vía plurinominal en la próxima Legislatura al Congreso del estado.

Al parecer, el mandatario guanajuatense no habría podido “planchar” a Buganza para que apoye la candidatura de Yunes Linares o que al menos adopte una posición neutral. Y es que ha trascendido que la molestia y resentimiento del cordobés no sólo ha sido por el burdo centralazo del CEN panista que pasó por alto la ventaja que en la mayoría de las encuestas sobre preferencias electorales le sacaba al titular del ISSSTE, sino sobre todo por la sucia artimaña a la que MAYL habría recurrido para desacreditarlo e intrigarlo con el presidente Calderón, quien supuestamente recibió del neopanista de Soledad de Doblado un grueso expediente de los apoyos que presuntamente Buganza habría obtenido del gobernador Herrera Beltrán.

Sea finalmente postulado o no por el PRD a la gubernatura, Buganza está llamado a ser uno de los factores determinantes de la próxima sucesión estatal.

En 2004, como candidato del PAN, estuvo a escasos 26 mil votos de ganar la gubernatura al priísta Fidel Herrera. Ahora estaría por erigirse en el fiel de la balanza, igual que como hace seis años Dante Delgado –de la alianza PRD, PT, Convergencia– le restó votos al partido blanquiazul en bastiones panistas claves como el puerto de Veracruz, Córdoba, Xalapa y Boca del Río.

Así, pues, la historia del próximo sexenio todavía está por definirse. Pero lo único cierto es que gane Duarte, Yunes o Dante, en Veracruz el poder quedará en manos de un gobernante fidelizado o de un ex priísta reciclado.

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