Por Raymundo Jiménez
Columna: Al pie de la letra
* CONVERGENCIAS
2010-02-22 | 21:53:36
Hace unas semanas, en un festejo nupcial, uno de los invitados se acercó a la mesa del senador con licencia, Dante Delgado Rannauro, y a bocajarro le preguntó que si era cierto que habría pactado un acuerdo con el gobernador Fidel Herrera Beltrán, y que a cambio de frenar a Miguel Ángel Yunes Linares, quien desde entonces ya se perfilaba como seguro candidato del PAN a la gubernatura, él habría negociado –entre otras posiciones de poder– las alcaldías para algunos abanderados de Convergencia como Mauro Loyo Varela en el puerto de Veracruz y José Luis Lobato Campos en Xalapa.
Según versión de algunos testigos, se cuenta que el rostro de Delgado Rannauro enrojeció y que en un tono que hacía evidente su malestar, el fundador del partido naranja negó enfáticamente el rumor.
Sin embargo, este lunes 22 –un día después de que Yunes Linares encabezó un evento masivo en Boca del Río, donde ante 50 mil simpatizantes (según cifras panistas) inició prácticamente su precampaña–, el doctor Loyo fue presentado por Delgado Rannauro como candidato de Convergencia a la alcaldía porteña.
La reaparición de Loyo obviamente ha despertado suspicacias porque todo mundo sabe que el afamado neurocirujano no es el típico “grillo” jarocho que anda a la caza de oportunidades políticas. En diciembre de 1998, por ejemplo, aceptó hacerse cargo de la Secretaría de Salud del Estado sólo porque se lo pidió el gobernador Miguel Alemán Velazco, con quien le unía una antigua y entrañable amistad. Pero en 1992, esa misma invitación se la rechazó muy cortésmente al gobernador electo Patricio Chirinos.
Después de concluir el sexenio de Alemán, el doctor Loyo se retiró a su consultorio particular y nadie esperaba que decidiera volver a participar en política. Y es que en la sucesión estatal de 2004 trascendió que la relación entre Alemán y Loyo se habría deteriorado. Primero porque el secretario de Salud tuvo que renunciar públicamente a sus aspiraciones por la gubernatura en una conferencia de prensa que le organizaron desde el propio Palacio de Gobierno.
En esa ocasión, Loyo, ante los micrófonos y cámaras fotográficas y de televisión, dijo en abierto que él no declinaba sino que lo habían obligado a declinar. La rigidez de su adusto semblante así lo confirmaba.
Su molestia era entendible, pues del grupo alemanista el secretario de Salud era el que creía tener mayores posibilidades de ser el sucesor, ya que era el único miembro del gabinete que tenía derecho de picaporte en la residencia de la familia Alemán-Magnani. El doctor Loyo se consideraba casi hermano del gobernador, y los hijos de éste inclusive le daban trato de “tío”. La señora Christianne era al primero que recurría para solicitarle cualquier tipo de consejo. Y cuando en la sucesión presidencial del 2000 Alemán no pudo alcanzar la nominación priista, Mauro fue de los más entristecidos por el fallido lance de su jefe y amigo.
Sin embargo, en 2005, cuando al inicio del sexenio del gobernador Fidel Herrera comenzaron a filtrarse en los medios de comunicación una serie de presuntas irregularidades administrativas, a Loyo le tocó la peor parte. Y dicen que para salir de su desengaño, Alemán Velazco mandó a traer al auditor general del Órgano de Fiscalización Superior (ORFIS), quien en ese entonces era todavía René Mariani Ochoa, quien le confirmó el resultado de las auditorías.
Decepcionado, el ex gobernador buscó a Loyo Varela, quien –según esta versión– habría negado todo y, para justificarse presuntamente, habría inculpado a Mariani Ochoa de haber emprendido una campaña en su contra porque supuestamente no habría cedido a su petición de entregarle una fuerte cantidad en dólares.
Quién sabe cómo andará ahora la relación personal entre el ex secretario de Salud y el ex gobernador Alemán, pero al menos ya no se les ha vuelto a ver juntos con la misma frecuencia que antes. Sin embargo, tienen algunos amigos comunes. Uno de ellos es precisamente Dante Delgado, quien ahora ha convencido a Loyo para que contienda por la alcaldía porteña como candidato de Convergencia.
Ello obviamente le complica, aparentemente, el escenario al gobernador Herrera y a su “delfín” Duarte de Ochoa, quienes perfilaban para esa presidencia municipal a la diputada federal Carolina Gudiño Corro, quien tras perder en 2004 luego hiló dos triunfos consecutivos en las elecciones locales de 2007 y en las federales de 2009.
Pero, curiosamente, en los últimos días se ha desatado una fuerte campaña mediática en contra de Gudiño, a la cual se ha exhibido por haber mentido hasta sobre su lugar de origen, pues ahora ha quedado al descubierto que no nació en el municipio de Tierra Blanca, Veracruz, sino en Tuxtepec, Oaxaca. Además ha sido puesta en evidencia por la autoría de cuatro libros que figuran en su currículo oficial entregado a la Cámara de Diputados y que aún nadie ha podido encontrar en ninguna librería o biblioteca.
La última embestida contra la guapa legisladora porteña ha sido la difusión de una encuesta atribuida a la firma Análisis de Resultados de Comunicación y de Opinión Pública (ARCOP), considerada como la empresa encuestadora de cabecera del Partido Acción Nacional.
Y según esta reciente encuesta, se reporta que la diputada Gudiño se habría desplomado hasta el tercer lugar entre los precandidatos del PRI para la alcaldía de Veracruz. En primer lugar, curiosamente, se ubica ahora al diputado local, José Ruiz Carmona, con el 27.5% de las preferencias, seguido muy de cerca con 24% por el ex secretario de Turismo, Gustavo Sousa Escamilla, a quien el gobernador Herrera acaba de entregarle una Notaría Pública cuyas oficinas le fue a inaugurar.
En cuarto sitio se ubica al funcionario de la Subsecretaría de Gobierno, Marlon Ramírez, y luego al miembro del CDE del PRI, Raúl Díaz, y finalmente a Yolanda Gutiérrez Carlín, directora del Sistema de Agua y Saneamiento de la zona metropolitana Veracruz-Medellín-Boca del Río. 
Esta campaña negra ha sido demoledora para Gudiño, quien todavía en un estudio realizado en el mes de enero encabezaba a los precandidatos del PRI con un 28.7% de las preferencias ciudadanas. Sin embargo, en este sondeo de ARCOP, aplicado a mediados de febrero, la popular legisladora porteña se desplomó hasta la tercera posición.
La drástica caída de Gudiño en las encuestas habría hecho aceptar la invitación de Convergencia al doctor Loyo, cuya relación personal con el gobernador Herrera también mejoró luego del trago amargo de la sucesión gubernamental de 2004.
Y es que, como se recordará, luego de aquel incidente en un terreno aledaño al World Trade Center de Boca del Río, donde el helicóptero oficial que transportaba a un hijo de Herrera Beltrán no pudo bajar porque era propiedad privada del ex secretario de Salud –quien durante el alemanato siempre facilitó dicho predio para el aterrizaje y despegue de las aeronaves estatales–, luego los vínculos entre ambos se restablecieron tras el secuestro y la pronta liberación de uno de los vástagos del ex funcionario alemanista.

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