Por Raymundo Jiménez
Columna: Al pie de la letra
Soberbia y candidez
2010-02-16 | 21:15:28
En política, una regla no escrita –que, según se ve, sigue más vigente que nunca no sólo en Veracruz y México sino en todas partes del mundo– consigna que “para tener la lengua larga hay que tener la cola corta”.
Por ello resulta inexplicable que un político de los vuelos del diputado local con licencia, Héctor Yunes Landa –quien presume de militar en el PRI desde 1977, o séase desde hace 33 años–, ahora se diga víctima del “juego sucio” que siempre ha prevalecido en el partido tricolor, el cual desde su fundación se ha caracterizado más por sus prácticas autoritarias que democráticas.
Yunes Landa ha decepcionado no sólo a algunos de sus partidarios sino hasta a sus propios críticos, pues este domingo 14 –en el mero Día del Amor y la Amistad– el representante popular del distrito de La Antigua recibió la oportunidad de hablar ante los 650 consejeros priistas, ante los cuales se quejó de que “lamentablemente, desde que levanté la mano y dije que aspiraba a ser candidato de mi partido para gobernar Veracruz, he sido objeto de agravios contra mi persona, contra mi propia esposa, contra mi familia y contra quienes coinciden en este propósito”.
Héctor Yunes, quien también empleó esas mismas tácticas en la Subsecretaría de Gobierno –cargo que ocupó primero a finales del sexenio del gobernador Miguel Alemán Velazco y que luego, tras su derrota electoral en septiembre de 2004, volvió a asumir en diciembre de ese año a invitación del gobernador electo Fidel Herrera–, no puede salir ahora, muy cándidamente, a exigir “juego limpio” a sus correligionarios cuando por su larga experiencia política sabe que las disputas de los espacios de poder al interior del Revolucionario Institucional se han dirimido a través de auténticas guerras de plomo y lodo entre los grupos políticos dominantes.
El ex subsecretario de Gobierno siempre ha sabido que no es el aspirante del PRI favorito del gobernador Herrera para sucederlo en la gubernatura. Por ello, al tomar la decisión de enfrentar al mandatario veracruzano y buscar arrebatarle la nominación priista, Yunes Landa debió calcular el peso de la presión que a partir de entonces recibiría del aparato gubernamental fidelista para obligarlo a abrirse y que no entorpeciera el proyecto transexenal de la “Fidelidad”.
Y es que desde hace más de dos años Herrera Beltrán estuvo mandando mensajes claros para todos aquellos acelerados aspirantes a la gubernatura que, como Yunes Landa, suponían que terminarían imponiéndosele al jefe nato del priismo veracruzano, tal y como en la sucesión estatal de 2004 el entonces senador se le impuso al gobernador Alemán Velazco, quien ciertamente al principio tenía preferencias hacia otros aspirantes priistas por encima de Herrera Beltrán.
Pero Yunes Landa calculó mal, pues como operador político Fidel Herrera supera por mucho a Miguel Alemán, además de que en su momento el oriundo de Nopaltepec hizo amarres con fuertes grupos nacionales de poder y, a diferencia de él, se preparó para la “guerra sucia” que sabía que le desatarían sus adversarios y en la que también ya estaba más que curtido.
El domingo pasado, ante sus correligionarios, Yunes Landa se quejó de unas inserciones pagadas que la semana anterior, en un diario de Xalapa, habría hecho un periodista que en 2005 fue agredido físicamente y amenazado de muerte por el entonces subsecretario de Gobierno que en aquel entonces le reclamó la publicación de una canallada que bajo su firma apareció en una columna política de un periódico de la ciudad de Poza Rica.
Y al igual que hace cinco años, anteayer Héctor Yunes volvió a acusar a su ex compañero de gabinete, al secretario de Gobierno, Reynaldo Escobar, de haber patrocinado esta infamia en su contra, aunque ahora con la inserción de tres planas cuyo costo estimó en 75 mil pesos que en su opinión el supuesto periodista agraviado no habría podido pagar de su bolsillo.
Yunes Landa explicó que el pasado viernes 12, en un periódico de Xalapa, se publicó una carta abierta “en la que pretenden construirme una imagen de represor y de autoritario. Quiero decirles que hoy (domingo 14) nuevamente sale un documento similar, pero al respecto quiero comentar que no obstante que ayer el periodista pagó un desplegado –aquí está la copia del desplegado y la firma de recibido del periódico (…)–, ahí se presentó, se pagó y no aparece hoy publicado”. En cambio, el ex subsecretario de Gobierno acusó que en ese mismo diario xalapeño se publicó otra inserción con la supuesta firma del periodista, pero que ésta no es auténtica. “Con ello debe quedar claro que ni siquiera saben escanear un documento, y por otro lado dicha firma no resiste un examen grafológico…”, acusó Yunes Landa, quien dio a conocer que después de varios intentos de presentar una denuncia ante la Procuraduría General de Justicia del Estado, finalmente el pasado viernes 12 por la noche, ante la Agencia Especializada para Delitos contra Periodistas, el columnista logró presentar la denuncia que dio pie a la Investigación Ministerial número 005/2010.
Esta denuncia ha colocado en una situación incómoda a la Comisión Estatal para la Defensa de los Periodistas (CEDEP), que fue creada apenas en mayo de 2006 y cuya Junta de Gobierno preside precisamente el secretario de Gobierno, Reynaldo Escobar.
Pero también Yunes Landa ha quedado en una situación política y legalmente vulnerable, porque, en efecto, existen testigos y evidencias de que él sí habría golpeado con la plana de un machete cañero al periodista, que lo habría humillado y amenazado de muerte en su oficina de Palacio de Gobierno con una pistola que temerariamente le habría puesto en la cabeza.
Que esta condenable historia –cuyas copias de la denuncia original se hicieron llegar hace cinco años a varias oficinas públicas, entre ellas al despacho del gobernador Herrera y a la Comisión Estatal para la Defensa de los Derechos Humanos– haya sido desempolvada, insertada y pagada por quién sabe quién en un diario xalapeño, ya corresponderá a las autoridades ministeriales investigar y fincar responsabilidades; pero lo más cómico de esta tragicomedia es que Yunes Landa, quien aspira a gobernar a los veracruzanos, no sólo ha evadido reconocer públicamente que sí cometió esta salvaje agresión denunciada en 2005, sino que además, en una actitud muy cínica, todavía se queja de que “pretenden construirme una imagen de represor y de autoritario”.

DUARTE, “LICENCIADO”

En cambio, en el bunker de Javier Duarte de Ochoa se observa la otra cara de la moneda.
Y es que ayer, a las 5 de la tarde, Duarte solicitó licencia para separarse de manera definitiva de su cargo de diputado federal, lo que demuestra la seguridad y certeza con que el legislador cordobés se enfila hacia la candidatura priista al gobierno de la entidad.

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