Por Raymundo Jiménez
Columna: Al pie de la letra
2010-01-31 | 21:15:48
* LA PIEDRA EN EL ZAPATO
Hace cinco días, el pasado jueves 28 de enero, corrió la versión de que el diputado local del PRI por el distrito de La Antigua, Héctor Yunes Landa –actualmente con licencia–, sería invitado por la dirigente nacional priista Beatriz Paredes Rangel a un cargo en el CEN del Revolucionario Institucional, con el evidente propósito de facilitarle al gobernador Fidel Herrera el control del proceso interno del partido tricolor para elegir al próximo candidato a la gubernatura de Veracruz, del cual ha excluido anticipadamente al ex subsecretario de Gobierno.
La ocasión que supuestamente se propició para “planchar” a Yunes Landa fue la ceremonia conmemorativa del 37 aniversario luctuoso de Alfredo V. Bonfil, el dirigente agrarista que falleció en aquél famoso avionazo ocurrido en enero de 1973 en el municipio de La Antigua, donde cayó la aeronave que acababa de despegar del aeropuerto “Heriberto Jara Corona”, de Veracruz.
Pero como el diputado local con licencia presume de ser muy amigo de Paredes, y hasta ahora ha reiterado una y otra vez que tiene plena confianza en que la presidenta del CEN del PRI no avalará ninguna “imposición” de candidato al gobierno de Veracruz, entonces Yunes Landa optó por poner tierra de por medio y ese mismo día no acudió al solemne y simbólico evento en la cabecera distrital de su distrito sino que realizó una gira por Coatzacoalcos, en el sur del estado.
Además, el ex subsecretario de Gobierno sabía que la ceremonia luctuosa en memoria de Bonfil era un acto más en apoyo del diputado federal Javier Duarte de Ochoa, quien precisamente pronunció el discurso oficial.
Así, aunque siempre expresa públicamente su admiración, respeto y lealtad al gobernador Herrera, Yunes Landa dejó “plantados” este jueves 28 al mandatario veracruzano y a la dirigente nacional del PRI.

Pese a esta y otras muchas presiones, el ex coordinador de los diputados locales del partido tricolor sigue firme en su decisión de no alinearse ni declinar por el precandidato favorito del gobernador Herrera. A principios de este año, por ejemplo, al anunciar que solicitaría licencia para separarse a mediados de enero de su cargo en el Congreso local, Yunes Landa fue muy explícito: “No he sido ‘planchado’. Sólo se plancha la ropa arrugada, yo no lo soy. No he entrado en componendas, no he tenido acuerdos, ni los voy a tener. La única determinación que tengo es buscar la candidatura de mi partido”.
Este domingo 31, en Orizaba, Héctor Yunes insistió en que sigue al frente de las encuestas reales aplicadas desde enero del 2009, y asegura que cuenta con el respaldo de la militancia priista y de una sociedad que se resiste a la imposición.

La reacción de Yunes Landa obedeció, por supuesto, a la encuesta que la semana anterior dio a conocer la afamada firma nacional Buendía&Laredo, que a solicitud de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), Delegación Xalapa, realizó un sondeo en la entidad para medir la aceptación popular de los titulares de los tres niveles de gobierno –Presidente de la República, Gobernador del Estado y Presidentes Municipales– y el posicionamiento de los aspirantes a la gubernatura de las principales fuerzas políticas en Veracruz, resultados que favorecieron ampliamente al diputado federal Duarte de Ochoa, quien de los priistas obtuvo el 33 por ciento de las preferencias electorales, o sea, 25 puntos de ventaja sobre el representante popular del distrito local de La Antigua, quien figuró en segundo lugar con 8% de las menciones a favor.

Por eso, ayer, Yunes Landa desempolvó una vieja encuesta que el Instituto de Mercadotecnia y Opinión (IMO) dio a conocer hace medio año, a principios de agosto de 2009, en la que, en efecto, él aparecía al frente de los aspirantes priistas con el 27.3% de las preferencias, seguido del diputado federal por el distrito de Coatepec, José Francisco Yunes Zorrilla (14.7%), y de Javier Duarte (13.9%).

Resulta extraño que Yunes Landa no haya dado a conocer una encuesta mucho más reciente, pues la que la CMIC-Xalapa solicitó aplicar a la empresa Buendía&Laredo fue realizada entre el 15 y 19 de enero de este año.

El ex subsecretario de Gobierno sabe que no tiene ninguna posibilidad de ser postulado por el PRI a la gubernatura, pero está decidido a convertirse en la “piedra en el zapato” para descomponerle el proceso de sucesión al gobernador Herrera, a quien algunos amigos le han hecho ver su error de cálculo al intentar encartarse entre los presidenciables del PRI para el 2012.

De ahí que no es casual que muy recurrentemente Héctor Yunes –el único aspirante priista que se ha declarado en abierta rebeldía contra el proyecto transexenal de la Fidelidad– machaque una y otra vez que, en Veracruz, la vieja y la nueva militancia de su partido se resisten a aceptar imposiciones que arriesguen el triunfo tricolor en los comicios del próximo 4 de julio. “Perder la guberatura en Veracruz”, sentenció, “pondría en grave riesgo la posibilidad del PRI de regresar en el 2012 a Los Pinos”, pues recordó que ésta es la tercera entidad con más electores de la República, después del Distrito Federal y del Estado de México.

Pero Yunes Landa sólo es el mensajero del poderoso senador sonorense Manlio Fabio Beltrones, otro de los priistas que se anota para la próxima sucesión presidencial y que, al igual que en otras entidades, busca colocar en Veracruz a uno de sus alfiles para la gran carrera del 2012.

Por eso ayer, en Orizaba, Héctor Yunes dijo que aguarda esperanzado la nominación de su partido, “confiado en la vocación democrática de Fidel Herrera, líder moral del priismo veracruzano, y de su dirigente nacional Beatriz Paredes Rangel”.

Dos semanas antes había expresado que los triunfos del PRI no se construyen con “llamados vacíos a la unidad” sino permitiendo “procesos internos equitativos e imparciales, sin favoritismos ni imposiciones”. Y advirtió que “en Veracruz el PRI no debe equivocarse. No debe retornar a las prácticas que tanto daño le hicieron en el pasado y que provocaron el voto de castigo de la sociedad en el año 2000, cuando perdió la Presidencia de la República”.

Pero Yunes Landa no mencionó la sucesión presidencial de 2006, en la que Beltrones, su patrocinador, jugó un papel determinante en la candidatura fallida de Roberto Madrazo.
Ahora Héctor Yunes tácitamente ha amenazado que si no es postulado él a la gubernatura de Veracruz, el PRI podría perder la elección. ¿Acaso ocurrirá lo mismo que el año pasado en Sonora, donde Beltrones, muy confrontado con el gobernador Eduardo Bours, fue acusado de apoyar al candidato del PAN?
¿Será mera casualidad que Yunes Landa le esté descomponiendo el proceso sucesorio al gobernador Herrera, lo que lógicamente podría favorecerle a su primo Miguel Ángel Yunes Linares, el acérrimo enemigo de Fidel que se perfila como el candidato del PAN a la gubernatura, y cuyo principal operador político es Enrique Ampudia Mello, un cercano ex asesor del senador Beltrones?
Es pregunta.
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