Es un hecho que en el PRI no hay nada definido respecto a quien será el candidato a la Presidencia de la República.
El titular del Ejecutivo Enrique Peña Nieto se prepara para ser el gran elector como marcan los usos y costumbres del Partido Revolucionario Institucional a pesar de la posibilidad de reformar estatutos para un nuevo procedimiento de elección del aspirante que será posterior a la primera asamblea del 9 y 10 de este mes.
Pero aún así no está claro el juego del primer priista del país y por el contrario parece que ha cambiado de "jinete" en varias ocasiones, según las versiones en el primer círculo político.
Al principio del sexenio nadie dudaba de que el “delfín” era el entonces secretario de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray Caso, luego lo mismo se ha comentado que puede ser el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong y se han sumado más nombres como José Mead, José Narro y últimamente Aurelio Nuño.
Al menos en su última gira antes de irse de vacaciones Peña Nieto trajo a la graduación de cadetes de la Heroica Escuela Naval Militar de Antón Lizardo a sus secretarios de Salud y de Educación, quienes estuvieron en el presidium y después convivieron con los mandos de la Armada del país.
Por supuesto que es clave para la definición la ya tan cacareada Asamblea Nacional a realizarse este mes en donde de entrada se buscarán eliminar los candados para que pueden participar todos incluso los que no han tenido candidaturas en el partido.
Los que están cerca de los Pinos advierten que Peña Nieto le va a medir el "agua a los camotes" porque si percibe que el voto duro del PRI puede unirse en torno a un candidato más ciudadano entonces irá para adelante con esa propuesta y después pretenderá fragmentar a la oposición repitiendo la fórmula exitosa con la que ganó el Estado de México.
Pero si por el contrario se encuentra con resistencias entonces tendrá que virar por un plan "B" en quien sea bien visto por la militancia para no crear fisuras y el nominado sea un candidato priista por los cuatro costados. El mismo líder nacional, Enrique Ochoa lo ha manejado ya como requisito básico, quien salga como elegido deberá ser priista, y descartando algún externo.
Los últimos signos apuntan a que Aurelio Nuño está acumulando el mayor apoyo de Los Pinos, pues al menos la Reforma Educativa va dando, de a poco, resultados que cacarear a diferencia de la energética que fue un rotundo fracaso.
Pero la definición aún no está clara en estos momentos. Y eso no solo pone nervioso a los priistas que pretenden sumarse al proyecto de los que sean elegidos, sino que en las entidades donde habrá elección para gobernador la cosa se pone peor.
Es el caso de Veracruz, donde Héctor y Pepe Yunes son los que buscan de nueva cuenta la nominación. Uno ya lo fue y perdió, pero asegura que ahora sí podrá hacerla, y el otro, reclama que ya le toca. Por ello, la definición del candidato presidencial es clave para que a su vez salga el abanderado que irá contra la corriente en la entidad, donde el poder ya es azul y el proyecto de quien gobierna es la continuidad para el clan que lidera.
MUY EN CORTO
SI VAN CONTRA EL CISNE. Por unanimidad, la Sección Instructora de la Cámara de Diputados aceptó anoche la solicitud de procedencia que presentó la Fiscalía de Veracruz para retirarle el fuero al diputado federal del PRI, Alberto Silva Ramos, para que responda ante la justicia por el presunto desvío de más de mil 500 millones de pesos.
El gobierno de Yunes Linares le reclama que durante su gestión como vocero en el gobierno de Javier Duarte se robó buena parte del presupuesto para difusión y publicidad a través de empresas fantasma
“… Revisamos ahorita de entrada los requisitos de procedibilidad y vimos que era viable y, por eso, se le está dando curso… viene firmada, solicitada por el Ministerio Público, que reúne los requisitos mínimos para darle entrada pero toralmente, eso, que viene propuesta por parte legitima…”
Así lo estableció Ricardo Ramirez Nieto., presidente de la sección Instructora del PRI.
Mientras que el panista
juan Pablo Piña diría
“… Igualmente la fiscalía tendrá la oportunidad de rendir pruebas y eventualmente los alegatos..tenemos hasta 60 días hábiles para rendir un dictamen,…”
La suerte de El Cisne se agota.