Las diputadas del gobernador
A estas alturas, cuando han transcurrido nueve meses de que se instaló esta Legislatura en la bancada panista hay fisuras que han sido originadas por dos legisladoras.
Por un lado María Josefina Gamboa Torales, quien ya tiene una etiqueta en el Congreso local como la que tira la piedra y esconde la mano ya que en lo oscurito firmó el pasado dictamen para aprobar peleas de gallos y novilladas, pero en público, ante el tablero electrónico, lo votó en contra.
Es decir que su voto sí contó para que se aprobara la tan polémica ley, pero después en redes sociales se declaró como la defensora de los animales, recibiendo halagos de todo tipo.
Pero su rebeldía no acaba ahí pues lo mismo ocurre con el dictamen para estar a favor del aborto en Veracruz, que ya ha sido firmado por la diputada porteña, pero la duda es ahora cómo votará ¿se sumará con su bancada que están en contra?, o hará lo que más le convenga, y quizá terminará negociando.
Y es que es una realidad que la diputada por el puerto de Veracruz negocia sus votos a cambio de que le aprueben sus dictámenes, pues según parece se ha situado en una carrera por ganar como la mejor diputada en esta Legislatura, ya que busca “venderse” como la que tiene más productividad legislativa.
Es lo anterior la razón por la que no le firma los dictámenes a sus compañeros de la bancada del grupo legislativo del PAN, porque “nadie puede estar por encima de ella”.
Con incongruencias, con arreglos debajo de la mesa, “doble lenguaje” por un lado así y por otro no es como se legisla ? Hay quienes se preguntan ¿Dónde quedó el compromiso con los ciudadanos? Que no tan solo ella sino todos los diputados aseguran es su razón de ser y permanecer en el Congreso Local, pero más aún lo pregonan una y otra vez mediáticamente.
Y es que la práctica parece extenderse ante el mal ejemplo. Las prebendas o los beneficios que el chantaje genera se contagia. Y no es la única que juega con doble moral legislativa. Quien también juega casi todas las contras a su partido es Cinthya Lobato Calderón, pues las versiones señalan que firmó el dictamen a favor de Tania Carola, de Morena, que pide despenalizar el aborto, pero al mismo tiempo firmó un comunicado del PAN a favor de la vida
¿Está a favor o en contra? No se sabe, quizá solo para ella está claro el juego.
Pero las incongruencias de la ex diputada naranja no terminan ahí, pues recientemente como se sabe un escándalo donde evidenció y acusó de malos manejos de recursos a su coordinador parlamentario Sergio Hernández, que por cierto hasta allí quedó.
En cambio Lobato vota a favor de que Sergio Rodríguez sea ratificado y se quede en la Comisión de Hacienda, cuando éste carga más de un fantasma a cuestas por actos de corrupción precisamente por cambiar dictámenes. El “angelito” es sabido, no es una blanca paloma, todo obedece a intereses, y fuertes intereses.
Las preguntas para quien ante los medios y las redes sociales para llegar a sus adeptos pret6ende dar una imagen de honorable y diputada correcta, surgen entonces: ¿ Ahora son aliados ? ¿ Si está en contra de los malos manejos y a favor de la transparencia por qué respalda a semejante corrupto del Congreso? Es clara la inclinación de Cinthya Lobato hacia partidos distintos del PAN, al que según pertenece, que la mueve? También el chantaje?.
Otro ejemplo es que es un hecho es que votó en contra de la propuesta del alcalde electo Fernando Yunes para que el alumbrado público en Veracruz sea eficiente al manejarse por una empresa privada, a pesar de que éste servicio no le costaría un peso a la ciudadanía, su manera de operar hace suponer el por qué su postura de pegarle a la administración que hoy gobierna Veracruz.
Lo más grave es que en el poder Legislativo se actúe de esta forma. Se esté generando el ambiente de que cualquiera se mueva al mejor postor. Lo que tanto se criticó en las administraciones fidelistas y duartistas se vive en este Congreso, la misma gata pero revolcada, con diputados coptados y chantajistas.
Los intereses del pueblo a merced del mejor postor y los mayores intereses pero propios.