PEÑA NIETO Y SU EX AMIGO DUARTE
En su oficina privada en casa Veracruz, el gobernador en turno, Javier Duarte de Ochoa regañaba aquel día de septiembre del 2015 al tesorero del Gobierno del Estado, porque de la secretaría de Finanzas nadie había salido a defender –si acaso era defendible- o al menos a replicar, el reclamo de la rectora de la Universidad Veracruzana por más de mil 800 millones de pesos.
Sara Ladrón de Guevara había iniciado un litigio mediático, incluso con legisladores federales que luego se haría jurídico para exigir que el gobierno duartista le pagara lo que desde mayo del mismo año aseguraba le correspondía por derecho y éste no le entregaba.
El enojo de Duarte con sus funcionarios de Finanzas era muy específico. Estaba contra la pared. “El gobierno estatal está comprometido a otorgar un subsidio (ayuda económica que una persona o institución recibe de un organismo oficial para satisfacer sus necesidades)”, y como tal, le refutaba Duarte vía telefónica a su tesorero es solo una ayuda, no una obligación jurídica o institucional, pero “díganlo, nadie dice nada”.
“Me dejan sólo, les vale madres, nadie le responde a esa ….. vieja” se quejaba con el reportero luego de colgar el teléfono. Ella está mal, no se le ha dejado de dar y se le seguirá dando pero no entienden lo que es un subsidio y en cambio una obligación institucional. Entonces, instruyó la creación de una Vocería en Finanzas, figura que nunca se constituyó para que aclarara ese y otros temas.
Y fue cuando el reportero le preguntó si no temía a ser reprendido o llamado a cuentas por esa y otras situaciones que se vivían en la entidad. A lo que señalando la fotografía oficial de Enrique Peña Nieto a sus espaldas, enmarcada y pendiendo en una de las paredes de su espaciosa oficina, diría: - Este es el único que me puede jalar a cuentas, el único al que le rendiría cuentas, mi amigo el Presidente.
Y ese “amigo” del que Duarte se ufanaba en ese momento se presentará una vez más en la escuela Naval militar el próximo 28 de julio. En agosto del 2016 apenas 3 meses antes que el aún gobernador huyera, todavía cruzaron algunas palabras, y cuentan que Javier Duarte le entregó un amplio expediente en sus manos cuando se dirigieron juntos al helicóptero que trasladaría a Peña de Antón Lizardo al aeropuerto de las Bajadas.
No se sabe si era su defensa pues ya tenía encima varias acusaciones, si era la denuncia o el informe completo sobre quien había ganado ya las elecciones y hoy gobierna Veracruz, o algún archivo secreto donde incluso estuviera el mismo Ejecutivo involucrado a manera de último recurso para que no se procediera en su contra.
Esta vez Peña estará por tercera ocasión en tierras veracruzanas desde que Miguel Angel Yunes asumió el poder, y será recibido por éste, quien es precisamente el que insistió una y otra vez para que a Duarte se le encarcelara por encima de la amistad que presumía tener con el Presidente.
Es Yunes quien bajo aquella advertencia de “una noticia que cimbrará al país” parece haber logrado entrar si no en el ánimo del gobierno federal, si al menos a ser respetado y escuchado como el gobernador que fue elegido en junio del 2016.
Ya como Ejecutivo estatal el panista y perredista ha recibido en dos ocasiones al primer mandatario del país. El jueves 2 de marzo en la inauguración del nuevo puerto en Tuxpan, el 21 de abril en la escuela Naval de Antón Lizardo, y este 28 de julio a donde acudirá de nueva cuenta.
Cuando lo consideraba su amigo, Peña Nieto elogió varias veces al gobernador Duarte en sus discursos pero en política es sabido que no los hay. Y seguramente sus razones tendrá, quizá de sobra conocidas, se acabó el mandato y hoy los tiempos políticos son otros.
Se presenta Peña en Veracruz en momentos precisamente que su ex amigo está en proceso de enjuiciamiento severo. Con los consabidos errores de los agentes del Ministerio Público y regaños de un juez por no saber integrar bien las denuncias, al igual que en el gobierno estatal se afirma no lo hicieron para demostrar su presunta culpabilidad.
Viene Peña justo también cuando el enemigo acérrimo de Duarte pero también de Andrés Manuel López Obrador, a quien el Presidente no le conviene sea su sucesor, le ha pedido por enésima ocasión –apenas hace un par de días- que proceda al rescate financiero de la entidad. El mismo día por cierto, que hizo el cambio en la secretaría de Finanzas para dejarla en manos de quien fuera sindico en Boca del Río y ex dirigente de la Iniciativa Privada, Guillermo Moreno Chazarini le recordó a EPN que saque a Veracruz del hoyo financiero.
También Peña estará en Veracruz en medio del baño de sangre que azota a la entidad. Y cuyos esfuerzos vía la secretaría de Gobernación, no han dado los frutos necesarios para amainar de una buena vez, la escalada de violencia que lejos de ir hacia abajo parece imposible frenar.
Las ejecuciones son platillo diario para la opinión pública.
¿ Se moverá en algo el Presidente Peña cuando pise tan lastimadas tierras veracruzanas?
¿ Podrá Yunes convencerlo a que le meta el hombro de “a de veras” para sacar a Veracruz del bache ?