La delegada nacional del PRI en la entidad, Lorena Martínez, dejará su puesto  en la Asamblea  Nacional de su partido el 12 de agosto para regresar a su tierra: Aguascalientes, para el perjuicio de unos y regocijo de muchos más que ya la funcionaria priista los tenía hasta la "coronilla" por sus enfrentamientos políticos con muchos sectores priistas en Veracruz.
 La hidrocálida va en busca de un cargo de elección popular para este 2018 en su tierra. Para ser precisos la candidatura al Senado por el PRI.
 Pero el escenario también es cuesta arriba en aquellos lugares, pues Lorena se encontrará con una pequeña dificultad cuando llegue a Aguascalientes e intente obtener esa candidatura a la cámara alta.
 Y es que como en todo el país el PRI hará alianza con otros 3 partidos para la elección federal, solo le corresponderá colocar a un aspirante en pos de esta coalición y aquí también por ese estado busca la misma candidatura un "peso pesado" en el gobierno de Peña Nieto. Se trata de Otto Granados Roldán, quien actualmente se desempeña como subsecretario de la SEP con Aurelio Nuño, que ya fuera gobernador de aquella entidad y se desempeñara como jefe de prensa de Carlos Salinas.
 Por eso la urgencia de Lorena Martínez de irse de una vez a su estado a pelear esa candidatura porque sabe bien de los alcances de Otto Granados y quedarse en Veracruz es pelear por casi nada a favor de ese partido, solo sería mantener a sus delegados federales a quienes pudo colocar y a los precandidatos jarochos que desea imponer.
 Pero la lucha en su entidad por el PRI está más que difícil, ya que sabe que el secretario Aurelio Nuño lleva mano en las candidaturas al Senado. Lo mismo pasa con el grupo del salinismo, la “mafia” a la que tanto se refiere el aspirante presidencial, Andrés Manuel López Obrador, si se toma en cuenta que son quienes cobijan en ese equipo al propio Otto Granados.
 El bajo perfil de Granados es su principal aliado y así se ha mantenido en las esferas del poder político en México.
 A su vez Lorena Martínez saldrá por la puerta de atrás de Veracruz, pues la cosecha es pobre ya que el único municipio de los llamados grandes que retuvo el PRI fue Orizaba y por el contrario perdió en Veracruz y Xalapa, plazas que eran prioridad nacional.
Ese encargo era directo de quien ostenta la segunda posición más importante del gabinete federal por obvias razones, y por quien llegó apuntalada a Veracruz. Lo que le permitió hacer y deshacer en las filas del priismo, aunado a que muchos de los duartistas, y quienes pudieran haber podido recomendar u operar candidatos en la pasada elección para las alcaldías andan más preocupados por “librarla” que por el PRI y sus alfiles.
 En ellos se puede contar a Raúl Zarrabal ex secretario de la SIOP y ex diputado local, ex titular de Sedesol, Alfredo Ferrari, y Ramón Ferrari, ex secretario de Desarrollo Agropecuario, por citar algunos en el distrito de Boca del Río.
No asomaron ni las narices y dejaron solo a un ex marino, que bien prefirió mejor así fuera, y casi todos estos ex priistas prefirieron hacerse “ojo de hormiga” y así no testerear en su trinchera al propio gobernador Miguel Angel Yunes Linares, para no molestar y dejarle el camino libre en la conservación de la alcaldía porteña, que junto con Medellín y Veracruz se convierte en un importante “cinturón azul”.
 Por si fuera poco, la salida de la delegada le dará un respiro a los verdaderos “priistas” que se la han jugado leales a su “alicaído” partido, esos que se dicen de corazón, y con la camiseta bien puesta, pero cuyas recomendaciones para abonar algunos de los escasos triunfos que aún obtuvo el tricolor, fueron ignorados por la representante del CEN priista.
 Así que la despedida de la delegada es para unos un acierto, y soplarán nuevos vientos ahora que se preparan para la multi jornada electoral en el 2018 encabezada por la renovación de la Presidencia de la República, para otros se les irá su protectora.
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