RENATO. REMATARÁ AL PRI ?
El nombre de Renato Alarcón, por sí solo, no dice unidad, fuerza o trayectoria partidista, al interior del partido no dice gran cosa. Sin embargo, con la asunción a la dirigencia, el ex delegado del Issste, tendrá mucho trabajo por delante, y por si fuera poco, tiene dos temas en contra. Uno, contrarreloj, que es lograr la unidad de los sectores y algunos personajes, más que raspados; y por otro, las elecciones municipales encima.
Es obvio que Alarcón negoció su posición para no participar por la candidatura a la alcaldía de Xalapa (su sueño de siempre) y con eso dejó a Américo Zúñiga ahora sí, las manos libres para imponer a su sucesor.
Pero ahora para el ex funcionario federal el tema más difícil de resolver es mantener la unidad del,PRI, pues se ve que a muchos no les cayó nada bien y sobre todo con un "albazo".
A ver como logra controlar las huestes en varios puntos del estado, a quienes ni siquiera conoce porque ni en el ISSSTE se vinculó con ellos aprovechando su posición para las relaciones públicas ya no digamos operación política.
Su reto será ese y retener al menos las alcaldías más importantes de la entidad e igual el número de municipios que ahora gobiernan. De no lograrlo su dirigencia será tan cuestionada como su llegada al poder.
Pero lo más grave de todo es que dejaría sin oportunidad al PRI para la gubernatura en el 2018 aunado con las senadurías y diputaciones federales.
Antes de asumir ya se había hablado de dos aspirantes a las riendas partidistas, los que al no llegar se convierten en dos frentes abiertos naturales, el ex diputado federal, Silvio Lagos; y el también ex diputado pero local, Carlos Aceves. A estos, se les sumaba el nombre o seguro él mismo se auto incluyó, Marlon Ramírez.
Pero el tercero en discordia, o sea Alarcón, cobró fuerza la semana pasada, y en este espacio, se manejó incluso como un hecho su inminente elección a la dirigencia, acéfala desde los primeros días del mes de enero, cuando Amadeo Flores Espinosa, dejó la presidencia del Comité Estatal.
De Marlon Ramírez ya se sabe que ocupa el chantaje como su principal arma. Le funcionó con Fidel Herrera y luego con Javier Duarte para permanecer succionando de la “ubre” oficial. Pero quizá ya se le acabó el gas, ahora sigue con el sueño guajiro de la alcaldía porteña, donde el alcalde Ramón Poo ya tiene su apartadito, y el PRI municipal también tiene sus tres nombres. Mientras tanto, advierte que podría irse del PRI, lo que le haría un gran boquete, pues sus dos o tres seguidores podrían irse con éste.
Bien, el hombre cercano a Sebastián Lerdo de Tejada tendrá que trabajar para hacer valer el austero capital político que porta y con el que llega al PRI estatal. Si bien, no es un “gallo” con espolones, cumplía los requisitos de unificar el criterio de los distantes y confrontados senadores, José Francisco y Héctor Yunes, por lo que esto es ya un pequeño “gran” mérito.
De otra forma, como se sabe se desconoce la forma en que logrará aglutinar a la militancia de un partido demeritado, al que aún los más recalcitrantes priistas le dan pocas esperanzas de vida. Las elecciones para renovar los 212 cabildos son la “prueba de fuego” y hay pesimistas que afirman podría ser la sepultura.
Y como se comentó arriba, para nadie es un secreto que de los resultados de los comicios municipales se desprenderá el escenario real de lo que le espera a ese partido frente a un PAN apoderado del palacio de Gobierno y la estructura institucional estatal y un partido MORENA en pleno crecimiento, reputando por donde se le vea.
Quizá el beneficio de la duda sobre la futura gestión de Alarcón Guevara solo se apoya en la presencia de los líderes de sectores que se dieron cita como es la CNC, con Juan Carlos Molina Palacios, la CROC, de Tomás Tejeda Cruz, y el sempiterno líder campirano de Vía Veracruzana, Mario Tejeda Tejeda.
Antes del relevo direccional se hablaba que podría ser cualquier menos un duartista. Así que con el arropamiento de los senadores Yunes, así como estuvo en la toma de protesta, flanqueado por Pepe y Héctor, esa podría ser la mejor evidencia de independencia para Alarcón, y quitarse cualquier etiqueta que le quieran endilgar aunque en su momento presumía emanar de la misma casa de estudios del entonces gobernador, Javier Duarte, y de la presidenta del DIF, Karime Macías, la Universidad Iberoamericana. Seguramente ahora ya ni lo comenta.
Al parecer no era el momento de Alarcón pues no es el "monstruo" que necesitaba el priismo para enfrentarse al yunismo azul. Con el tiempo se sabrá el final.
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