Por Silverio Quevedo
Columna: En la mira
En la mira
2017-01-17 | 21:24:14
Carolina-Sierra. Corrupción a flote

Bien dicen que no hay mentira que dure cien años, ni mentiroso que la aguante. Y así ocurrió en el trienio pasado donde la alcaldesa Carolina Gudiño Corro protagonizó un conflicto político con quien fuera el síndico del ayuntamiento, José Antonio Sierra, el poderoso empresario de telas, constructor e inmobiliario y cuya fortuna se acrecentó al igual que la de Gudiño, a partir del gobierno de Fidel Herrera Beltrán.
Ambos personajes eran protegidos y parte del clan fidelista. La lucha que enfrentaron al interior del municipio sorprendió y ahora se sabe cuál es una de las razones de fondo. Intereses personales y obviamente, según sus propios dichos, no se pusieron de acuerdo en un negocio.
Parece que el propio “Tío Fide” nunca concilió intereses entre sus adeptos muy cercanos, incluso del empresario siempre se ha dicho es o fue uno de sus socios, y el pleito prevaleció tanto que siguen agarrados del chongo.
Fue en el 2011 cuando el Síndico, Sierra Álvarez, acusó a la Presidenta Municipal de pretender separarlo de su cargo si “no cambiaba su conducta o proceder en torno a las decisiones gubernamentales”.
El tema era porque según el propio Síndico pidió al Congreso del Estado su intervención para revisar la cuenta pública del 2011, sin embargo, precisaba que es una obligación como representante tener información con respecto al asunto.
Finalmente en marzo del 2012 salió del ayuntamiento con una licencia inicial de 6 meses. La lucha entre ambos se hizo irreconciliable. Y en el fondo del conflicto el empresario desmintió los rumores de la venta del Instituto Pacelli, lo cual aclaró en su momento y acusó que se trataba de la difamación por parte del equipo de la alcaldesa por las denuncias hechas por éste.
Esa desinformación – donde se le señala a Sierra de haber sido, como parte del patronato de la escuela, el principal interesado en la venta para beneficiarse – sale, dice el susodicho, desde aquel momento que fue Sindico del Ayuntamiento de Veracruz en la administración de Carolina Gudiño, porque "en ese momento se atrevió a denunciar un desvío de más de 600 millones de pesos en un solo año, de los cual hay registro en el Congreso del Estado de Veracruz, el Orfis y ante la Auditoria Superior de la Federación”.
“Nadie podía creer esas denuncias que hice, me ligaban con el entonces gobernador Fidel Herrera; Carolina –Gudiño- era la alcaldesa y a mí no me importa quienes sean ni que amigos tengan, pero fue una injusticia que 600 millones de pesos se mal usaron en vez de aplicarse en la ciudad de Veracruz”, ha recordado el empresario en medio de la ola de señalamientos que por redes sociales lo acusan de haber procurado la venta del instituto de carácter religioso para construir una plaza comercial, por cierto, el rubro de su preferencia.
Y el hermano de la ex alcaldesa, salió al quite. El también ex diputado local, Gustavo Gudiño atajó con lo siguiente:
“Pensó que el ayuntamiento era un negocio, para lo que está acostumbrado hacer, sus negocios, se le dejó en claro que no era una empresa sino un servicio a la ciudadanía, no le convivo no era lucrativo, entonces prefirió retirarse, no sin antes denostar a las personas, pero todo es porque no se le permite hacer ningún tipo de transacción”

Eso, y ya fuera de los señalamientos en su momento con fines chantajistas del ex síndico, son poca cosa. Lo que Gudiño hizo va más allá. Tan solo basta echarle un vistazo a la lista de las decenas de áreas verdes que tenía el Ayuntamiento y que fueron entregadas a cadenas nacionales de auto tiendas. A cadenas de farmacias. Areas principalmente en zonas de fraccionamientos y unidades habitacionales en donde de pronto se instalaron este tipo de tranzas en negociaciones “por la bajita”. Ese fue un veradero negociazo.

Si el gobernador Miguel Angel Yunes se ha comprometido públicamente que "barrerá" con los dos últimos sexenios como ha prometido entonces tiene en estos personajes también parte de las complicidades y corrupción.
Muy a su estilo sólo tendría que decidir en donde apoyarse primero para que uno vomite la pudredumbre del otro. ¿ A cuál de los dos entrevistaría primero?.
El más viable por si a Yunes le cuesta trabajo, sería el dueño de la Plaza del Sol pues ya empezó por negar a su “padrino” Fidel Herrera, pues también ya dio el primer paso para acercarse con el neopanista.
A la que menos le conviene que se hayan revivido estos episodios del pasado es a la ex presidenta del puerto de Veracruz, pues aunque le aprobaron todas sus cuentas públicas no esta exenta de que pueda ser denunciada por temas de un pasado que en apariencia esta olvidado y archivado.
direccioneditorial@hotmail.com

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